Capítulo 14.

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Mis padres estaban trabajando así que yo tuve que llevar a Jake al aeropuerto para regresar a California. Este me siguió fuera de la casa con su maleta y la metió en el maletero mientras yo entraba en el asiento del piloto, al entrar respiro hondo ya que seguía pensando de que de alguna u otra manera yo chocaría y lo terminaría matando en el acto, se abrocho el cinturón de seguridad rápidamente y sus ojos no dejaban de ver el espejo retrovisor.

Al llegar al aeropuerto, el se bajó rápidamente con su maleta y yo lo seguí de la misma manera, su vuelo saldría dentro de una hora, pero por razones obvias tendría que estar antes.

—Adios Jake -me encogí de hombros porque me sentía incómoda- deberías venir más seguido. 

El noto que estaba incómoda y me dio un enorme abrazo de oso, llevaba demasiado tiempo sin que me atacará de ese modo. —Lo haré, nueve años es mucho tiempo -sonrió, pero al momento se deshizo su sonrisa- no debí de haberles hecho esto...

—Está bien, ellos nunca perdieron la esperanza de que volvieras.

—Debería ponerme en marcha -me dio un suave golpe en el hombro- te escribiré pronto, tu sigue escribiendome.

—Tu sigue adulto.

El frunció el ceño y después pareció ofendido. —¡No hay ninguna necesidad de la palabra con A, Mya! ¡Todavía sigo siendo joven!

—Por supuesto. -dije con sarcasmo- adiós Jake.

El hizo lo mismo y después se despidió con la mano, fui hasta mi auto y vi a Jake a lo lejos.

La casa de Abigail, era una casa de tamaño normal, hecha de madera y tenía pintura azul oscuro con mostaza, me dirigí a la puerta, la cuál tenía al lado derecho el número 158 en letras doradas y toque el timbre. Unos dos minutos después seguido de tocar el timbre cuatro veces y un gruñido apareció una silueta pequeña con una pijama de conejos rosa con azul cielo y un cabello rojizo lacio que le llegaba a los hombros.

—Hola, Lucy -le di una sonrisa pero ella parecía estar molesta-

Lucy era la última de las cinco hermanas menores de Abby, tenía siete años y mordía más fuerte que un perro con rabia, lo descubrí de la peor forma posible y no iba a entrar en detalles. —Me despertaste. -puso una mano en su cintura-

—Lo siento, linda. -hice una mueca- ¿Abby está aquí?

—Si, ya sabes donde queda su habitación -me dio un espacio para pasar y yo lo hice-

Fui hacia la habitación de Abby, ella todavía seguía dormida profundamente en la litera de abajo; en la de arriba su hermana de catorce años Marie estaba de la misma manera quer ella, frunci el ceño y vi la hora en mi teléfono eran las once del mediodía, ella me dijo que viniera a las diez, pero otro de sus defectos es que dormía como oso en invierno. Tomé un papel y le escribí:

Debido a que tienes complejos de la bella durmiente, me voy llámame cuando despiertes, besos.

—Mya.

Mire hacia la litera de bajo y todavía seguía dormida con la boca media abierta, hice una pequeña sonrisa de malicia, arrugue el papel y se lo metí en la boca.

De: Aaron C.

Hola ilusa, te espero en mi casa a las seis y media, ponte bonita.Tengo una sorpresa.

Era la quinta vez que leía el mensaje y estaba demasiado confundida, aunque lancé un bufido la primera vez que lo leí, digo; ¿acaso nunca estoy bonita? Está bien, la respuesta de eso era no. Llevaba puesta una falda blanca, un top color cielo y unas sandalias del mismo color de la falda mientras caminaba en el patio de los Carpenter, Chris caminaba detrás de mi y apostaría de que se estaba burlando de mi, antes de que si quiera llegar a la puerta de la mansión Aaron ya estaba saliendo vestido con una camisa formal color cielo y unos pantalones negros con Vans del mismo color, al vernos ambos fruncimos el ceño ya que estábamos vestidos de manera parecida.

Will you be my always? (Aaron Carpenter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora