— Ah... — gimió el menor de ambos, continuando con el vaivén de sus caderas.
MinHo aprovechaba para llevar sus manos hasta la anatomía adversa y comenzar a acariciarlo de manera suave, sin hacer daño.
Movió sus caderas, adentrandose más en el pequeño. Aquello ocasionó que un gemido abandonara sus rosados labios.
— Changbin... mnh... — gruñó el mayor disfrutando lo bueno que estaba siendo aquello.
La habitación estaba caliente, sus pieles ardían con cada choque y el sonido que creaban con cada golpe era bastante obsceno.
"-H-hyung... no p-puedo...mng." el menor gimió mientras era penetrado un par de veces más, después de varios minutos el pequeño se corrió manchando ambos pechos. El más grande sonrió y logró que sus movimientos fueran más rápidos y más profundos, haciendo que Changbin temblara ante tanta sobre-estimulación.
Bastaron un par de estocadas más para que el mayor llegara a su orgasmo, llenando a Seo y haciéndolo retorcerce sobre su cuerpo.
Sus respiraciones agitadas y corazón golpeando su pecho con brusquedad; eran totalmente un desastre.
Se recostaron en la cama, Changbin en total silencio mientras repasaba todo lo que había sucedido. Y MinHo, MinHo preguntándose por qué había hecho aquello.
"-yo..." fue interrumpido.
"-Sé lo que vas a decir, ahorratelo. Me voy." el bajito se puso de pie como pudo, aguantando con todas sus fuerzas el punzante dolor que sentía en su trasero. Las ganas de llorar aparecieron porque el mismo había dejado que aquello pasara aún sabiendo que MinHo no lo quería.
"-No te vayas, no aún." susurró sobre su nuca, abrazándole por la cintura y dejando besos en sus hombros.
Y Changbin, aún sabiendo el daño que le acusaba aquello se quedó; porque lo amaba.
MinHo lo giró y atrapó sus labios de nueva cuenta pero ésta vez llendo de manera lenta y saboreando los labios ajenos. Esa noche quería sentirse amado por Lee MinHo aunque al día de mañana deba ser otro cuento y volver a ser solo su mejor amigo.
[...]
A la mañana siguiente ambos chicos despertaron, uno seguido del otro. Seo decidió darse una ducha para después volver a casa; agradecía que no había clases aquel día pues aun le dolía el trasero.
Y MinHo se colocó unos boxers y unos shorts para ir a hacer el desayuno para su mejor amigo.
Fue así que cuando Changbin salió de la habitacion ya duchado y cambiado, se encontró con un delicioso desayuno y un apuesto MinHo aun desarreglado.
— ¿Irás a casa? — cuestiono el mayor mientras le miraba detenidamente. Seo asintió con la cabeza en respuesta. — Puedo llevarte.
— Lo sé pero no es necesario. — le sonrió y se dispuso a comer pues tenía muchísima hambre.
Quizás pensarían que aquello sería incómodo para ambos pero no fue así,
todo seguía casi igual. Casi, porque el corazón de Seo latía veloz al recordar la noche anterior; sabía que no debía ilusionarse pero no podía evitarlo.
