Un abrazo.

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Narra Sasuke.

El imbécil de Naruto no había ido a mi casa, me hirvió la sangre y estuve con un carácter de perros todo el día, mi preciado hermanito gemelo se quejó por haberle mentido, le dije que no era una mentira que sí tenía que venir alguien, pero ese alguien jamás apareció.

Hoy me enfrentaría a Naruto a la salida, AÚN NO ME CREO QUE NO HAYA IDO.

Al entrar al instituto veo como las chicas se les hace agua a la cola al verme, asqueroso, sigo caminando por el pasillo hasta que veo una melena rubia, Naruto, me acerco pero luego visualizo una cabellera roja, ¿quién es ese imbécil?. Veo como Naruto ríe a algo que él pelirrojo le dice, cierra su casillero y se van juntos. 

Siento como la rabia me consume pero no puedo hacer nada, no puedo ir y decir: "Él es mío, déjalo". Hoy definitivamente hablaré con Naruto. busco mis cosas y me dirijo a clases. No es por presumir pero no me va nada mal en el instituto tengo varias faltas por razones personales pero nada grave, mi hermano en cambio tiene perfecto todo, pero su ego deja mucho que desear.  

Es hora del almuerzo, me levanto y voy a la cafetería, al entrar veo que la fila no es tan larga. Me posiciono detrás de una chica con el pelo color marrón. Busco con la mirada a Naruto, puedo visualizar a su amigo que está con un chico gordo y en frente de este esta el chico pelirrojo de hoy en la mañana pero ningún rastro de Naruto. Mi enojo crece, he venido a la cafetería y no está Naruto me parece una falta inmensa de respeto ese maldito me va a oír.

Me giro y choco contra alguien.

- Lo siento.- dijo rápidamente, esa voz. Miro a la persona que choqué y veo a Naruto.- Sasuke.- susurra, en un movimiento rápido lo agarro del brazo y salimos de la cafetería.

-Sasuke.- amo que diga mi nombre, camino más rápido.- ¿a-a dónde vamo-os?.- dice con la voz agitada de tanto caminar. Habíamos salido del instituto, obviamente cada uno tenía sus cosas, y lo estaba llevando a mi casa.


Luego de caminar como treinta y tres cuadras sin descanso, lo suelto para sacar las llaves de mi casa, Itachi hoy no viene y mi hermanito no creo que aparezca. Saco las llave, abro la puerta y empujo a Naruto dentro de esta. Cierro la puerta detrás mío, veo como curiosea con su alrededor. Me acerco y agarro su mochila, se exalta por un instante pero luego se tranquiliza y me la entrega.

-¿Pa-Para qué me trajiste?.- estaba nervioso, se notaba por su voz, y sus mejillas estaban rojas.

-¿Por qué no viniste el día anterior?.- la pregunta lo había tomado por sorpresa, porque agachó el rostro.

-No pude.- dijo en un susurro.

-¿No pudiste o no quisiste?.- quería saber: ¿por qué no había venido?, necesitaba saberlo.

-No pude.- volvió a susurrar.

-¡Mírame cuando te hablo, Naruto!.- me estaba desesperando no poder ver su rostro teniéndolo tan cerca.

-¡NO PUDE!.- levantó el rostro y al verlo veo como por sus mejillas recorren pequeñas lágrimas, nunca lo había visto así. Me acerco, pero él se aleja.

-No.- me acerco y extiendo mi mano derecha hacía él.- no te alejes de mí.- al decir esto se acerca a mi y me abraza. Su cuerpo tiembla y sus lágrimas mojan mi sudadera.

-No pude venir porque me quitaron a Hinata.- me abraza más fuerte.- vinieron del centro para niños y me la quitaron, Sasuke, me la quitaron.- sus llanto se hizo más potente y lo único que pude hacer en ese momento fue abrazarlo y acariciar su sedoso cabello.

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Para: Mis ukes.

Ok, como ya había avisado, cada muerte de obispo estaré subiendo capítulos pero los estaré subiendo.

Atte. Una fujoshi con muy mala suerte.

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