El Mecanico Y La Princesa (Marcopoo)

#12

El olor a medicina abundaba en el aire, dando a entender que una persona estaba, hospitalizada o enferma y ese era el caso de Marco.

El joven castaño, estaba hospitalizado, por las severas heridas que posee en su cuerpo, gracias por la proteccion que le brindo a la joven dama.

Marco se encontraba librando una batalla entre la vida y la muerte, producto de sus heridas, su unica compañia en ese momento era la joven peliroja.

La cual estaba sumamente preocupada por el estado del joven.

El joven castaño estaba en un coma producido por las severas heridas y golpes recibidos, pero dentro de su mente, el mas bien parecia estar en un sueño.

El joven Diaz en su sueño se encontraba con su padre, el cual al verlo el joven corrio para abrazarlo y contarle sobre el vacio que dejo en sus vidas.

Rafael: hola Marco, no sabes cuanto te he extrañado hijo.

Marco: yo tambien padre, no quiero que te vayas otra vez.

Rafael: lo siento hijo, veo que ya no me necesitas.

Marco: siempre te necesitare.

Rafael: despierta, sabes hay personas esperandote, y por lo que veo tu novia tambien.

Marco: pero no me quiero ir...

Rafael: no te preocupes, mientras no me olvides siempre estare en tu corazon, te has vuelto todo un hombre mi hijo estoy orgulloso de ti.

Marco: te quiero papa.

Rafael: yo tambien te quiero hijo, saludame a tu madre y a tu novia.

Dicho esto el joven comenzo a moverse todo adolorido, llamando la atencion de la persona que estaba acostada en la silla a su par.

Hekapoo: Marco, al fin despertastes gran tonto, me tenias preocupada. Comento alegre y con lagrimas de alegria.

Marco: lo siento, pero cuanto tiempo he estado aqui.

Hekapoo: una semana.

En ese momento entra el doctor, ya que se habia dado cuenta de la condicion de su paciente.

Doctor: muy bien joven Diaz, su recuperacion ha estado de maravilla, solo quedaron unas cuantas cicatrices tales como las que tiene en su ojo derecho y en su espalda.

Marco: con razon me duele un poco el ojo.

Doctor: unos cuantos dias mas y podra irse, ahora lo dejo con su novia que no se ha despegado de ud. desde que vino, con permiso.

El lugar quedo en completo silencio por las palabras del Doctor, per el primero el hablar fue el joven Diaz.

Marco: gracias por cuidarme Hekapoo.

Hekapoo: nos es nada, ademas tu ya me has salvado antes.

Marco: dos veces.

Hekapoo: callate solo estoy siendo cortes.

Marco: podrias acercarte un poco Hekapoo.

Hekapoo: claro porque.

Ella se acerco al joven, pero el joven Diaz tenia otros planes.

Marco rapidamente se acerco a ella, y le proporciono un beso en los labios.

Hekapoo por su parte estaba sorprendida por la accion del joven, pero ella se dejo llevar por las sensaciones del beso.

Ambos jovenes, eran expertos en esta materia por lo cual el beso fue prolongado, pero se separaron por falta de aire.

Marco: lo siento, si me deje llev...

No pudo terminar, ya que ahora era ella quien buscaba de su labios, este beso era mas apasionado.

Ya que ahora una batalla de lenguas la cual ambos jovenes estaban disfrutando, por las sensaciones placenteras que ofrecian.

Ambos se separaron, ya que si segian las cosas podrian salir de control.

Marco: que bien besas Hekapoo.

Hekapoo: tu tampoco besas mal, pero que somos ahora.

Marco: eso depende de lo que tu quieras, que tal si tratamos de ser novios.

Hekapoo: me encantaria, seras solo mio.

Marco: y tu solo mia.

La semana de rehabilitacion de Marco paso volando, en todos esos dias siempre lo visitaban sus amigos y Madre, y su ahora actual novia.

Los resultados de su recuperacion fueron maravillosos, apesar de sus heridas el joven se recupero de todas, aunque todavia no se recuperaba por completo.

Las cicatriz mas marcada era la de su ojo derecho, la cual se notaba, apesar de ser una cicatriz superficial

Marco tuvo que incorporarse de nuevo a sus labores como estudiantes, y el rumor de su pelea fue esparcido como polvora, por lo cual era un heroe para los demas, causando una mayor admiracion de parte de las feminas.

El joven Diaz entro a su salon de clases, provocando que todos mirasen hacia la puerta.