000

13 3 0
                                    


2 AÑOS ATRAS

El bullicio que hacían los estudiantes en medio del pasillo, hacia resonar las ventanas. Cada golpe que este le propinaba al mayor hacia sobresaltar a los jovenes y adormecerse al castaño.

—¡Vamos Jungkook! ¡Golpealo más fuerte! —alentaba uno de los tantos "amigos" de este.

Cierra la boca. Pensaba este. Pero su rostro decía todo lo contrario, o bueno, lo tenía que aparentar.

En su rostro se dibujó una amplia sonrisa de autosuficiencia. El castaño solo podía mirarlo y sonreía para si mismo.

—¡Suficiente! —grito una de las maestras, que al escuchar el barullo salió corriendo de su salón. —¡Paren esto ya! —todos hicieron silencio y el azabache paró con los golpes dandole una sonrisa torcida al mayor. —¡Tu! —señalo al susodicho — ¡Y tu! —señaló al castaño tirado en el piso —A la dirección.

Terminada su frase, los dos jovenes se encaminaron hacia la dirección, sin miedo alguno, porque sabían que solo los castigarían haciendolos barrer la cafetería o los baños. Uno caminaba más adolorido que el otro -claro estaba esto- por los golpes recibidos.

[...]

—Asi que el insultó a su madre ¿Por eso lo golpeó?

Él azabache asintió cabizbajo ya que se le escapaba una sonrisita.
—Eso es algo grave ¿sabe? Está mal que haya insultado a su madre con...—paró un segundo —¿Que le dijo?

—Me llamó hijo de perra.

El director -un viejo calvo y un poco obeso- hizo una mueca de sorpresa. —Señor Kim. No me esperaba eso de usted.

Muy sorprendido, después de todo el castaño era un joven conocido por ser un chico muy responsable, inteligente y sobre todo educado. Todo lo contrario a Jungkook, que el director ni se sorprendió al ver así al castaño.

—Lo lamento director. El me estaba molestando y bueno...no pensé bien. —hablo él castaño bajando la mirada apenado y haciendo un puchero inconsciente. El azabache lo miró de reojo. Lindo. Pensó.

—Bien, su castigo será algo fuerte ya que lo sucedido es algo grave. Señor Jeon, claro, usted tendrá más tareas que el su compañero ya que lo agredió.

El azabache gruño bajo mientras fulminaba al director sin que este se dé cuenta. —Claro Director Park. —respondieron los jovenes al unísono y dándose una mirada.

[...]

—Los materiales de limpieza se encuentran ahí —señaló uno de los tantos armarios llenos de escobas, baldes y entre otras cosas —Y no se olviden de limpiar los inodoros ¡Hasta luego y gracias! —Se despidió retirandose del lugar muy emocionada la señora de limpieza, ya que le daban horas libres gracias a esos dos muchachos.

—Demonios. —gruño el azabache pateando una botella de agua que encontraba en el suelo. Una de las tantas que tenía que recoger.

—¿Podrias dejar de quejarte de todo? Por si no lo recuerdas también estoy aquí. —habló el castaño haciendo que el menor le diera una mirada furiosa que luego se convirtió en una sonrisa gigante.

—Si, lo sé. Pero tu no tienes que limpiar los inodoros. Eso es asqueroso —hizo una mueca de asco sacando su lengua y el castaño quería reirse en su cara por lo tierno que se veía, pero tiró la escoba a un lado y se acercó hasta quedar frente a él.

CLOSER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora