Unico

287 61 14
                                    

Siempre hubo dos palabras que, a pesar de estar en una relación, jamás escuchó.

Tampoco las necesito, conocía demasiado bien a su amigo de la infancia y amante como para entenderlo sin hablar.

Bakugou Katsuki no era un hombre de palabras, era un hombre de hechos.

Eso se lo demostraba cada mañana cuando lo despertaba con un beso tierno en los labios o alguna caricia muy sueve sobre su cabello.

Cuando lo miraba por unos segundos antes de robarle un casto beso, para alejarse sonriendo satisfecho de dejarlo hecho un manojo de nervios.

Siempre había hechos que, dulces o no tanto, le demostraban ese sentimiento que muchos poetizaban sin razón o sentido real.

Incluso cuando se lastimaba en las peleas priorizando las vidas de los demás en vez de la suya.

Kacchan siempre le daba un ensordecedor sermón de lo inútil y débil que era como para terminar lastimado.

"¡Solo un Inútil se lástima salvando a los demás!"

Escupia, con un poco de odio y mucha furia.

El discurso podía seguir por minutos u horas pero siempre terminaba con un abrazo demasiado fuerte, casi desesperado que dejaba muy claro el mensaje encriptacdo en las palabras del rubio.

"Tenía tanto miedo de perderte, idiota."

Y en cada ocasión terminaba sonriendo cuando lo entendía. Era tan bello ser amado asi.

Sin palabras, solo hechos.

Pero una pequeña parte de su ser deseaba con todas sus fuerzas escuchar esas palabras.

Estaba seguro que en el momento que las escuchará saliendo de esos finos labios que lo llevaban a la locura en más de una forma, su corazón palpitaria más que nunca, probablemente moría de felicidad.

Si, muchas veces soño con escucharlas directamente, sin rodeos, sin mensajes subliminales.

Sin embargo, no le importaba si nunca las llegaba a oír. Ya sabía lo que sentían, decir eso no cambiaría nada. Después de todo solo eran dos simples palabras.

Solo dos dulces palabras.

Solo dos horribles palabras que prefería no escuchar jamás.

Ojalá nunca las hubiera deseado, tal vez así no dolería tanto ver a su héroe explosivo moviendo con dificultad sus labios para poder hablar.

No, por favor no.

En su mente se repetía esa frase sin poder hacer que lleguen a su garganta.

Sus ojos inundados en lágrimas le impedía notar los detalles grotescos de aquel hueco en el pecho de su amante, el que ahora estaría en su cuerpo de no ser por su heroe. Más no le impedía notar como la vida se iba lentamente de los rubíes que lo enamoraban desde niño.

"Te amo, Deku"

Pronunció con un delgado hilo de voz.

E izuku se sintió morir.

Con cuidado beso los labios morados de su amante. El sabor metálico de la sangre mezclado con el salado de sus lágrimas eran lo más asqueroso que alguna vez probó. Sin embargo, el cosquilleos en sus labios,el calor que se extendia desde su pecho hasta el resto de su cuerpo hacían de ese el beso más maravilloso que alguna vez tendría.

Tal vez, esa era la despedida más perfecta. La que jamás quiso.

Era la expresión de un sentimiento que dos siemples e insignificantes palabras no podrían describir.

"Solo un idiota muere protegiendo a la persona que ama"

Regaño, igual que la persona ya inerte entre sus brazos solía hacer.

Dos Palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora