Un amigo ninja

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Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta al contemplar las montañas de basura amontonadas por todo el lugar.

-¿Qué quieres?- La voz ronca del explorador me trajo de vuelta a la realidad.

-Ehhh, ah, Sí, vengo a...-

-Si has venido por petición de Tristana puedes irte, no necesito a nadie que me cuide- No pienso lo mismo, y posiblemente tu casa estaría de acuerdo conmigo.

-En realidad, vengo a hacerte una visita-

-Lo siento, no estoy de humor-

-Oh vamos, Teemo, no puedes anclarte al pasado-

-Sí, puedo, y si quiero lo hare. Adiós-

Antes de que pueda cerrar la puerta, pongo mi pie para impedírselo.

-Teemo, no seas así, deja al menos que pase la noche aquí-

Después de unos segundos de silencio, me respondió al fin.

-Está bien, pero solo esta noche-

Sin decir más palabras, entre a su hogar, con cuidado de no tirar los restos de comida, envoltorios o lo que sea eso que está en un rincón, con pelos y creo que se ha movido...

-Ehhhh...-

-Perdona el desorden, no he estado de humor para hacer limpieza-

-No, tranquilo, no hace falta que te disculpes. Sé que Veigar y tu.... bueno, que estabais juntos, y, lo que le paso-

-No quiero hablar de eso-

-Y yo quiero que lo hagas, cuéntame cómo te sientes, lo que paso, dímelo todo-

-¿Para qué quieres saberlo?-

-No, yo solo... Déjalo-

El explorador se sentó en el sofá, y yo junto a él.

-No sé cuándo exactamente, pero note un cambio en él. Se volvió más frío y distante, casi no empezaba ninguna conversación-

Las primeras gotas asomaron en sus ojos, amenazando con salir.

-Si tan solo, si tan solo supiera que fue lo que le ocurrió-

-Mira Teemo, no puedo cambiar el pasado, ni puedo hacerte olvidar a Veigar, pero lo que sí puedo hacer es cambiar el presente, y voy a empezar vieniendome a vivir aquí contigo hasta que estés mejor-

-No Kennen, solo, déjame solo-

-¿Y cómo quieres que te deje solo si no puedes ni mantener tu casa limpia? Me quedaré, quieras o no-

-En serio, Kennen, quiero estar solo-

-Y eso es lo que no se debería de hacer cuando sufres una perdida-

-¿Que sabrás tú?-

-Más de lo que crees-

Quiero ayudarle, ya no solo porque me lo han pedido, sino porque es mi amigo y necesita ayuda.

-En todo caso, vamos a hacer algo-

-¿Algo, como qué?-

-¿Que tal limpiar la casa?-

-¿Limpiar, así es como me piensas animar?-

-No, pero no voy a dejar que vivas en un vertedero-

Al final tuve que convencerlo con "amabilidad" pues no quería moverse del maldito sofá.

Después de un par de horas, la casa quedo limpia, más o menos.

Llego la noche, y con los primeros truenos nos fuimos a dormir.
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Pude convencer a Teemo para que me quedara durante unos días más.

Hoy pienso hacer que el explorador vea la luz del sol otra vez, lo llevare al parque, le invitare a algo y pasaremos el día fuera.

Si consigo convencerlo.

-Hey, Teemo, antes que digas que no, escucha mi propuesta. ¿Quieres salir a la calle y que te dé el sol?-

-Ehhh... No-

-Ohh, vamos, tienes que salir, no puedes quedarte a vivir en tu casa y no volver a salir nunca-

-¿Por qué no? Tristana me consigue comida y agua, no necesito nada más-

-Aparte de usar a tu amiga de esa manera, no salir de casa te puede causar graves problemas de salud-

-No la estoy utilizando, ella se ofreció-

-Y que quieres que hiciera, ¿dejarte que te pudrieras en tu miseria?-

Aparto la mirada, supongo que no pensó en eso.

-Está bien-
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Y así pasaron los días y las semanas hasta que hicieron dos meses. Ahora tengo que decirle a Teemo que tengo que volver a Jonia.

Y temo de pueda volver a la depresión si me voy.

-Teemo, dentro de poco volveré a Jonia-

-Y, ¿cuándo piensas volver?-

-Ese es el problema, no voy a volver, a menos que me necesiten de nuevo en Bandle-

No hace falta mirarle a la cara para saber que la noticia le ha puesto triste.

-¿Y cuándo te marchas?-

-En una semana-

-Kennen, solo quiero darte las gracias por todo, sin ti habría muerto aplastado en mi propia basura, y eso no habría sido agradable-

-En todo caso, ya no estaré para obligarte a salir de tu casa-

-Y no lo necesitare-

-Eso espero-

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Todo está oscuro.

Se siente, vacío.

-Hola, ¿hay alguien?- El eco de mi voz es la única que se digna a responderme- ¿Kennen? ¿Veigar?

-Supongo que no hay nadie-

Estoy solo, siempre lo estuve.

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