Infinity Pain

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Respira

Respira

Respira

Respira Tony.

Se decía a sí mismo Tony tratando de controlar el ataque de pánico que estaba sufriendo. Su mente era un caos y no tenía control sobre su propio cuerpo.

"No me quiero ir Sr. Stark"

Su respiración se volvió errática y sentía el aire faltarle.

"No quiero morir"

Su corazón dio un doloroso salto y la opresión en su pecho le abrazo de forma desgarradora. Las lágrimas no tardaron en asomarse, mientras Tony se sentía morir con el angustioso recuerdo de la voz de su mocoso.

Estuvo veinte minutos en ese estado hasta que logró la suficiente calma para tomarse sus antidepresivos. Lo único que había logrado calmarlo en sus ataques de pánico.

Había pasado un año tras la guerra contra Thanos y sus ataques aunque no eran tan recurrentes como al principio aun los tenía. Tony había sido más un zombie que persona los primeros meses. Se negaba a aceptar su desgarradora realidad. Una donde el mocoso al que había amado se había esfumado dejando un vacío donde antes hubo un corazón.

Aun hoy día esperaba poder verlo entrar por la puerta de su taller soltando toda su verborrea sin sentido mientras Tony le reñía.

Lo que Tony había sentido por ese mocoso había sido tan abrumador como choqueante. Él un hombre maduro de su edad, enamorado de un chico de dieciséis años que a penas comenzando su vida. Tony se negó, joder que se negó, a darle forma a esos sentimientos que apresaban su interior cada vez que pasaba tiempo con el mocoso. Pero luego del suceso con el buitre no pudo seguir negándose a ver eso que habitaba en su interior.

Tuvo que hacerle frente como el hombre maduro que se supone era. Mierda que no había podido evitar besarlo por el abrumador miedo que había sentido de perderlo.

Un jodido beso que lo cambió todo.

Peter para sorpresa del mayor había correspondido ese beso con una intensidad y necesidad que había avivado el fuego de la lujuria en Tony. Había tenido que contenerse de no tomarlo en ese momento. Por más que ese mocoso removiera todo en su interior tenía que recordarse a sí mismo que era menor de edad todavía.

Aunque Tony hubiera querido decir que fue fuerte y se resistió a Peter, solo estaría diciendo una total y absoluta mentira. No podía alejarlo por más que quisiera. Habían comenzado una relación que no iba mas allá de simples y castos besos que Tony moría por subir de nivel pero se resistía hasta que el mocoso fuera legal.

Era un depravado no podía negarlo y mucho menos cuando de Peter se trataba.

Fue un largo y angustioso año donde el mocoso no hizo más que provocarlo y haciéndole difícil su misión. Todo tuvo su punto de quiebre cuando un par meses luego de cumplir lo diecisiete el mocoso había decidido que darle celos era una buena idea (idea que su trasero refuto mucho después). Le había enseñado lo que pasaba cuando se jugaba con Tony Stark. Para su satisfacción el mocoso aprendió la lección, y había tenido un Peter en extremo satisfecho y muy cariño.

Desde ese punto no hubo día en que no se perdieran en el cuerpo del otro. Tony amaba recorrer y llenar de besos cada parte del cuerpo de Peter. Escuchar sus murmullos y gemidos mientras le hacia el amor. Porque Tony no se engañaba, podría no querer aceptarlo pero amaba a ese mocoso.

A pesar de todas las desventajas que conllevaba tener una relación con alguien menor trato de hacerlo lo mejor que pudo. Sus amigos supieron de su relación aunque reticentes al principio, al ver que eran felices lo aceptaron. Convencer a la tía de Peter de que Tony no se estaba aprovechando de este había sido un verdadero infierno.

La única forma en que le demostró a May que amaba con locura a ese niño insensato fue de una manera totalmente involuntaria. Peter había resultado herido mientras trataba de rescatar a unas personas de un edificio tras un atentado. Tony había enloquecido del miedo y le había dicho entre lágrimas palabras duras a Peter, provocadas por el miedo a perderle. May había presenciado todo y luego de ello recibió a Tony con los brazos abiertos en su hogar.

Todo iba de maravilla, con Peter en pos de entrar a la universidad y él dedicándose a su empresa y las mejoras a su traje y el de Peter. Él había pensado pedirle matrimonio al mocoso luego de que cumpliera la mayoría de edad. Planes que se fueron al carajo en un parpadeo.

Y ahora allí en esa fría habitación donde Peter y él habían pasado tantos momentos descubriendo el cuerpo del otro, Tony se revolcaba en la auntocompasión.

No entendía y jamás lo haría, el porque tuvo que ser Peter y no él.

Eso no dejaba de darle vueltas en la cabeza una y otra vez. Peter era un joven con un futuro brillante y una inteligencia única. Su forma de ver el mundo era tan magnífica como su mismo ser.

Puro

Hermoso

Y leal.

Tony había amado cada faceta de ese chico. Lo terco, fuerte, decidido y maduro que podía llegar a ser. Con un corazón tan puro que aveces Tony sentía que no le merecía. Amaba con la intensidad de un sol.

Cegador y brillante.

Ese era su Peter, un joven brillante con la capacidad de amar a cualquiera así no lo mereciera.

Y en ese momento arrodillado en su cuarto mientras sostenía el delgado anillo de oro simple que había comprado para su Peter, Tony no podía aceptar que se lo hayan arrebatado.

El dolor era tan abrumador que Tony aun dudaba que siguiera con vida. Lo había perdido todo y no quería aceptarlo, por más que los demás le dijeran que la vida sigue, pues claro que sigue para los que no han perdido su corazón en el proceso y agonizaba día con día que no estaban con esa persona.

La única razón por la que aun seguía en ese mundo era por vengar la muerte de su mocoso, porque Peter no se merecía ese final. Y aunque le dijeran que la venganza no era el camino él no estaría satisfecho hasta ver caer a su enemigo, por arrebatarle lo que más amaba y las muchas otras vidas que perecieron por esa guerra.

Luego de eso Tony descansaría.

Por que sus días sin Peter solo eran un Infinito dolor.

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