Dime la verdad

NATHIEL

Estoy sentado en el banco de un campo libre, donde solo los niños ríen y juegan a diversas creaciones que sus mentes les brinda.

Un señor que pasaba por ahí su mirara viajo hacia mí, se acercó y se sentó a mi lado.

—¡Que hermoso dibujo!— Exclamó con una leve sonrisa mirando lo que tenía entre mis manos.

—Gracias pero... no debería decir eso de un dibujo que no está terminado— Me sentí ofendido porque solo tenía líneas de nubes y unos cuántos árboles del campo; en conclusión era solo boceto.

—Quiero que dibujes un paisaje similar a éste , pero los colores serán a tu gusto— Estiró su mano hacia el horizonte como si pudiera palmarlo.

Lo mire extraño dándole un "¿Qué?" cómo respuesta. Es solo un desconocido pero me brindó una sonrisa amable y no pude decirle que no, aparte que digo que me pagaría... ¿Me está chantajeando?.

Empeze a dibujar.

Las líneas, el lápiz y mi mano bailaban en la hoja de papel. Una melodía se apodera en mi cabeza. Y la inspiración me nació.

Sentía la mirada del señor una y otra vez. Él no decía nada y eso fue bueno.

Pasaron alrededor de una hora y media y mi dibujo estaba listo.

—¿Lo terminaste?— Habló con dulzura.

—Si, Aquí lo tiene— Le hice presente el dibujo hecho.

Unos dos minutos lo examinó, verificó cada detalle, si el color era adecuado o los trazos de líneas no estaban bien. Me interrogué intrigado.

—Me encanta—Note que sus ojos brotaban chispas de emoción —Pero hay un detalle—

—¿En serio? , ¿Cuál es?—

—¿Por qué el cielo esta nublado como un gris lluvioso— Me interrogó sin quitar la vista del dibujo.

—Ah... eso— Tragué saliva para seguir hablando —Quería marcar el cambio, justo ahora el cielo esta tan resplandeciente que... decidí darle una diferencia— Hable con unos balbuceos y con algo de pena.

Se quedo en silencio... como si analizara lo que dije, ¿Qué persona tan extraña?...

Trazó con sus dedos cada línea del dibujo  se detuvo en seco cuando llego en un fragmento de ello.

—Esta hermoso el cielo pero....— otra vez iba a decir otro sermón.

—¿Quien nublo tanto tú cielo que ahora no deja de llover?—

Me quedé helado ante esa pregunta.  Una tristeza se apodero de mi lentamente.

—¿Por qué pregunta eso ?— Agache mi cabeza sin saber que mas decir.

—Hay una niña con una una muñeca mirando como otras niñas juegan. Ella  espera con entusiasmo a que la llamen para que también juegue, pero sus esperanzas fueron inútiles— Volvió a hablar y quede aun más sorprendido—

Lo mire extraño y el viejo al notar eso tomo mi mano.

—Cada persona describe su vida en diferentes formas. Unos con dibujos, otros con la música, otros con lecturas y otros con artesanía—

El silencio se hizo presente nuevamente entre ambos, por mi parte trate de asimilar y analizar lo que lo que dijo. Lijeramente soltó mi mano y se levantó.

—Tu cielo está muy nublado, procura usar otro color más claro para darle vida. La niña tiene una muñeca en la mano, si nadie le llama, entonces que juegue sola y que aprenda que no necesita de alguien para ser feliz—

Volvió a sorprenderme, unió sus manos con las mías poniendo la suyas encima.

—¿Quién ... es usted?—Hable con miedo, me dió una última sonrisa y me pagó lo prometido.

—En un futuro lo sabrás— No dijo más. Se separo de mi lado y observe como su figura iba desapareciendo por la lejanía.

—Que extraño sujeto... ¿qué me habrá querido decir?...—

Me senté nuevamente y empezé a dibujar el rostro del señor, su ojos rasgados, su cabello con algunas canas y su camisa color azul marino.

—Si aparece mañana, le entregaré esto para que me pague el doble— Sonreí para mí mismo y me fuí.

Al día siguiente fue embano, él no apareció, ni el día siguiente, ni del día siguiente; por último pregunte a algunas personas que frecuentaban ahí si lo conocían o sí sabían donde podía encontrarlo mostrándoles el dibujo de su rostro, pero fue un esfuerzo inútil.

Era extraño, y lo peor era que no sabía su nombre...

25 años después

Ahora tengo 40 años. La semana que entra es el aniversario de mi y mi esposa. Marie es muy alegre y adora cada momento que pasamos juntos. Mi hija Cristel heredó mis gustos de dibujo y gracias a su motivacion, hice mi taller de pintura en mi casa para que pueda divertirse y a la vez dar clases a cada niño u adolescente que quiera aprender del arte.

Eran las 5 de la tarde y mis clases habían terminado. Cerré el taller, ordené todo y subí a mi cuarto.

Estaba por cambiarme cuando derrepente mi pie choca con una caja que no había abierto.

—¿Y esto?—

Lo levanté y al abrirlo encontró cosas de mi infancia, mi llavero, mi guantes todo rotos, mis primeros dibujos, mis pinceles y por último.... el dibujo que pensé que lo había perdido.

—Qué habrá sido de tu vida señor, nunca te volví a ver— El dibujo era antiguo pero se lograba ver bien los trazos.

Me senté en la cama donde al frente se encontraba un espejo. Puse mi mano en mi boca y unas lágrimas empezaron a salir de mis ojos. Finalmente lo entendí.

—Ya se quien eres... viejo estúpido—

Apreté el dibujo mientras una sonrisa de felicidad se dibujaba en mi rostro.

—¿Nathiel? Estás listo.— la voz de mi esposa en el  manco de la puerta me saco de mis pensamientos.

—Listo— La sonreí pasando mi mano por mi cabello con canas salientes.

THE END

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Espero les guste esta historia, fue difícil decidir el nombre para ser sincera, junto con los escenarios TwT.
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Les agradezco con todo mi corazón por seguirme y seguir este libro de Poemas y perdón si me tarde más de lo normal, tenía cosas que resolver en mi casa pero ya estoy de vuelta...
  ¡LOS AMO! ❤❤❤❤