•"Dominación"•Hace un par de meses conocí a un directivo del banco en que trabajo. Fue una conferencia en la ciudad a la que él asistió, viajando desde la ciudad de Monterrey hasta acá. Su nombre es Brent Callum, de treinta y dos años, y aunque radicaba en el país, su nacionalidad era Inglesa. Era el típico empresario europeo de porte elegante, mirada penetrante y una seriedad que en el momento en que la vi, me intrigó demasiado. En la conferencia se presentaron los proyectos nuevos de la empresa, su nueva visión hacia el futuro y se ofreció un pequeño ágape al final. Toda esa noche él estuvo ocupado resolviendo las inquietudes de todos los jefes que llegaban a abordarlo, yo lo miraba a la distancia, fijándome en cada detalle de su rostro, de ese cuerpo bastante atlético que alcanzaba a percibirse a pesar del traje azul marino que usaba. En mi mesa estaban algunas compañeras de la oficina con quienes compartí un par de copas, bailamos algunas canciones en ocasiones, cenamos y charlamos.
-Es un bello vestido el que lleva puesto, señorita.
Me abordó el Sr. Callum dejándome impactada al escuchar su voz y tener su atención.
-Señorita Montenegro, ¿no?
-Así es, señor. Pero llámeme Sofía, por favor. Es un placer. -Contesté.
-Me han hablado demasiado de su trabajo en el corporativo de Guadalajara. Me parecen impresionantes sus logros y los nuevos clientes VIP que ha hecho firmar con nosotros. Me alegra saber de alguien que lleva tatuada la empresa en su piel.
-Ha sido el mejor lugar en el que he trabajado señor, mi segunda casa, mi nueva familia.
-No me diga señor, por favor. Si le llamaré por su nombre, use también el mío... Brent... -Me ordenó dejando sus ojos fijos en los míos.
-Discúlpeme, así será.
-Acompáñeme, le invito una copa.El lugar del evento era el piso veintiuno de uno de los edificios del banco. Al pedir las copas de tinto, nos dirigimos hacia una pequeña terraza en la que estaban algunos de los fumadores y charlamos por unos minutos. Nada referente al trabajo, él parecía estar interesado en conocer más acerca de esa mujer de la que tanto le habían contado, así que me interrogó suspicazmente y yo le respondía con mucha honestidad y a veces sonrojada cuando sus preguntas eran un tanto más personales.
-¿Tiene pareja, señorita Sofía? -Me preguntó
-Hace unas semanas que terminé una relación de años. Él al final no quiso formalizar.
-Es una pena que una vez teniéndola, alguien tenga el descaro de dejarla escapar de sus manos, señorita.Quise preguntarle lo mismo, pero era una respuesta que en realidad no querría escuchar, y una respuesta que sería fácil descubrir por mi cuenta. Digo, ¿qué probabilidad existe de que un hombre como el que tenía enfrente no tuviera una hermosa modelo a su lado?
-¿Conoce las oficinas centrales del banco?
-¿Las que están en Europa?
-Si, señorita Sofía...
-No, solo he viajado a las ciudades de México en las que tienen oficinas corporativas.
-¿Sabe hablar inglés? -Seguía con sus preguntas.
-Claro.
-Perfecto. En un par de semanas le haré llegar un itinerario de viaje, la esperaré en la Ciudad de México y de ahí volaremos hacia Londres.
-Disculpe mi imprudencia pero, ¿cuál será el motivo del viaje? -Le cuestioné.
-Quiero que me acompañe. Habrá un evento similar a éste allá, y ya que no me ha preguntado nada en esta ocasión, le mostraré algo sobre mí estando en mi país. ¿De acuerdo?No podía negarme a semejante invitación, así que acepté acompañarlo.
-Bueno, señorita Sofía. Ha sido un placer conocerla al fin. Le enviaré lo que acordamos en unos días y así nos conoceremos más. -Dijo tomando mi mano firmemente.
Terminé todos los pendientes del mes, capacité a quién me cubriría esos diez días que estaría de viaje y me encontré con el señor Callum en el aeropuerto de la Ciudad de México el día trece de mayo.
Al parecer él usaba a diario sus trajes, esta vez era uno café, me esperaba con un portafolio y un par de maletas y yo iba con un pantalón de mezclilla, mis tenis y una blusa tipo polo.
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Dominación
Short StoryRelatos basados en la señorita Sofía Montenegro, quien cae ante el poder seductor de un hombre que tiene la facilidad de hacerla ceder, experimentar, vivirse en realidad.