-Tío, no lo entiendo. Se puso a sonreír como un idiota y me dijo que se llamaba Raúl, ¿Qué coño me importa?- dije de los nervios, de verdad que no lo entendía.
-Tranquilo, solo quiere ser tu amigo, nada más. Tampoco tiene cara de psicópata.- Me respondió Joaquín cómico desde la otra línea, parecía que esto le causaba gracia.
-Eso es lo que el quiere que pensemos, no sabemos de lo que es capaz.-
Me encontraba en mi habitación, hablando con el apestoso de Joaquín mediante Skype, en una vídeollamada. Le estaba contando lo incómodo que me sentía, ya que según Joaquín, el tal ''Raúl'' no había dejado de mirarme en todo el día.
Ambos escuchamos un ruido, indicando que alguien se había unido a la llamada, aunque obviamente ya sabíamos de quien se trataba.
-Hola chicos, ¿Qué hacéis?- saludó, a lo que Joaquín soltó emocionado.
-¡Kaji, cariño! ¿Dónde has estado? te he echado de menos.- David soltó una risa al escucharlo.
-No te preocupes, mi amor. Me encontraba algo mal, así que decidí quedarme en casa. No te preocupes que mañana volveremos a estar juntos.- le respondió siguiéndole el juego, a lo que ambos soltaron una risa.
-¿Podéis dejar vuestras homosexualidades de lado por un segundo?- pregunté frustrado. Sabía que estaban de broma, pero no estaba para estupideces.
-¿Y a este que le pasa?- preguntó David.
-Este tiene nombre.- respondí.
-Tiene un admirador nuevo y le molesta que le mire y le hable todo el tiempo.- Joaquín ignoró por completo mi comentario con una sonrisa burlona, haciéndome sonrojar.
Idiota.
-¡Wow! ¿Quién es el afortunado, Isma?- me pinchó Kajal, haciéndome sonrojar aun más.
-¡N-no es mi admirador! ¡N-ni siquiera somos amigos!- mi rostro ardía sin ninguna explicación, me sentía nervioso sin saber por qué.
-¿Y por qué tan rojo, Isma?- volvió a pincharme lleno de burla, a lo que yo no respondí.
Joaquín soltó una pequeña risa ante mi reacción.
-Es el chico nuevo, se llama Raúl y lo han sentado a su lado. Intenta hacerse amigo de Isma, pero ya sabes como es, no le deja ni acercarse. Hasta ha separado sus mesas.- dicho esto ambos comenzaron a reír a carcajadas.
De verdad que no le veía la gracia.
-Idiotas...- solté sin más, para así cortar la llamada.
A veces me pregunto como pude aceptar ser amigo de estos dos tarados, siempre andaban molestando.
Aunque en el fondo les quería, ellos han sido los únicos que siempre me han apoyado y entendido en todo.
Me dejé caer en la cama, boca arriba, con la mirada fija en el techo, pensando en mis cosas.
-¿Y si resulta que no es tan malo como dicen?... Y si... ¿El es como Joaquín y David?...- decía pensando en voz alta, no me preocupaba que alguien me escuchara, después de todo, estaba solo en casa.
-¿Y si el mundo no es tan malo?... Puede que al final... El malo solo sea yo.- por un momento me sentí mal, pensé en todas las veces que di de lado a las personas.
-No, ¡No!- elevé un poco mi tono de voz, a la vez que me incorporaba para sentarme de piernas cruzadas en la cama.
-No me dejaré llevar, no necesito a más gente, no necesito que me hagan daño.-
-Y menos necesito a un ''Raúl'' en mi vida, pfff.-
[...]
Y bueno, ahí estaba yo, sentado en la cocina y cenando solo, como la mayoría de las noches. Después de esa pequeña discusión conmigo mismo decidí darme una ducha relajante, bien, el caso fue que la hice demasiado relajante, y me quedé ahí dentro durante horas.
Mi piel parece una pasa arrugada ahora mismo.
Al salir y ver que se me hizo un poco tarde, bajé a la cocina y encontré la comida que mi madre me hizo por la mañana en la nevera, yo simplemente tenía que calentarla. Tarea fácil, si.
Cuando tuve ya todo listo me senté a esperar que mi madre llegara y así poder verla, aunque bueno, eso pocas veces pasaba, ya que ella trabajaba hasta altas horas de la noche, y para cuando llegaba, yo ya estaba dormido. Sin embargo no la culpo, todo es culpa del idiota de su jefe, de verdad que me cae bastante mal.
Cuando terminé recogí las cosas y me fui a dormir a mi habitación con la desilusión de que mi madre no había llegado, sería otro día sin poder darle las buenas noches. Con suerte la vería por la mañana.
Me tumbé en la cama, esperando a que el sueño invadiera mi cuerpo, y cerrando mis ojos poco a poco.
[...]
Desperté, ya era un día nuevo.
No había soñado nada, o al menos no recordaba nada. Eso era una muy buena señal.
Bajé casi corriendo a la cocina, con una gran sonrisa re oreja a oreja, pero grande fue mi desilusión al no ver allí a mi madre. Me había levantado bastante tarde, ella ya debía haberse ido. Espera... Miré hacia el reloj, ¡era bastante tarde!
Preparé todo lo más rápido que pude y salí corriendo hacia el instituto, aún con la regla de ignorar al mundo entero, claro.
Cuando llegué comencé a buscar como loco a mis amigos, no me gustaba el hecho de estar solo rodeado de tanta gente. Decidí entrar al aula, pensando que ellos estarían ahí, y fue cierto, estaban, pero había alguien más, un sobrante diría yo.
Raúl estaba hablando con ellos.
↓↓↓
¡Hey!
Adivinad quien al fin arregló su ordenador.
¡Exacto, yo! Siento mucho la larga espera, pero sin mi ordenador no podía actualizar ninguna de mis historias, espero que podáis comprender. Este capítulo no tiene mucho que ofrecer, pero quería introducir un poco el día a día de Isma.
Quiero agradecer a todas esas personas a las que les gusta esta historia y esperan pacientes a que actualice a pesar de mis problemas. De verdad me hace muy feliz leer vuestros comentarios <3.
¡Espero que os haya gustado! Bais.
-968 palabras
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Desconocido // [WISPLAY] (Hiatus)
FanfictionMamá siempre me dijo lo mismo. ❝No confíes en los desconocidos❞.