monedas de chocolate | taekook

❁Capítulo 9❁

Las luces de colores se reflejaban en las pieles claras de ambos chicos que mantenían sus brazos juntos, agradeciendo la oscuridad de la noche para evitar sus mejillas sonrojadas.

-¿Quiéres comer algo?-JungKook levantó su vista hasta el chico de cabello claro que lo miraba tiernamente.

-No, estoy bien por ahora Hyung-le sonrió tomando ahora, su mano.

Sus sonrisas eran completamente bellas, sus manos se acomodaban a la perfección y sus corazones latían sin parar, a un ritmo rápido pero controlado.

Podías notar los sentimientos, podías ver sus ojos alegres mientras caminaban entre la gente, cerca, con sus manos unidas y ocultando el frío de la noche de Daegu bajo sus sudaderas.

-Hyung-el menor tiró del mayor para hacerlo detener.

Ante los ojos de TaeHyung estaba la atracción más comentada entre la gente, según ellos subías a la rueda de la fortuna con alguien importante y luego de los dos minutos las vidas se unían. La gente especulaba bastantes cosas así, pero los dos jóvenes sólo querían estar arriba, ver el atardecer y quedarse allí, en su mundo -el que ellos crearon-.

-¿Estás seguro?-levantó su dedo para quitar algunos cabellos oscuros sobre la frente de JungKook.

-Claro que sí, quiero subir contigo ahora.

Ambos esperaron su turno con tranquilidad, hablando sobre temas aleatorios, preguntado cosas que son de importancia para ambos, desde colores favoritos hasta cual es el alimento que no comerían por nada del mundo.

-Pescado.

Tae río ante lo dicho por su acompañante, JungKook; el coreano que no come pescado.

-Eres bastante especial, muy-

El rubio se quedo con las palabras en la boca, sólo quería decir "único".

-Raro.

Tae miró a JungKook que reía al ver la expresión de su Hyung.

¿Cuál era la alegría del menor al auto-llamarse raro?

-Hyung, por el amor de NamJoon Hyung-tomó en sus manos la cara del mayor-. Ríete, la vida es una y si debemos reírnos de nosotros mismos estará bien.

Les tocó su turno, aunque el mayor seguía sin decir nada, JungKook sabía que no era por el haber dicho que era raro por no comer pescado.

-Tae, ¿Qué pasa?

Tae miró un segundo al frente, entre la gente, buscaba algo, buscaba a alguien.

-¿Hyung?-ahora le tomó la mano que descansaba en su pierna, le dió un suave apretón para llamar la atención.

-¿Qué pasa?

La risa suave del pelinegro lo hizo traer a tierra nuevamente. ¿Era él...?

-Esa pregunta la hice yo, hace un rato cambiaste notoriamente-le hizo un cariño en la mejilla tomando sus mejillas entre su dedo pulgar e índice formando una boca se pato-. Di: JungKook

Al momento en que TaeHyung iba a pronunciar el nombre del chico que hacía latir su corazón frenéticamente, lo vió otra vez.

Kyung...

Los dedos del menor se aflojaron, su ceño se fue frunciendo hasta que su cara demostraba total seriedad.

-¿Kyung?-intentó hablarle a Tae, pero éste parecía perdido entre la gente.

El mayor parpadeó un par de veces notando que Jeon lo había escuchado. Necesitaba un escape rápido.

-Deberías volver a casa.

TaeHyung miró a su acompañante con el intento de darle un suave toque en sus mejillas frías por el atardecer pero fue fallido debido al movimiento rápido de JungKook.

-¿Realmente estás aquí?, siento que subí con alguien completamente diferente-suspiró mirando al frente.

Estiró su brazo para mirar la hora desde el reloj de su muñeca, seguro aún era temprano y no tendría que hacer en casa de Nam. El reloj tan sólo marcaba las 19:38pm, aún así quería ir a casa de su Hyung.

-Kookie, debo hablar contigo de algo pero no aquí-esperó a tener nuevamente la atención del menor, con esa pequeña esperanza.

-Hablaremos camino a casa, no te preocupes Hyung-se levantó cuando la rueda se detuvo, bajo rápidamente sin esperar a Tae. Ciertamente algo le molestaba y dolía, ¿Por qué lo había llamado Kyung?

Nada se sentía bien camino a sus casas, sus manos estaban tan alejadas que parecían polos opuestos. JungKook esperaba nervioso a que Tae dijera algo, pero ya se veía tan cercano el lugar donde cada uno se separaría que perdía las esperanzas.

-Kyung, Min Kyung-suspiró dejando ver humo blanco que luego traspasó-. Bueno, hace unos años llegó un nuevo profesor al instituto su nombre: Min Kyung, realmente guapo y jóven, sus ojos llamaban más que nada la atención por su color azúl intenso. Lo conocí por un amigo al que le hacía clases, YoonGi me dijo que era gay y estaba soltero, compartíamos el gusto de la música más clásica, con algunos toques pop. Me enseñó a tocar saxofón, un día... me besó-suspiró tirando de sus cabellos-. Y... no había vuelta, estábamos sumidos en lo nuestro, nada importaba. Me castigaba después de clases para tener nuestros encuentros, un día nos encontró un profesor besándonos yo me sentí mal porque tenía una semana para dejarme o decir lo que pasaba, creí que no me dejaría, pero lo hizo porque se sintió abrumado dijo que serví bastante para cumplir sus necesidades y está bien ya que me sirvió igualmente, no por cumplir con esas cosas... sirvió ya que abrí los ojos y noté que hay gente realmente importante, sólo debo buscar.

JungKook se había detenido pasos antes, miró la espalda de TaeHyung tensa, suspiró tocándole cuidadosamente el hombro.

-Lo ví en la gente, sé que está aquí... volvió pero no lo quiero-se giró lentamente tomando las manos frías de Kook-. Encontré a gente más importante, que llena mucho más mi corazón.

Allí estaba el TaeHyung que conoció hace unos días, el que demostraba su fortaleza, el que dejaba sus peores miedos.

-¿Amas a Kyung?-negó rápidamente-. ¿Lo extrañas?

-Lo hago, pero no es ese sentido-se apresuró-. Extraño los momentos alegres, las bromas y eso, más allá no, estoy bien y feliz ahora.

JungKook asintió lentamente, dudando quizás. Tae no podía saberlo, sólo por su mente vino una idea, rogando que no hubiera rechazo por parte del menor tomó su rostro dejando un sonoro beso en su frente, justo donde sus cabellos abrían camino dejando ver la perfecta frente de Jeon.

-Soy feliz ahora, muy feliz.

Y el corazón de JungKook se detuvo.

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