Taehyung se perdió en el éxtasis, siempre había sido sumiso y en cierto modo tierno, pero ahora la desesperación fluía por su sangre, la presión de querer retenerle estaba en sus hombros. Proporcionó mordidas en las mejillas, el mentón, el cuello, los hombros y el pecho del menor, dejaba marcas cada vez más profundas, en ningún momento detuvo aquellos movimientos aunque el menor le suplicara detenerse, hizo oídos sordos y poco le importó la frustración en el rostro de Jungkook.
Las ideas que invadían su cabeza solo podían resumirse a una sola, "JungKook es mío, si no puedo tenerle yo, nadie más podrá hacerlo..."
Taehyung se sintió inteligente, pues todas aquellas marcas que ahora manchaban la hermosa piel de Jungkook solo serían la prueba de que Taehyung era el único dueño del menor, lo que significaba que nadie más podía tocarle, tenían que pasar sobre su propio cadáver, de aquello estaba seguro.
Ahogó las quejas del menor con sus propios labios, sus movimientos bruscos estaban aterrorizando a aquel que reposaba debajo del delgado cuerpo y es que aunque lo quisiera, no podía moverse, no se percató de la verdadera fuerza que podía llegar a tener Taehyung, hasta ese momento lo comprendió. Los ojos del mayor estaban ausentes, esa mirada fría que a Jungkook siempre le erizó la piel, esa mirada solo aparecía cuando el menor había hecho algo incorrecto a los ojos del mayor, esa oscura y vacía mirada era propia de la ira provocada por los celos que estúpidamente invadían a Taehyung, Jungkook tenía miedo...
Si tan solo se habría alejado de él desde el primer día que le gritó, todo habría sido diferente... pero, ¿cómo podría? Siempre había tenido una admiración hacia el mayor, se sentía cómodo cuando todo estaba bien. Jungkook si amó de verdad a Kim, o eso creyó, no se dio cuenta cuando aquel respeto y amor se trasformaron en algo más frio y abrumador, no se dio cuenta cuándo es que el miedo invadió su cuerpo y se convencía a si mismo de que todo era normal, que Kim tomaba su muñeca con fuerza hasta lastimarle por miedo a que se separara de él, simplemente Kook quería mantenerse en esa zona de confort que había construido con Taehyung, claro, hasta que conoció a Jimin, el chico amable y dulce que sin querer y por dejarse llevar había conocido algo más allá de su propio y pequeño mundo, a pesar del como resultaron las cosas, después de que Jimin se insinuara de aquella manera tan vulgar, Park le confesó su historia no era tan diferente a la suya, estaba cansado de aquel celoso y amargado chico... Entonces algo hizo click entre los dos y llegaron a la conclusión de que debían estar juntos y dejar todo atrás, esa tarde había sido la predilecta.
La noche anterior Jungkook permaneció abrazado a Jimin, había un dulce silencio entre ambos, ningún ruido o temor les invadía, se sentían completos y protegidos en los brazos del otro, Jimin acariciaba los sedosos cabellos de su pequeño conejito y Jungkook se dio cuenta de que en esa nueva zona de confort quería estar...
Jungkook se sentía asfixiado por los torpes besos. Se maldijo mil veces por querer complacer por última vez a Taehyung, creyó erróneamente que su Hyung estaría satisfecho y por ende le dejaría marcharse, que equivocado estaba...
Jeon mordió con fuerza el labio inferior de Taehyung haciendo que aquel líquido oxidado se mezclara en su saliva manchando de paso la comisura de sus labios, era asqueroso.
—Taehyung, estas lastimándome... — Jungkook llenó sus pulmones un par de veces antes de proseguir —, te quiero, pero no de la forma en la que esperas que lo haga, no puedo corresponder a tu enfermo amor.
— ¿Por qué intentas alejarme Jungkook? — una sonrisa se formó de nuevo en su rostro, una diferente, una que Jungkook no pudo ni siquiera descifrar hasta que las manos de este, tomaron su cuello con fuerza — ¿No lo entiendes? Me perteneces, para siempre.
Jungkook luchó una y otra vez por alejar aquellas manos de su cuerpo, el aire no llegaba a sus pulmones y comenzó a sentir pánico, miró los ojos de Taehyung buscando compasión, pero esta fue negada casi de inmediato.
Era grotesco pero Taehyung se sentía excitado por sus propias acciones, sintió como la adrenalina invadía su cuerpo, su sangre bombeaba tan rápido y la ira provocada por aquellos estúpidos pensamientos le llevaron a incrementar la fuerza en aquel agarre antes de llegar a aquel orgasmo miró fijamente los ojos del menor, estos ojos comenzaron a nublarse, quiso detenerse pero ya no había vuelta atrás le estaba arrebatando la vida justo como él le había arrebatado el corazón... Ese es el precio que tenía que pagar. Se vio reflejado en esos preciosos ojos por unos segundos antes de que aquel brillo se apagara por completo, ni siquiera él mismo pudo reconocer al chico de aquel borroso y lejano reflejo.
Quedó exhausto, débilmente se recostó sobre el pecho del chico tendido en la cama, se aferró a él y acaricio la piel tibia de Jungkook, suspiró profundo y una sonrisa se le formó en el rostro.
—Eres inevitablemente mío ahora Kookie — repartió besos en la extensión de su pecho — pero por ahora tengo que dejarte, será una sorpresa para Jimin.
Taehyung besó por última vez los labios de Jungkook, mordió suavemente su labio inferior y se levantó por fin dejando libre aquel cuerpo frío e inerte.
El cuerpo de Jungkook reposaba sobre la cama, Taehyung tuvo la descendía de cubrir con una sábana su cintura, protegiendo su intimidad. Pasados unos minutos, su cuerpo presentaba los hematomas hechos por los labios de Kim más perceptibles, su piel era tan pálida que sobresalieron aquellas marcas en su cuello con un tono rojizo acompañado de tonos morados y un leve oscuro profundo.
—No me mires de ese modo, conejito... — Kim observó el rostro frío y la mirada perdida de Jungkook por unos segundos y terminó por pasar su mano sobre los ojos abiertos y perdidos del menor haciendo de esa forma que estos se cerraran por última vez.
♞Funesto Final♞
Muchas de ustedes, apoyaban a TaeTae.... ¿Mantienen su elección?
Recuerden que esto solo es un fanfic.
Mañana subiré el final.
Gracias por leer.
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Funesto Final
FanfictionEl romance y la pasión son necesarias para mantener una relación estable, incluso en la despedida de la relación si dos cuerpos se entrelazan puede fluir una oportunidad más. Como el ave fénix que renace de las cenizas, un amor que fue dominado por...