Se acercó y mordió suavemente su labio inferior, él soltó un sonido como un gruñido y siguió besándola.
Sus manos se deslizaron por su cintura hasta llegar al dobladillo de su vestido. Le encantaba sentir sus manos ásperas recorriendo su piel, las pasaba por encima de sus nalgas, sus caderas, jugaba con las tiras del bikini. Sus dedos desamarraron las tiras a sus caderas que sujetaban la pequeña prenda, acarició su pubis con una corta capa de vello, bajó hasta su raja húmeda, encontró su abertura deslizando el dedo entre sus labios e introdujo un dedo en su sexo.
-¡Dios! ¡Estás tan mojada! -carraspeó contra sus labios -¡Quiero verte toda!
-dijo sacando el dedo de su abertura para poder alzar el vestido por encima de su cabeza. Soltó las tiras de la parte superior del bikini, dejando la prenda caer al suelo con el resto de su ropa.-Voy a llevarte a la cama, dijo alzándola en sus brazos.
La cargó hasta la cama y la depositó suavemente sobre ella.
Él se quitó la guayabera y ella no pudo quitar la vista de su pecho fornido, las líneas de firmes músculos de sus pectorales y abdomen la seducían.
Se desamarró el bañador y liberó su impresionante erección.Se acostó al lado de ella en la cama, tomándola por la cintura la acercó hacia él y recomenzó a acariciar sus suaves curvas mientras la besaba.
Nunca antes había estado tan excitada, Max exploraba su cuerpo con una cadencia deliciosa, estaba gratamente sorprendida de la manera como un hombre tan fuerte la tocaba con tanta delicadeza.-Por favor tócame, tócame otra vez, no pares.
Ante su petición Max llevó su mano hacia su sexo hambriento, introdujo un dedo en su abertura resbaladiza por su humedad, después de penetrarla varias veces así, extrajo su dedo recubierto de su crema y empezó a tocar su clítoris con movimientos circulares.
Amanda soltó un gemido y se agarró de sus hombros, besándolo con desesperación por el placer que escalaba en su interior.
La tocaba más rápido, aumentando la presión, ella estaba jadeando en su boca y movía las caderas involuntariamente buscando mayor fricción.-Acaba para mí, preciosa.
Quiero sentir como te corres en mi mano.Sus palabras la hicieron ceder, el orgasmo la sacudió, una ola de placer tras otra hasta que quedó tendida sin fuerzas entre sus brazos.
-Quiero estar adentro de ti, Amanda
-le susurró
-, pero no tengo protección.-Estoy tomando la píldora, la tomo desde hace tiempo, así que no hay de qué preocuparse.
La besó intensamente antes de arrodillarse entre sus piernas. Pasó sus manos por encima de sus caderas, subiendo por su cintura hasta llegar a sus senos, las estrujó y pellizcó sus pezones con los dedos, provocando los pequeños picos erectos.
Acercó su sexo hinchado a su hendidura, más húmeda que antes por el orgasmo que había tenido hace pocos momentos. Separó sus labios y entró en ella, ambos gimieron cuando la penetró.
-Estás tan caliente y apretada -dijo entre dientes.
Ella sólo respondió con más gemidos. Empezó a moverse lentamente, entrando y saliendo, el calor de su sexo lo estaba enloqueciendo, la agarró por las nalgas alzando sus caderas para llegar más profundo. Ella apoyó los tobillos sobre sus hombros. No acostumbraba mantener contacto visual cuando hacía el amor, el pudor se apoderaba de ella, pero la intensidad con la que la miraba mientras la penetraba la hizo sentir como si no hubiese más nada en el mundo que él deseaba más que ella.
Le hacía el amor lentamente, enterrando su miembro en lo más profundo de su interior, despertando terminaciones nerviosas que ella ni siquiera sabía que tenía. No podía pensar, solamente sentía su asta estirando su canal. Estaba agarrada de sus musculosos brazos, empezó a ondular las caderas para que se moviera más rápido, otra ola de placer estaba creciendo en el centro de su cuerpo.
Agitó la pelvis con mayor velocidad, cada impacto la llevaba más cerca del borde, afincó las uñas en sus brazos pero él no dio indicación de que le molestara.
-Suéltate, Amanda. Déjate ir. Quiero ver tu cara mientras acabas y estoy dentro de ti.
Sus palabras la deshicieron y se dejó ir, el clímax sacudió su cuerpo y los músculos de su sexo se contraían rítmicamente alrededor de su enorme miembro. El calor de su hendidura y los espasmos de su placer lo empujaron por el borde, soltó un gemido gutural y vació su orgasmo en ella, llenándola de semen.
Flexionó los brazos para besarla, su cuerpo aún enterrado en el de ella, su pecho oprimiendo sus senos bajo su peso. Jamás se había sentido tan excitada y cómoda con alguien. Le respondió con un suave beso y acarició sus labios con la lengua.
Así era como el sexo debería ser.
***
Max deslizaba los dedos por el costado de Amanda hasta su cadera y otra vez hasta la curva de su seno. No sabía cuánto tiempo llevaba haciendo eso, pero ya era de día. Despertó con el amanecer; y encontró a Amanda acurrucada en su costado con la cabeza apoyada sobre su hombro y una pierna tendida sobre las de él. El tiempo parecía haberse detenido y estaba contento de quedarse así.
-Mmm... ¿qué hora es? -preguntó Amanda con voz somnolienta.
Max miró su reloj pulsera- Son las 6:30.
-Tengo hambre.
-Yo también, respondió él girando su cuerpo y posicionándola nuevamente bajo él. Ella se rió.
- No hablaba de ese tipo de hambre. Aunque no te puedo negar que es tentador, dijo contoneando las caderas bajo su pelvis. El movimiento fue suficiente para endurecerlo otra vez. La electricidad entre ambos se encendió nuevamente, Max se acostó de lado detrás de Amanda, con una mano manoseaba sus pechos mientras que la otra bajó para acariciarla entre las piernas. Con apenas sentir sus manos sobre el cuerpo se humedeció, esto era inaudito, nunca le había sucedido algo así con ningún otro hombre. Max despertaba la mujer sensual que no sabía que existía en ella.
Entreabrió sus labios con los dedos mientras besaba su cuello, ella abrió las piernas más para facilitarle el acceso a su abertura necesitada.
-Ya estás mojada, preciosa, carraspeó en su oído, excitado aún más por la excitación de ella.
Deslizaba dos dedos en su interior y los sacaba para pasarlos por su raja hasta su clítoris, frotarla y volver a penetrarla. Amanda no podía evitar mover sus caderas, apretando sus nalgas hacia su erección.-Necesito que me llenes, Max. Necesito tenerte adentro de mí, dijo con la voz ahogada de placer.
Max retiró la mano y guió su miembro erguido a su sexo hambriento, ella arqueó la espalda para que la penetrara en esa posición, sintió como su longitud la invadía, estaba en el cielo, la llenaba a capacidad, sus músculos se estiraban para acomodar su gran tamaño.
Cuando estuvo completamente dentro de ella se empezó a mover hacia delante y hacia atrás.
Continuará

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TOCAME
FanfictionSe trata sobre un chica llamada carla que estaba mal salud después le dieron de alta y después se fue de vacaciones para despejar su mente