Te removiste buscando la mejor posición para ver anime, ya sin encontrar una posición en la que estuvieras completamente cómoda, miraste tu celular buscando notificaciones de alguna historia, pero lo único que encontraste fue un mensaje de Tintín.
_(T/n)-san voy en camino!
Dejaste el celular de lado y seguiste mirando anime,un grito de la cocinera te estremeció y gritando le preguntaste.
—oe niña, ¡hay un muchacho que te está buscando!
—eh, que?.... Un muchacho?, Quien?- saltaste de tu cama para dirigirte inmediatamente a la cocina—¿que muchacho?- preguntaste asomando la cabeza hacia la entrada, y tuviste que analizarlo varias veces para lograr recordar porque aquel rubio se encontraba en tu casa,ensaste y pensaste hasta que recordaste la maqueta.
—¡Ah!, ¡Coño!, Lo olvide- te diigiste hacia donde estaba parado el rubio, pero te tropezaste con uno de los zapatos que tú habías dejado tirado. De forma inmediata la señira del aseo te ayudo a levantarte y te pego con tu propio zapato.
—¡Te dije que no dejaras los zapatos tirados en medio de la sala!- y se fue indignada, sobasge levemente la parte golpeada y respondiste.
—ahh, si ma....- te volteó a ver sorprendida—ma,ma...¡Maple!- exclamaste con la cara sonrojada—es que quiero hotcakes con Maple.- intentaste corregir tu error.
—ehg, perdon mirio, creo que lo olvide- hiciste una pequeña reverencia.
—no es importante ya estoy aquí, pero...- te volteó a ver con una sonrisa tan brillante que podría derretir ambos polos— alfin me dices por mi nombre.- te abrazo como si fuera el mejor acto del mundo, pero debido a tu poco contacto físico con todos en común , casi te desmayas al sentir el contacto.
—eh, ¿estás bien?- escupiste sangre por la boca —creo que si...- le contestaste ya casi ida.
—creo que deberíamos ir a la biblioteca o si quiere a mi habitación...- no supiste si fue una pregunta o lo ya que te estabas tratando de zafar de aquel abrazo.
—la, la biblioteca es mejor- dijo después de meditarlo levemente, en seguida te pregunto dónde estaba, y en ese momento te bajo de sus brazos, lo guiaste hacia la gran biblioteca de tu casa, el silencio en aquella gigantesca biblioteca era abrumador, se podía escuchar el crujir del piso nada más dar un paso, pero en ese momento el rubio hizo su trabajo y deshizo el silencio—(t/n)- San ¡eres muy suave!- eso te desequilibrio completamente y no pudiste soltar nada más que reina estúpida pregunta—¿Tan gorda estoy?- ese fue el error número uno en ese día, y mediante las horas pasaban, más errores cometias, hasta que la maqueta quedó completamente terminada y el rubio dió un leve descanso para ir al baño.en el mismo instante en el que el salió te pusiste a pensar sobre todos tus errores.
—creo que estoy olvidando algo.- dijiste con Desánimo en medio de tu depresión—mmhg- un pequeño sonido surco tu laringe al recordar algo.—de forma inmediata revisate tu busto, para notar penosamente que no traías ningúna clase de sosten, la póker face que se manifesto en tu área fue digna de un dios.
Con tu quirk fuiste inmediatamente llamada a ti habitación la cual estaba hecha un chiquero como decía una de las amasa de llaves, búscate entre todo el desorden algo para ponerte pero no encontraste nada que estuviera mínimamente limpio así que sin más remedio fuiste obligada a ir a buscar aquella ropa interior que tu madre compro y que según ella era "linda";con el desánimo del mundo entero caminaste muy lentamente hacia aquel armario en el que se encontraba toda la ropa fina que no te ponias, y sacaste el primer sostén que viste, el cual era de un rosa pálido con un pequeño moño rojo en la mitad, te sacaste la camiseta dejando así tu pecho al aire y procediese desganada a ponerte aquel sosten.
Una vez que terminaste te pusiste la camiseta y saliste de la habitación con la deprecion rondando todo tu cuerpo, tan rápido como llegaste a la biblioteca tu estómago rugió en busca de alimento, y te tiraste al suelo desganada, solo levántate una mano para que en ella aterrizará de forma inmediata una hamburguesa, la cual comiste rápidamente, y te sentaste en el mueble grande que tenía la mesa en la que se encontraba la maqueta, te acomodaste de forma que todo tu cuerpo quedará dentro del sofá; y sin prestar mayor atención cerraste los ojos.
