La huida

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¿Quién dice que con un partido de Quidditch se solucionaría todo?

Solo un par de meses habían pasado desde aquel juego, y las cosas para los hermanos Black iban de mal en peor.

Ya habían vuelto a casa, pero, en el número 12 de Grimmauld Place las cosas no marchaban bien. Cada vez que lo veían, Orion y Walburga Black, los padres de los hermanos, le reprochaban a Sirius por todo.

Hasta tal punto llegaba la desaprobación de sus padres, que ya el mayor de los hermanos creía que pronto le reprocharían por haber tenido la osadía de nacer.

Tan malo era el ambiente, que Regulus prefería pasar los días con sus amigos o con su novia, aunque con ella no tanto porque últimamente discutían cada vez más, ya que ella quería conocer a más familia que solo el hermano mayor de él, pero Regulus, al tener miedo de que la rechacen, le negaba ese deseo.

Lo que ella no entendía era que los padres de Regulus nunca la aceptarían por no ser sangre pura, pero como él no le explicaba nunca nada de eso, ella creía que en realidad él se avergonzaba de ella o ya no la quería, por lo que ninguno soportaba ya estar alrededor del otro, ya que siempre terminaban peleando.

Además, estaba el hecho de que ya la relación con su hermano no era la de antes, desde el día en que Sirius lo descubrió a él y sus amigos (entre los que estaba Lucius, el novio de la prima de los hermanos, Narcisa) hablando sobre unirse a las filas del Señor Tenebroso, luego de lo cual habían tenido unas palabras que solo los habían separado más de lo que los separaba la lealtad a sus casas.

Ese día no fue distinto a lo que los hermanos se habían acostumbrado desde que volvieron de Hogwarts.

Todos en la casa se levantaron temprano y bajaron al comedor a desayunar en un tenso silencio en el que solo se escuchaban los ruidos de la losa que Kreacher, el elfo doméstico, utilizaba para servir a sus amos en esa comida.

Luego, mientras Regulus estaba en su cuarto (que no se diferenciaba del resto de la casa más que por tener fotos de él con sus amigos o compañeros en el equipo de Quidditch), escribiendo una carta a Severus sobre todo lo antes mencionado, escuchó gritos provenientes de la habitación de Sirius, por lo que guardó el pergamino y se asomó para ver qué pasaba, luego de lo cual hizo lo mismo que venía haciendo hasta entonces: escapar.

Sirius había estado tranquilo encerrado en su cuarto, rodeado de banderines de su casa, fotos de modelos muggles y de motos (todo lo cual había sido dejado con un encantamiento que no permitía sacarlo), tratando de evitar hacer cualquier cosa que pudiera molestar a sus padres, y pensando cómo podía solucionar las cosas con su hermano, cuando la puerta se abrió de golpe y apareció una colérica Walburga.

–¿Qué pasó, madre?

–¿¡encima te atreves a preguntarlo?! ¡hay una chica abajo diciendo que necesita hablar con mi hijo! Sirius Black tercero. ¡puedo entender que no quieras seguir los buenos preceptos de esta familia! ¿pero embarazar a una mestiza?

Lo último fue gritado con desprecio por parte de la mujer, y fue lo que hizo que Sirius saltara de la cama en la que estaba leyendo para enfrentar a su madre.

Y ahí fue cuando lo vio y todo en su mente encajó.

Regulus huía. La chica tenía que ser su cuñada.

Luego de recibir una cachetada por parte de su madre, fue escoltado por ella hasta la sala donde, efectivamente, se encontró con Antonella.

–señora–. Dijo ella antes de que Sirius pudiera hacer algo para frenarla–. No me refería a él cuando dije que estoy embarazada de su hijo. Yo busco a Regulus.

La pelea que siguió a esa declaración fue lo último que soportó Sirius.

Cuando Regulus volvió a casa esa noche, algo en la familia había cambiado.

Subió a sus aposentos y se encontró con dos cartas sobre su cama.

Una era de Antonella y solo contenía unas palabras: "Tienes que dejar de permitir que sea tu hermano quien reciba todos los golpes.

Tu madre es un monstruo, por cierto.

Antonella."

Pero fue la carta de Sirius la que realmente le dolió:

"Nunca te creí tan cobarde y poco hombre.

Me fui de la casa después de dar la cara por última vez por ti.

De hoy en adelante, hasta que no madures no tendré más hermano que los que elegí en Hogwarts.

Ten la decencia de hablar con tu novia.

A pesar de todo, te quiero. Pero no me busques hasta que seas lo que la partera dijo que eras.

Sirius."

Todo entre los hermanos había comenzado a cambiar.

Sus caminos, a pesar de lo que ellos habían luchado porque no pasara, comenzaban a separarse.






Tarde pero seguro.

Por fin pude terminar la idea que les había comentado.

Puede que el capítulo no guste, pero es necesario que sea así, para lo que luego pasará.

Nos leemos pronto.

Los Black [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora