THE PAST.
"Es hora de que lo acepten o alguien se encargará de su sentencia. El pasado sigue pisando su presente y siempre habrá alguien para recordárselos, aunque lo ignoren y lo eviten el tiempo está contado."
-Introducción amplia en la hi...
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Miro el reloj de nuevo, las 7:12 de la mañana, me he despertado muy temprano el día de hoy, corrijo, me han despertado de la peor manera que hay, gritos, joder, los gritos no me han dejado conciliar el sueño, desde aquel día que llegue al departamento de Stef, mis mañanas son terribles, maldigo en un susurro, esta situación está pasando mis límites. Decido levantarme, y tomar una ducha.
20 minutos después salgo del baño, los molestos gritos han cesado hace solo 5 minutos, no me han dejado tener una ducha relajante. Ya vestida bajo al primer piso, no hay nadie en la sala, ¿a dónde se han ido?
— ¡Rubia! ¡Stef!— Llamo en un grito.
Camino hacia la cocina, tengo hambre, y mi estomago lo exige, saco jugo del refrigerador y en la mesa del centro hay algo de comida, supongo que Iris debió dejarla ahí... Tal vez no para mí, aún así me sirvo. Un beso es depositado en mi mejilla, tomó un poco de jugo y hablo:
— ¿Y tú conquista?
— ¡Iris!, Alyanna. Su nombre es Iris. Ya se ha ido. Y es mi novia.
— Stef, sigo sin creer que esa rubia sea tu novia. Por cierto su manera de despertar a la gente civilizada es una mierda. —
Se ha sentado frente a mí, este hombre es perfecto, a decir verdad, los dos lo somos, nuestros ojos azules son el primero de muchas virtudes que nuestros padres nos han heredado, somos muy idénticos físicamente, Stef es 5 años mayor que yo, y mi único hermano.
— Hoy ha sido por ti, encontró ropa interior en mi armario. Y no fue la suya exactamente. — Me reprende, su voz rasposa y gruesa, su mirada en mí. Y un atisbo de sonrisa en sus labios.
Nos encantan y divierten estas situaciones.
— ¿Ah sí? La he dejado a propósito. ¿Pero es que ella es tonta? Oh, sí lo es. ¡Tienes una hermana que usa ropa femenina! Debió pensarlo, si no fuera tan tonta — Dejo salir una ligera carcajada. — Pero aun así la dejaste ir, eh. — Sonrío.
Se echa un trozo de fruta a la boca y se levanta, cuando termina de masticar lo que dice me deja sin voz, sin defensas, mi pulso se dispara. Y me ha ganado. Se ha guardado la bomba al final, sabía que enmudecería.
— Kyrell, regresará —
Cruza los brazos sobre su pecho y me mira desde arriba. Ahora él sonríe con arrogancia. Vaya, me ha dado duro, justo en el punto para callarme, solo dos palabras, un nombre y ¿regresará?, además ¡Ha sonado como una frase de película de acción! Letal y devastadora.
— Deberías decirle que aún no es tiempo. No es la mejor idea que se le ha ocurrido, pensé que era más inteligente. —
Apenas me ha salido la voz, es lo más estupido que he escuchado, y lo odio por aguantar tan poco... "Necesito hacerlo dulzura, por nuestro presente... Volveré", suena en mi cabeza su preciosa voz, sus últimas palabras antes de dejarlo ir, no niego que todo mi ser desea que regrese, mis labios lo anhelan, mi piel pide sus caricias, pero no es el momento de que regrese, el caso aún sigue abierto, la policía aun sospecha, y fuimos astutos, pero tal vez... Solo tal vez saben más de lo que creo que saben, y solo necesitan pruebas, más pruebas de que Kyrell y yo compartimos más que unos simples encuentros por ser amigo de mi hermano.
— Lo es Alyanna —Tiene razón — Y deberías decirle tú misma. Su vuelo sale hoy por la noche — Camina hacia mi, deposita otro beso en mi mejilla y sale de la cocina. —
Y en mi mente suena en eco: Llega mañana Alyanna. Es hora de llamarle.
Stefan fue el único que mantuvo contacto con Kyrell, habíamos decidido privarnos de ese pequeño acto por precaución, cambiamos de numero para no caer en la tentación, pero dos veces llegue a tomar el celular de Stef para llamarlo, no resistí, pero de eso ya hace 6 meses, y 3 años que se marchó, me mantuve al margen de él, de lo que fue a hacer a Londres, acepte dejarlo ir, porque nadie lo sabe... Pero todo es parte del plan.
Pero aún no es tiempo, y sé que él lo sabe, ¡Maldito hombre aún no debemos vernos!, todavía no, o ¿Habrá pasado algo haya que hizo que él quiera regresar ahora? ¿Se habrá enterado de algo nuevo? Silencio todos esos pensamientos porque se que Kyrell es demasiado inteligente y audaz, y sabe lo que hace, si regresa a Manhattan debe ser por alguna razón importante.
He estado pensando por más tiempo del que sentí, que no me he dado cuenta que alguien toca a la puerta.
Miro por el rabillo de la puerta y pregunto:
— ¿Qué se te ofrece?
— ¡Un paquete para la señorita Rothwell! —
Abro la puerta, y un muchacho como de 18 años, alto, moreno, bastante común... excepto su mirada, ojos verdes. Viste de blanco totalmente. Él no es el cartero de siempre.
— Soy yo ¿Quién eres? — respondo firme y me tiende el dichoso paquete, que ha sido realmente un sobre negro. Extraño. Lo agarro.
No responde a mi pregunta, pero dice:
— Debe abrirlo cuando se reúnan —
Y se marcha. Baja las escaleras camina a la derecha, dobla a la esquina y lo pierdo de vista. ¿Se reúnan? ¿Qué?
Cierro la puerta y me dirijo a mi habitación con él sobre en manos aún dudosa de aquel muchacho, y su extraña actitud, pero sé que lo ha mandado Kyrell, dejo el sobre en el escritorio y voy a por el celular que está sobre mi cama, lo desbloqueo, tengo un mensaje de hace media hora; número desconocido. Siempre actuando rápido amor.