"La Estatua"

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-Ahora vengo, no tardo- se despidió la castaña, sus tíos se despidieron y fue corriendo hacia el bosque, veía las diferentes criaturas, que para ella, eran hermosas, veía la naturaleza y el sol resplandecer, en su rostro se reflejaba una sonrisa, siguió caminando, siempre en la misma dirección, hasta que llegó a su destino, vio una estatua de un triángulo de piedra, llena de musgo y hierba- ¡Hola otra vez Bill!- gritó la adolescente, con una gran sonrisa- me tarde esta vez, pero volví- se sentó al lado de la estatua- hoy fue un gran día- sonrió y volteó, viendo la estatua- el tío Stan me compró un montón de dulces- miró hacia el cielo- sabían deliciosos- se recargó en la estatua- te traje algunos- colocó los dulces al lado de la estatua- me hubiera gustado que siguieras aquí Bill- su sonrisa se desvaneció, dejó de hablar por unos minutos.

-Nunca podrás moverte de nuevo, ¿cierto?- rió en silencio, aún con un rostro de tristeza- ya han pasado 5 años- miro al cielo- y sigo viniendo contigo, una vez cada semana...a veces con Dipper, pero creo que su presencia no te gusta mucho- rió- si te soy sincera- se acercó a la estatua y puso su mano al lado de su boca, como si estuviera diciendo un secreto- a mi también me desespera- sonrío- pero guarda el secreto, Bill- limpio el moño del ser de piedra delicadamente con sus manos- te limpié la semana pasada, pero entre tanta naturaleza, te ensucias de nuevo muy rápido- sacudió el sombrero que poseía la estatua- sé que puedes escucharme- miró sus manos- parecerá extraño, pero no me siento sola cuando estoy aquí- hizo una pequeña pausa- al principio me daba miedo...pero después lo superé- miró el césped- estoy feliz de pasar tiempo contigo- comenzó a mover sus pies- antes era muy ingenua e inocente- rió- creo que siempre te burlabas de eso en secreto- sonrío y volteó hacia la estatua- lo has pasado mal, ¿no?- miró la estatua con ojos de tristeza- Te trataron como un objeto- mencionó con tristeza- te utilizaron, te tomaron fotos, posaron en tu cuerpo...todo por dinero...- volvió a ver el cielo- pero...era lo que a ti te gustaba hacer, ¿me equivoco? tratar a los demás como tus piezas de ajedrez...tus marionetas...- dejó de hablar por un momento- ¿Por que tenías que agradarme tanto justo cuando te fuiste?- se levantó.

-Ahora que recuerdo...- volteó para ver la estatua- ¿por qué me encerraste en esa burbuja Bill?- hizo una pequeña pausa- Siempre hablamos sobre el mismo tema...- volvió a hablar y movió su cuerpo, poniéndose en frente del triángulo, ahora inmóvil- ¿acaso lo hiciste por diversión?- entrecerró sus ojos- ¿por respetar el trato? O...¿para hacerme feliz?- se percató de lo que había mencionado y negó con su cabeza- No...tu no harías cosas para hacer felices a los demás- rió- tenías mucho poder, te hubiera pedido tantos dulces- sonrió- ¡me los hubieras dado al instante!- dijo con emoción- pero ahora...nunca...- su sonrisa se desvaneció de inmediato- nunca nos veremos de nuevo- miro el suelo- ¿sabes? No debería de venir contigo, de hablarte...¿o si?- en su rostro se podía ver la tristeza que la situación creaba- eras así por una razón, lo sé- volteó hacia la estatua- ¿por qué nunca trataste de decirme nada? Yo te hubiera escuchado, te hubiera entendido y ayudado- se sentó y recargó su cabeza junto a la estatua- y lo peor es que espero una respuesta de tu parte...- miró el suelo- una respuesta que sé que nunca tendré...- levantó su vista de nuevo- debería de traer a alguien, para que platique contigo también...- cerro sus ojos un momento- tu voz solo será un recuerdo ahora...- abrazo con fuerza la estatua para quitarse rápidamente- Tengo que irme Bill- se levantó con lentitud- volveré cuando pueda- le sonrío a la estatua.

Un ser vigilaba a la adolescente seriamente, mientras está se alejaba poco a poco de él, esfumándose de su vista- Estrella Fugaz...- dijo el triángulo- puedo escucharte-

Pero ese "volveré cuando pueda" nunca llegó, Bill esperaba ansioso cada semana el día en el que la joven solía visitarle, pero era en vano, 1 año pasó y Bill aún esperaba a la joven, después de todo lo que ella le había dicho, le había acompañado, tenía la necesidad de seguir con la esperanza de que algún día volvería. Bill se encontraba sentado en su estatua de piedra, viendo el césped con tristeza.

-No se pudo haber olvidado de mi...- mencionó con tristeza el triángulo.

Seguía esperando, cada día iban personas nuevas, posando junto a su estatua inmóvil, haciendo poses desagradables para el triángulo, mientras este veía con aborrecimiento cada día lo que le sucedía a su estatua. Se encontraba explorando alrededor de su estatua, lo más lejos que podía separarse de esta. Los animales lo veían con pavor, huyendo al instante.

-Al parecer son mejores que los sacos de carne- río de lo que había dicho y continuó observando.

Después de un mes, Bill ya no esperaba a la joven, su esperanza de volverla a ver se había desvanecido y le afectaba, se sentía solo y arrepentido por todo lo que había hecho, escuchó unos pasos acercarse a él, pero no le importo y continuó sentado en su estatua, de espaldas, viendo la lejanía del bosque.

-Bill...- escuchó una voz dulcemente conocida, su ojo se abrió con sorpresa al escuchar aquella voz y volteó rápidamente, observando a la adolescente, ahora mayor, en su ojo se reflejo una gran sonrisa.

-Estrella Fugaz...- dijo con emoción.

-Ha pasado mucho tiempo- vio como la joven se sentaba al lado de la estatua y se recargaba en esta.

Bill la miro con tristeza, recordando que ella no podía verle o escucharle, se acercó a su estatua, sentándose en el brazo extendido de esta.

-Lamento no haber venido, escuela...- dijo con pesadez- créeme, fue una pesadilla- rió- tal vez peor que tu Raromagedón- mencionó sarcástica.

Bill rió junto a la joven, escuchando atentamente lo que esta le diría.

-Mi escuela es genial, hay muchas buenas personas y...- hizo una pequeña pausa- ¿adivina quién tiene novio?- mencionó con emoción- esta chica, ¡si!- alzó su puño.

Al escuchar esas palabras Bill borró su sonrisa, para mirar a la joven con seriedad.

-Es muy tierno, Bill- se aventó a ella misma hacia la estatua- me gustaría que lo conocieras, así leerías su mente y me contarías todos sus sucios secretos- dijo entrecerrando sus ojos- No, es broma- rió.

El triángulo seguía viendo a la joven seriamente.

-No puedo pasar mucho tiempo contigo- dijo con tristeza- proyectos- con su mano hizo un ademán, como si se hubiera disparado- si estuvieras aquí, sería cuestión de ¡clinc!- hizo un chasquido- y ¡BAM! proyecto terminado- se recargó en la estatua.

Bill la miro con incredulidad, poniendo los puños a sus lados.

-Bueno...- se levantó la joven- tengo que irme Bill, esta vez, volveré pronto- sonrío- sé que estás aquí, así que...te pido un favor...- hizo una pequeña pausa, Bill la miro con intriga- Oh, mira ¡uno de los dulces que te dejé hace un año!- Bill la miro con molestia.

-Estrella Fugaz...- rascó su ojo con pesadez.

-Bueno...lo que decía...- dijo dejando el dulce de nuevo en el suelo- no te olvides de mí, ¿si?- Bill la miró con sorpresa- no me gustaría que me olvidarás- sonrío- nos vemos después Bill- se despidió la joven.

-Hasta tiempo, Estrella Fugaz- dijo sonriente el triángulo, viendo a la joven correr con torpeza, esfumándose de su vista.

"La Estatua de Piedra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora