Capítulo 1

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El cielo se encontraba tan oscuro como las profundidades del océano, y manchado con pequeños destellos de luz a las cuales se les llamaba estrellas, tan brillantes que podrían iluminar hasta a el mas oscuro día que existiera en la humanidad. Las gotas de lluvia que provenían de este, impactaban ferozmente en los cristales transparentes de la habitación de la chica de Modesto, acompañados de estruendosos rayos de luz que asustaban hasta a la criatura mas grande con tan solo mirarlos.

Sin embargo, no era la ruidosa lluvia o los fuertes estruendos que atormentaban sus sueños.

(Flashback)

—Eduardo, al fin nos vemos de nuevo viejo amigo.

¿Que es lo que quieres? gruñó un hombre quien escondía a una pequeña detrás suyo.

¿Así de mal tratas a un viejo amigo?

El hombre quien hasta ahora ignoraba la presencia de la pequeña, sonrió al ver el terror en sus ojos.

¿Tu hija? dijo con un tono burlón, dando pequeños pasos a su dirección, formando con sus labios una sonrisa tan maliciosa que se reflejaba con rigor en los ojos asustados de la pequeña.

¡No des un paso mas! —advirtió, con tono mordaz.

Veremos dijo el hombre quien tenía por rostro la maldad pura, quien momentos después, se aproximo hacia la pequeña para arrebatarla fuera de la protección del sujeto de hombros anchos. ¡No! gritó la niña lo mas fuerte que pudo, mirando a tantos lugares buscando una salida de escape, sin resultado alguno. Lo siguiente que supo, es que yacía en el suelo con sangre en sus pequeñas manos y con el hombre quien momentos antes le inspiraba confianza, murmurando palabras que ella no pudo entender.

Despertó sudorosa, con las sabanas enredadas alrededor del cuerpo y con el corazón tan agitado que dudaba que estuviera latiendo en un estado enteramente humano, miro por la ventana y se encontró admirando como las gotas de lluvia resbalaban por los cristales, tan lento como si el mismo tiempo no estuviera corriendo. Fue justamente cuando el despertador sonó lo que hizo, saliera de su cama y fuese hacia el lavamanos.

«Preparándome para otro día de mierda» pensó.

Mientras se miraba en el espejo y retocaba los últimos detalles de su delineado de ojos, miro a la chica que se reflejaba delante de ella, y no encontró nada, solo vacío y una curiosa oscuridad.

Dando fin a su rutina diaria, tomo una manzana del bowl de cristal que decoraba la lujosa mesa de brillante caoba, miro una ultima vez a lo que antes era un hogar para ella y salio por la puerta principal con paso decidido.

Caminando por los pasillos del instituto no pudo mas que poner los ojos en blanco, pues los habituales rumores de que había tenido sexo salvaje con todo hombre que se le cruzaba, a estas alturas era común todo lo que se decía de ella, prácticamente ante todo el instituto era una perra.

—Mira quien viene ahí —se percato que una chica con una sudadera tan grande como un oso, la miraba —escuche que esta es la tercera vez que se practica un aborto —¿Es jodidamente en serio?, estas aparte de chismosas son realmente estúpidas ¿Cuantos abortos puede tener una mujer?                                                                                                   

—Sí —concordó la pelirroja que estaba a su lado— escuche lo mismo ¿de quien podrá ser esta vez?

—Escuche que fue de un profesor.

Siguiendote a cada paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora