Lazos & Letras (Pt. 2)

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Al llegar a casa decidí darme un relajante baño de burbujas, estaba tomando muchos de esos últimamente. Me ayudaban a pensar. 

Abrí el grifo, encendí dos velas, y llené la bañera con la esencia favorita de Jimin. Una vez sumergida dentro del agua cerré los ojos para recordar con claridad algunas de las largas conversaciones que había tenido con él acerca del suicidio. 

Jimin era un hombre muy inteligente y en todos sus cabales, pero así como era de inteligente era de sentimental. Nunca podré entender cuánto dolor debía estar sintiendo por dentro para que haya decidido hacer lo que hizo pero si de algo estoy segura es de que jamás escribiría una carta tan simplona para despedirse de su madre. 

No me malinterpreten, estoy al tanto de que las personas que deciden cometer suicidio no se encuentran en sus mejores estados mentales, pero recuerden ustedes que lo conozco desde que andábamos en pañales. Tal vez estoy psicótica, no me juzguen, pero algo no me cuadra.

Durante nuestras conversaciones acerca del tema, Jimin siempre mostraba poca aceptación a la idea de lastimarse a sí mismo, decía que su cuerpo era su templo y que como tal debía tratarlo. Es una de las razones por las que tengo la impresión de que algo anda mal con esta carta. 


(* * *)


Durante la larga relación de amistad y luego noviazgo de Jimin & Rha, ambos se habían regalado los más exquisitos y preciosos regalos jamás dados. Sin duda, una relación de película romántica. 

Después de secar su cuerpo y su cabello, y ponerse ropa más cómoda, la joven Rha se sentó al filo de su cama mientras escarmenaba su grueso cabello negro y reflexionaba acerca de su antigua relación. Con mucha tristeza sacó del bolsillo de su falda de uniforme la carta que la Sra. Park le había regalado y la examinó de nuevo. 

Con la claridad que las luces de su habitación le ofrecían, Rha examinó con mucha más atención los detalles sutiles en el papel. Había manchones y borrones en algunas palabras, y se sentía la agonía en cada letra. 

Pero lo que llamó más la atención de la chica fue un detalle que no había notado en la casa de la Sra. Park (porque estaba muy oscuro), y ahora lo veía a simple vista; con un color candente pero descolorido, en la esquina izquierda del papel un punto rojo carmesí, parecía sangre. Si su amado novio se había amarrado una soga al cuello, ¿de dónde salió esa mancha?

Aunque la duda seguía en su cabeza, Rha decidió no darle mucha importancia, había sufrido demasiado en las últimas semanas que hasta empezaba a asustarse de tener una crisis de ansiedad, sin duda era una chica muy fuerte. 

Deicidió enfocar sus últimas dos horas antes de dormir en recordar los momentos buenos, y revisar algunos regalos de los que Jimin le había dado. Yun, detallista de toda la vida, mantenía los regalos en una gran caja roja con tapa y un lacito.

Habían regalos de todo tipo;  pulseras de Cartier, globos de nieve bañados en oro, y joyas muy caras más nada de eso llamaba en extremo la atención de Rha pues Jimin le había dado esos regalos a sólo porque su padre así lo había querido. 

Sin embargo, los regalos que Yun más amaba eran aquellos que Jimin le había dado por su propia cuenta; el pasaje de su primer viaje juntos, una rosa eterna con una cajita de cristal, globitos de nieve no bañados en oro (porque ella sí que amaba los globitos de nieve) y demás chucherías pequeñitas pero significativas. 

Y debajo de todos los regalos grandes, la encontró. La primera carta de amor que Jimin alguna vez le escribió. Con su caligrafía tan limpia, los trazos definidos y los puntos sobre las íes, la carta de amor más tierna del mundo (al menos para ella), con el primer "te amo" por escrito que el muchacho le había dedicado. Y miles de papelitos con notas de cariño que él le daba, en el aula, en sus salidas, en su diario vivir. 

Después de leerlos y sonreír como una tonta con cada uno, su ceño automáticamente se frunció, con ahínco busco el papel amarillento de la despedida de su novio por toda su cama, lo encontró bajo su pierna. Al levantarlo y comparar ese con el papelito que decía "you're the most beautiful girl in the world" que Jimin le había dado un día cualquiera, lo notó en seguida. Ella en el fondo lo presentía, sabía, desde que la tuvo en sus manos, que algo andaba mal con esa carta, pero ahora era más obvio aún. 

Volvió a pensar por un minuto que tal vez, en un apuro por querer acabar con su vida rápido Jimin escribió chueco y patuleco, pero recordó que eso no era posible, pues la nota estaba bien redactada y las letras eran rectas y largas, no gorditas y bien formadas como las de Jimin; aún cuando uno escribe apurado no se debería perder la esencia de la caligrafía. 

Siguió comparando papeles y cartas con la nota de despedida, y todas la llevaban a la misma conclusión. Esa no era la letra de Jimin. 

Y si esa no era la letra de Jimin, de quién era, y por qué alguien la había dejado. 

Su mente empezó a divagar en las infinitas posibilidades, y una pequeña parte de su cerebro le decía que tal vez se estaba volviendo loca, que tenía que dejar de pensar en tonterías, pero no se quedaría tranquila, iba a investigar hasta debajo de las piedras si era necesario pues si existía la más mínima posibilidad de que alguien le hubiese hecho algo a Jimin, ella sería la primera en vengar su nombre. 

Ya que (sin juzgar) ni su propia madre, con todo el amor que le tenía y el lazo familiar irrompible que ambos poseían, se había dado cuenta de que su hijo no escribía así. 


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(^^)

Sorry, he estado súper ocupada y sin inspiración, intentaré act. pronto de nuevo, gracias por leer y sus votos y comments y eso. <3

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⏰ Última actualización: May 25, 2018 ⏰

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