"No mires atrás, solo corre", me dijiste agitado. No podía creer lo que veía, el fuego nos rodeaba, y todo lo consumía, el colegio, la iglesia, mi hogar. No tenía esperanza alguna, sabía que este sería mi fin y el de quienes amaba.
No entendía por qué comenzó aquel infierno, me quedé inmóvil, un disparo me aturdió, cuando reaccioné, corrí sin dudarlo. Un charco de sangre te rodeaba, y mientras te miraba, vinieron a mi mente tantos recuerdos, un futuro a tu lado, nuestros sueños, todos destruidos por la maldita guerra.
Algo me bajó de las nubes, un metal frío rodeo mis muñecas, caí sobre la dura tierra y una piedra lastimó mis labios.
Sabía que yo era la siguiente. Este sería mi fin. Me preparé para el "gran paso", que obligadamente estaba por dar. Cerré mis ojos y comencé a rezar. Todos los recuerdos se agolparon en mi mente. Hubiera deseado fueran eternos, pero no fue así.
Volteé para verte, mis mis lágrimas rozaban mis frías mejillas... "Pronto nos veremos amor", esas serían mis últimas palabras.