Día Ochenta y dos

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Hoy me he puesto muy nerviosa. Hoy, después del insti, he bajado al metro para dirigirme a casa de Uriah. En cuanto he tocado al timbre me ha abierto Alícia, la madre de Uriah. Le he preguntado por este y me ha dicho que no estaba en casa, pero, en cuanto me he ido he visto que alguien se asomaba detrás de la cortina de su cuarto.
Con una amistad fallida, una Mika un tanto triste y desilusionada

Hey! tu pelirosaWhere stories live. Discover now