Celebración (LeviHan)

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Cuando la guerra con los titanes acabó, todos los pertenecientes al Cuerpo de Reconocimiento, liderados por Hanji Zoe, recogieron sus pertenencias para volver a casa después de mucho tiempo. Todos los miembros menos uno.

Hanji no tenía familia o un lugar a donde ir, así que se quedó en el cuartel general del Cuerpo de Reconocimiento para comenzar a planear la forma de descubrir el mundo que había fuera de las murallas. Se podía decir que había dejado de estar ocupada con los titanes para ahora estarlo con el descubrimiento del mundo.

La comandante estaba tan concentrada en su nuevo trabajo que no notó como alguien entraba en su habitación. La persona misteriosa se acercó hasta el escritorio donde Hanji trabajaba y dejó ahí una bandeja con una tetera y dos tazas. El sonido del choque de la bandeja contra la mesa sobresaltó a Hanji, quien tomó un libro y lo arrojó a la persona que se atrevió a distraerla.

—¡Enano, no entres de esa forma! Pensé que estaba sola—dijo ella mientras señalaba a Levi con el lápiz con el que había estado escribiendo.

—No me disculparé, gafas de mierda. Debes estar atenta cuando supones que estás sola—la regañó Levi mientras recogía del suelo el libro que Hanji le había arrojado—. Supe que seguías aquí. ¿Por qué no te has ido?

Hanji dejó de verlo para mirar los árboles que se divisaban a través de su ventana. Eso le ayudaba a clarificar sus ideas.

—No tengo motivos para salir del cuartel y más con tanto trabajo—dijo con cierto deje de tristeza, ya que afuera del trabajo no tenía a alguien que quisiera verla desde hace tiempo. Al contrario, la persona que tiene su corazón trabaja con ella, aunque esa persona no lo supiera.

—Define no tener motivos—Levi puso frente a los ojos de Hanji una taza de té, la cual aceptó gustosa.

—No tengo familia, mis padres fueron asesinados por titanes cuando era una niña y tampoco tengo una pareja que me esté esperando—dijo y tomó un sorbo de té. Después miró a su amigo—. Sinceramente, pensé que era la única que se había quedado. No tuve en cuenta que tú tampoco tienes a nadie afuera igual que yo. Tal parece que sólo nos tenemos el uno al otro—Hanji le sonrío.

—Por eso vine a verte, sabía que no saldrías, aunque, también hay otra razón—Levi se sentó en la cama mientras miraba atentamente a quien había sido su primera amiga de la superficie.

—¿Cuál es, enano?

—Celebrar tu asenso a comandante del Cuerpo de Reconocimiento.

—¿Por qué deberíamos celebrarlo?

—Porque la situación en la que estábamos no nos lo permitía.

—Aún así, hay algo que no entiendo de todo esto.

—¿Qué es, dos ojos?

—¿Por qué celebrar cuando sólo estamos los dos en el cuartel?

Levi giró su cabeza a un lado para que Hanji no viera el rubor que comenzaba a notarse en sus mejillas. Sentía un poco de vergüenza que ella lo viera de ese modo, cuando la única mirada que siempre le había dedicado era de seriedad.

—Levi...

—Hay una buena razón—interrumpió el hombre de cabello negro.

—Deberías decírmela antes de que comience a indagar. Sabes perfectamente cómo soy—dijo ella acompañada de una mirada juguetona.

—Ya no puedo perderte, esa es la razón principal.

Hanji quedó sorprendida ante esa sencilla frase, tanto que su cuerpo actuó por su cuenta, llevándola hasta la cama para sentarse a un lado de la persona de más confianza que había conocido durante su lucha contra los titanes.

—¿Qué quieres decir?—preguntó mientras retiraba la taza de Levi de sus manos para dejarla sobre su escritorio.

—Los titanes ya no pueden matarnos, ya no podemos causarnos dolor con la muerte del ser amado a manos de esos monstruos—Levi volvió a mirar a Hanji, quien estaba sorprendida cada vez más. El azabache no resistió y tomó la mano de su comandante—. Sé que lo entiendes, gafas de mierda.

El corazón de Hanji comenzó a latir fuerte, y no por miedo o emoción como en los últimos años, era algo más profundo e intenso que eso. Ese algo se lo había prohibido ella misma para evitar lastimar a alguien, como Levi había dicho. Ella entendía perfectamente lo que él decía.

—De todos modos, creo que sí hubiera muerto alguno de los dos, estaríamos muy dolidos, pero estamos vivos después de tanto y eso es lo que importa—Hanji le dedicó la sonrisa más pura y verdadera en años.

—Así es, dos ojos, eso es lo que importa.

Poco a poco, sus rostros fueron acercándose hasta que sus labios se rozaron, tocando lo que desde hace tiempo había sido anhelado por ambos. Se besaron por varios minutos, cómo si el tiempo no existiera.

—Enano, ¿qué es lo que quieres?—preguntó ella cuando sus labios se separaron.

—Celebrar tu asenso, a ti y que al fin podemos ser algo mientras descubrimos el mundo—Levi acarició la mejilla de la comandante con ternura.

—Corrección, ya éramos amigos.

—Ahora podemos ser algo más que eso, gafas de mierda.

—¿Y si adelantamos la celebración bebiendo una botella de vino que guardo debajo de la cama?

—Lo que tú digas, comandante de dos ojos con gafas de mierda.

Ese día, Levi y Hanji celebraron el asenso de ella a comandante y que al fin, sus corazones sabían lo que sentía el de otro mientras bebían hasta el anochecer para después dormir abrazados el uno del otro.

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Hola, espero que les haya gustado mi segundo one-shot LeviHan. Espero pronto comenzar a escribir un fanfic más largo de ellos dos. Nos leemos la próxima vez, los quiero ❤️

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