Hacía exactamente cuatro horas que habíamos salido de Konoha, y en esas cuatro horas, Mika no se había separado de Neji ni un solo instante.
Me estaban poniendo nerviosa. La niña era muy melosa, muy pegajosa. Intentaba todo el rato comenzar conversaciones con Neji, que siempre acababan cuando él no respondía, daba monosílabos de respuesta, o me miraba y le respondía mal. La cara que ponía Mika cuando le hacía eso me hacía reír.
Comenzar una conversación con Neji es más difícil que cortarte con una cuchara, a no ser que sea él el que la comience, que era una vez cada veinte.
—Oye Neji —aproveché a que se había separado un poco para hablarle—, ¿puedes decirle a la niña esta que deje de ser tan melosa? Afecta a mis cinco sentidos, y más a dos de ellos —le dije haciendo una mueca de asco.
El auditivo, por escuchar sus tontas ocurrencias, y el visual, por tanta pegajosidad.
Neji me miró sin comprender, pero luego paso a una sonrisa juguetona.—¿Acaso estás celosa? —me preguntó burlón.
—¿Yo? ¿De la niña? —asintió aún sonriendo—. Ya te gustaría —me adelanté a los dos, y me paré, haciendo que también se pararan—. Escuchadme los dos, haremos una parada. No os alejeis de este punto —lancé un kunai, que se clavó en el tronco de un árbol—. Volveré en un rato, voy a vigilar el perímetro.
—Puedo hacerlo Neji con le Byakugan, sería más efectivo —me contestó la niña.
—¿Acaso pedí tu opinión? —la dejé muda. No le había contestado en todo el viaje, poniendo una sonrisa falsa—. Yo soy la líder aquí, así que me hacéis caso, y no os alejáis de ese punto.
Antes de que Neji me dijera algo reprendiendome de que no deberíamos separarnos, salté a la rama más cercana y me fui a dar una vuelta. Reglamento enecesitaba despejarme. Últimamente me habían mandado a misiones constantemente, la mayoría tontas, pero agotadoras.
Cuando estuve a una distancia considerable, me tumbé en una rama, y cerré momentáneamente los ojos. Estuve a punto de quedarme dormida, cuando sentí una presencia ya conocida. Y no me gustaba nada sentirla tan cerca de Mika y Neji.
—Konan, sé que estás ahí —le dije con voz suave.
Ella, al ser la única chica en Akatsuki, fue un pilar muy importante para mí, y de igual manera, mi única amiga, que no me juzgaba por dejar la aldea.
Konan salió de detrás de los árboles, con la típica mirada que me solía dar cuando estábamos juntas.
—No me mires así —le pedí—. ¿A qué has venido? Si aparecen los Akatsuki, significa mal augurio. Lo sé perfectamente.
—Solo he venido a avisarte —me dijo la muchacha con voz suave—. Hidan y Kakuzu se encuentran cerca del perímetro —informó—, y van por la niña. También hay unos bandidos merodeando por el lugar.
—¿Por qué me previenes? —le interrogué—. Soy uno de los bancos de Akatsuki.
—Porque, aún fuera de Akatsuki, tú eres mi única amiga de verdad —sus palabras me conmovieron.
Se dió la vuelta, y empezó a meterse entre la maleza.
—Gracias, Konan. Por todo —le dije.
Ella llegó a escuchar, y me hizo una señal de despedida, para luego desaparecer. Preocupada por lo que me dijo, di por finalizado mi descanso de Mika, y volví al lugar acordado.
Allí se encontraba Neji, visiblemente harto de la chica, y ella, sin darse cuenta, hablándole en la oreja.Cuando me vieron llegar, las dos reacciones fueron totalmente diferentes; Neji me miró esperanzado, con los ojos brillantes, en cambio, Mika me asesinaba con la mirada, y supe en el momento que me quería lejos.
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¿Nara o Hyuga? »Neji y tú
FanfictionEs un día como otro cualquiera para las cuatro grandes naciones, pero no para la del Fuego. Hoy, ha sido vista una chica entrar a Konoha, quien dice conocer a la Hokage, Tsunade Senju. Pero parece ser que esa chica, ¡ya había estado en Konoha, y h...