Lazos & letras (pt. 1)

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Mi relación con mi madre es difícil de explicar. Sé que nos amamos mucho, pero no somos las típicas madre e hija que ven Netflix juntas todo el día y que conocen los secretos, pensamientos y detalles de la otra. Ella es más de preguntarme si quiero ir a comprar joyería a Bvlgari o Tiffany & Co., ir de shopping a Gucci, Versace, o a la semana de la moda con ella, o de ir con sus amigas a pintarse las uñas exactamente cada dos semanas, sin falta.
También está constantemente ocupada organizando fiestas y bailes de gala para caridades, fundaciones y demás.
Supongo que es lo que hacen todas las madres adineradas, pues la madre de Jimin no es la excepción.

Con su garbo y gracia, esta mujer nos sorprende en cada evento que organiza, con un estilo único al vestir, al andar y hasta al hablar, por eso mi madre y ella son, ¿buenas amigas? Pero mi mamá no había dejado de ir a sus citas semanales con el cosmetólogo y sus otras amigas, mientras que nadie había sabido nada de la madre de Jimin en las últimas tres semanas.

En mi cabeza, jamás imaginé ver a la Sra. Park tan triste, sin brillo y sin su elegancia.
Usando una bata de seda beige con pequeños círculos dorados de la marca New & Lingwood, me abrió la puerta mostrando sus pequeños ojos rasgados, tenía largas bolsas moradas bajo sus ojos los cuales se quisieron llenar de lágrimas por un segundo pero asumo que, no queriendo quebrarse delante de mí, prefirió regalarme media sonrisa y un fuerte abrazo que duró un minuto exacto. Al entrar a su hogar pude notar el silencio y la oscuridad que reinaban.
Las grandes ventanas que alguna vez dejaron pasar la luz del sol, hoy estaban cubiertas por largas y gruesas cortinas de terciopelo importadas desde Alemania. Pensé en la ironía, en lo que significa tenerlo todo (físicamente), y perder lo único que realmente importa; era así como la Sra. Park se sentía y supongo que su esposo también aunque los negocios hayan demandado su presencia, "de urgencia".

—Querida Rha, tenía algún tiempo sin verte cariño. Tu padre me ha contado lo triste que has estado, y comprendo tu dolor.— dijo con un tono de voz opaco.
—También lo extraño mucho, pero tengo que intentar seguir adelante.—

Pequeñas lágrimas brillosas empezaron a bañar su rostro y su voz quebrada hacía más difícil el poder aguantar las mías.

—Jamás entenderé por qué mi pequeño Jiminie decidió hacer lo que hizo— dijo entre cortos sollozos.

—Yo tampoco lo entiendo señora, pensé que él era feliz, quiero decir, la relación de usted con él era incluso mejor que la de mi madre conmigo, sé que su papá siempre estuvo ausente por negocios— como ahora, pensé
—Pero los ama, y les proveyó lo necesario para vivir.

—Tienes razón hija, aunque el dinero no lo es todo, hoy lo sé más que nunca. Y de qué nos sirve tener tanto dinero si no podemos traer a nuestro hijo de vuelta. Y yo necesito a mi esposo y él no está aquí como casi siempre, me siento abandonada y sola y...

Con mucho dolor y un poco de resentimiento la señora Park, sin darse cuenta, empezó a contarme cosas del señor Park, cosas de las cuales Jimin siempre tuvo dudas. Cosas como que su padre había sido infiel a su mamá, o como que tenía un problema con el alcohol y con las iras. Cosas que nunca creí que fueran ciertas, porque aunque nuestras familias hayan sido unidas, la apariencia de los Park siempre fue la de la familia modelo, de show de televisión y ahora que lo pienso la mía es igual.

—Señora Park, yo estoy aquí para usted. Y créame cuando le digo que siempre estaré. Jimin podrá haber sido sólo mi novio de colegio pero yo quería pasar el resto de mis días con él y quiero pensar que él quería lo mismo.

—Lo entiendo pequeña— dijo mientras agarraba un pañuelo que le trajo una de las señoras de servicio, —De igual forma estaré yo para ti, es por eso que te cité hoy, para compartir contigo algo que solo el padre de Jimin y yo hemos visto hasta ahora—

Tomando entre sus manos una caja de madera que se encontraba en una mesita a lado del mueble, la señora Park sacó una carta y mi corazón se bañó en melancolía. Era su carta de suicidio, la que todos me habían nombrado y explicado lo que contenía, pero yo aún no había leído.

Esa puta carta me había dado pesadillas y retorcijones. Y ahora era mi turno de leerla.

Martes 15 de Abril del 2017

He tomado una decisión y sé que ustedes no estarán de acuerdo, es por eso que encontrarán esta carta junto a mi cuerpo sin vida. No busquen porqués ni se culpen. Yo no soy feliz. Mamá te amo por siempre. Papá, cuida de mamá.

Con dolor,
Park Jimin

¿Me estás jodiendo Jimin? Siento que te estás riendo de mí desde el más allá. Te conozco y sé que jamás te tomarías el suicidio como algo tan ligero.

Después de cruzar unas cuántas palabras más sobre temas bastantes triviales, me despedí de la Sra. Park.

Ella me despachó de su hogar regalándome la carta de Jimin, la cual guardé en mi bolsillo durante el corto pero frío camino de regreso al mío.

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Pt. 2 = BOOM! Wait for it.

Who killed Park Jimin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora