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Soo Ji

Abrí los ojos con lentitud para luego darme cuenta de que era la segunda vez que los abría en el día.

Separé mi rostro de la mesa donde dormía anteriormente y miré por los alrededores esperando ver a jimin. Nadie. Silencio era lo único que podías remarcar en esta casa en estos momentos.

Seguí echando un vistazo por el lugar sin levantarme de la silla hasta que mis ojos cayeron en un plato, al parecer del desayuno, frente a mi en la mesa.

Jimin. Sonreí.

No dudé en tomar el tenedor y comenzar a comer como una loca. Tenía hambre. Por lo que aún si estaba frío, me lo comería con una sonrisa.

¿Jimin estará en casa?

Quise comprobar mis sospechas por lo que grité su nombre a espera de ser respondida.

-¡Jimin!- silencio.

-¿Jimin?- más silencio. Llevé un panecillo a mi boca con desesperación y hambre.

-¡Jimin!¡Ayuda!¡un ladrón!- grité con todas mis fuerzas y la boca llena de comida. El silencio fue mi respuesta. Habrá salido, pensé como si fuese lo más normal del mundo. Y lo es. Pero una vocecita en mi cabeza me decía que hoy no lo era del todo.

¿Estaría huyendo de mi?

Sacudí la cabeza. ¡claro que no!

|...|

Jimin

Entré en la tercera tienda del día.

Yo buscaba unas velas para el posible apagón que los meteorólogos anunciaron esta mañana en la televisión mientras sooJi babeaba la mesa.

"Al parecer, la tormenta de ayer no fue sólo una llovizna pasajera.

El día de hoy es muy posible una tormenta del mismo calibre esta noche. De hecho, esta será más fuerte que la de ayer.

Preparen sus velas por que los apagones están asegurados en algunas zonas como: Seoúl, daegu y Busan."

Fue lo que oí esta mañana. Pero al parecer no fui el único. Claro esta que toda corea también recibió el mismo aviso y por ende, la mayoría de habitantes han salido a comprar esas dichosas velas. Es por eso que esta era la tercera tienda que visitaba: por que media ciudad había comprando todas y cada una de las velas.

Es algo exagerado si te pones a pensar en como es posible que las velas se gasten tan rápido por el hecho de que un meteorólogo anunció una tormenta. Pero no es tan disparatado cuando recuerdas que aquí en Corea somos precavidos. Demasiado para mi gusto. Y toma más sentido cuando caes en somos muchos.

Recorrí unos cuantos pasillos intentando ubicar la sección hogar donde suelen haber decoraciones, almohadas y por lógica, velas.

-¡Ajá!- exclamé por lo bajo para cuando encontré el lugar indicado. Las velas estaban en los estantes más altos y bueno, no soy un chico con estatura elevada que digamos. Además, ya estaba cansado de tanto caminar.