No sé cuándo lo conocí ni tampoco como. Solo sé que al hablar de este tema mi corazón palpita muy rápido y mis ojos tienen ganas de romper en llanto. Yo vivía con mis padres y mis hermanos. Me gustaba mucho la informática, mi ordenador era mi mundo, donde podía romper estereotipos y hacer lo que yo quisiera. Mi ordenador era mi mayor tesoro. La escuela se volvía cada vez más y más aburrida. Contaba las horas para regresar a mi casa, a mi mundo, donde único era feliz. Así estuve por años, poco a poco caía en el vicio cibernético, pero no me molestaba, era la mejor droga que había probado, mi ordenador. Como cualquier otro joven de 16 años tuve amigos y también tuve novias, pero hubo un punto en el que perdí la noción del tiempo, ya ni siquiera me importaba lo que pasaba a mí alrededor, estaba ciego. Todos mis amigos se alejaron de mí y quede muy solo en la realidad, aunque realmente no me interesaba. Sin embargo, mi vida de pronto pareció volver a tomar su rumbo; ya podía resistir semanas sin encender mi ordenador, volví a tener un grupo de amigos como antes y hasta salí a fiestas por primera vez. No sabía como explicarlo, pero mi vida volvía a ser aparentemente normal. Fue en ese mismo instante que todo cambió para siempre. Recibí una extraña llamada telefónica. Los pelos se me pusieron de punta y los escalofríos se hicieron notar. Era una voz cálida que nunca antes había oído. Su nombre era Jungkook. Me hablaba como si me conociera, como si yo fuera su amigo de siempre. De igual manera, yo también le hablaba muy casual. Esa no parecía nuestra primera charla. Era raro, pero algo en mi interior me decía que siempre había sido así, que él siempre había estado allí. A partir de ese día recuerdo cada una de las conversaciones que tuvimos; eran largas horas de charla todos los días. Jungkook era muy simpático y me tenía mucho aprecio; se convirtió en mi mejor y único amigo. Incluso visitaba a menudo mi casa, al igual que yo iba a cada rato a la suya. Siempre que tenía algún problema ahí estaba él; con su sonrisa en su rostro y sus suaves dedos en mi cabello, ayudándome siempre a salir de mis momentos difíciles. Cuando me di cuenta, ya era muy tarde, no me lo creía, me había enamorado de él. Y te aseguro, nunca antes había sentido por una chica lo que estaba sintiendo por ese chico sentado frente a mí. Me abrazaba a cada rato y yo me desmoronaba. Sus dedos en mi pelo me hacían más feliz que cualquier otra cosa en este mundo. Ahora mi mayor droga era él. Él se había convertido en mi mayor tesoro. Cuando entré a la universidad nos distanciamos un poco. Pero yo no lo olvidaba, extrañaba sus llamadas, su sonrisa y sus leves caricias. Sin embargo, ese era un tiempo en el que estaba muy centrado en mis estudios y nada podía distraerme, ni siquiera Jungkook. Necesitaba graduarme de derecho y hacerme abogado para poder sustentar a mi familia. Pero esa aparente tranquilidad en mi vida duró poco; dos meses después fui expulsado de la universidad y eso conllevó a que tuviera problemas con mis padres. Mi padre se volvió alcohólico y golpeaba muy a menudo a mi madre, a mis hermanos y a mí. También empecé a fumar y a apostar. Mi vida se había vuelto un asco. Fue entonces cuando de verdad eché de menos a Jungkook; necesitaba más que nunca un abrazo suyo y que me sonriera como lo hacía siempre. Ahora que mi mayor tesoro se había ido sentía que podía morir en cualquier momento. Estaba sentado a la orilla de un río ahogándome en alcohol y malgastando mi vida extrañando lo que pareciera nunca volvería a mí,pero de pronto ahí estaba él, había vuelto, era Jungkook. Se apareció de la nada frente a mí y me estaba invitando a que pasara por su casa, hacía rato que no me veía y echaba de menos hablar conmigo, eso me dijo. Yo fui corriendo, el simple hecho de verlo de nuevo era suficiente para que las ganas de vivir volvieran a mi cuerpo. Llegamos, pasamos a su habitación y empecé a desahogarme con él, a contarle mis problemas y lo mal que la estaba pasando. Qué bien se sentía. Sus caricias en mi pelo otra vez y su sonrisa como siempre. Mi corazón palpitaba como nunca antes lo había hecho y mis ojos hablaban por si solos. No aguantaba más, lo que sentía ya me estaba consumiendo por dentro y ya no podía retenerme ni un segundo más. Agarré su mano, lo miré por unos segundos a sus ojos y lo besé. Mi corazón estalló y mis ojos comenzaron a ver estrellas fugaces. Lo besaba una y otra vez como si fuera la última. No quería dejarlo ir, quería besarlo hasta que se secaran mis labios. Jungkook era el fetiche más grande de mi vida; quería hacérselo saber. Por su parte, él estaba inmóvil y no tenía expresión alguna en su rostro, se notaba muy sorprendido. Yo seguía acariciando su pelo, su abdomen, su espalda, no hubo centímetro de su cuerpo que mis manos no tocaran. Mi cuerpo ardía tanto que sentía que lo podía quemar en cualquier momento. Estaba tan fuera de mí que ni siquiera me percaté en el momento que nos despojamos de nuestra ropa; su desnudez me enloquecía. Nuestra respiración se volvía cada vez más y más agitada. Las gotas de sudor le corrían por todo su pecho hasta su pelvis, y aun así el me miraba con esa sonrisa que sabía muy bien que me mataba. Jungkook se puso de pie. Desnudo y bañado en sudor, hacía que mi interior se incendiara cada vez más. De pronto me tomó del cabello, que antes tocaba con gran suavidad, de la manera más salvaje que pudo y pasó su lengua por detrás de mí cuello hasta llegar a mi oreja y atrapar entre sus dientes mi lóbulo, mi vista se nubló por unos segundos y sentí como si hubiera muerto y nacido de nuevo. Me dio la vuelta y me lanzó contra la pared. Me agarró del cabello nuevamente, pero esta vez muchísimo más salvaje. Tiró de mí y fue entonces cuando sentí el dolor más grande de mi vida; pero el dolor no pudo más que el placer; el placer me absorbía. Una y otra vez, una y otra vez, sentía lo que era tocar el cielo de verdad. Parecía que derribaríamos la pared y que mi cabello quedaría completamente en su mano. Me volteó frente a él, me miró a los ojos y volvió a sonreír. Yo también sonreí, ¿a qué estaba jugando este chico? Él solo dio la espalda, recogió su ropa del suelo y con su voz cálida me dijo "ya es hora de que me vaya" Fui corriendo y lo detuve. No entendía nada. Estábamos en su casa, irse a dónde? De que hablaba? El momento no daba lugar a despedidas, si la mejor parte acababa de comenzar. Se acercó a mí y acarició mi cabello (como de costumbre) me besó profundamente y me abrazó por última vez.
Días pasaron y no supe nada más de Jungkook. Se esfumó de mi vida como por arte de magia. Ya no fue nunca más a mi casa; lo intenté llamar pero su número ya no existía e incluso fui a su casa pero estaba abandonada.
Fue entonces cuando reaccioné y descubrí la realidad.....
Mi nombre es Kim Taehyung; tengo 18 años. Soy un paciente diagnosticado con esquizofrenia severa cíclica a causa del excesivo uso de computadoras u otros dispositivos electrónicos y de la continua violencia doméstica. También estoy siendo investigado por ser el principal sospechoso del asesinato de mis padres y de mis hermanos. Jungkook nunca existió, solo fue el mecanismo de defensa que me creé para enfrentar mis miedos y saciar la sed de mi propia locura.
Hoy todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Todo lo que pasamos, todo lo que vivimos. Nunca olvidaré su mano en mi cabello, su sonrisa, sus ojos, su voz cálida. Nunca olvidaré a mi droga, mi adicción. Nunca te olvidaré, mi mayor tesoro....
*****
Para los que me siguen desde hace tiempo se habrán dado cuenta que esta historia la he publicado ya varias veces pero luego la elimino xD
Bueno, esta vez no la pienso eliminar, la continuaré como un KookV..
Sorry sorry si la preferían como antes, pero es que así me gusta mucho mucho más..
Espero que los cambios estén al nivel y disfruten mucho de Casado con el Demonio.❤Los quiamo❤
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Casado con el Demonio •• KookV ••
Fanfic-Jungkook, por qué me haces esto? -Porque puedo. -Desaparece Jungkook. -No quiero. -Eres solo una ilusión de mi mente. -Soy tu demonio. -Algo así no existe. Es mentira. Nada existe. Tú no existes. -Si existo. Soy tu demonio y tú eres mi humano, cond...