I. Mariposa de Cristal (Acción y reacción)

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Se dice que para toda acción hay una reacción, según la química, la física y la vida. Yo al menos no lo entendía hasta hace unos meses atrás, cuando la conocí, sus ojos mostraban como era ella, una tormenta; sus hoyuelos y pecas que le daban un aspecto infantil, sus cabellos obscuros te incitaba a tocarlos y sus ojos miel te hacían perderte en ellos. Oh, y sus labios, sus labios, su labio inferior más carnoso que el superior, esos labios me gritaban besarlos.... Pero yo sabía que no era lo correcto. Ahora lo sé. Bueno me desvié un poco.

Una simple tarde la conocí, lo normal, comenzamos a platicar sobre la existencia, lo sé, muy profundo para dos chicos de tan sólo 15 años, pero ella era diferente. Ella te hacia querer conocer los misterios que habían en su cabeza, era tan extraña y sublime. Ella parecía sacada de un cuento, su manera de pensar tan diferente, ella parecía un sabio en el cuerpo de una chica. Lo sé, ella es perfecta... Aunque nadie es perfecto ella parecía serlo.

Recuerdo que esa tarde fue la mejor la mejor de mi vida, hable con mi madre y le pedí perdón por ser tan desconsiderado y nunca fijarme en que ella también necesita atención, como yo la ordeno. Madre, esa chica me enseñó la importancia del ser humano.

Una semana después la volví a ver, su cabello en una coleta, unas gafas que cubrían sus bellos ojos, una simple blusa y un suéter. Querida, ahora entiendo porque llevabas ese suéter a pesar de esa tarde estar a 21° Celsius.

Ella no era tan perfecta. O quizá hasta las personas más bellas tenían inseguridades y demonios.

Recuerdo que esa tarde hablamos de mi familia, bueno, yo hablaba y ella dibujaba mientras me escuchaba, ¡esa chica era genial! podía hacer varias cosas a la vez. Esa chica era excelente dibujante, aunque ella se encargaba de menospreciarse.

Pasaron varias semanas, ella parecía abrirse más, mientras que yo era un libro escrito y leído por ella.

Recuerdo exactamente lo que pasó un 9 de Marzo, varios meses después de que la conocí. Nos encontramos donde siempre, pero esta vez era diferente, encontraba algo desconectada de la charla.

"¿Estas bien?" fue lo primero que mi mente procesó, tocando suavemente su mano, ella miro la acción y se limito a contestar: "Yo nunca estoy bien". Observe sus ojos con detenimiento, mientras ella me ofrecía una sonrisa. Sus ojos tristes no lloraban... ¿Por qué mi querida mariposa? ¿por qué no lloras a pesar de tener tus alas rotas?.

Ese día entendí tantos secretos, pero a su vez me nacieron otros deseosos de saber las respuestas.

Ella era sublime, nunca antes vista, ella era una daga de dos filos; ella tenía defectos, pero... ¡Vaya! hasta sus defectos la hacían hermosa. Aunque eran defectos crueles. Defectos que me hacían amarla aun más de lo que ya lo hacía.

Ese día noté lo frágil que es la perfección, lo inestable que puede ser una persona tan bella.

Mi pequeña mariposa, capaz de crear una tormenta.

Lo sé, a veces yo también siento que la amo, bueno, más de lo que ya hago, a veces me siento tan atraído a su bondad. De como yo la veo, pero su reflejo lo niega ante el espejo.

Pocas semanas después ella volvió a ser la misma, a ocultar que estaba rota tras sonrisas. Ella fingía que estaba bien ante el mundo, pero conmigo podía ser quien era, mi pequeña mariposa de cristal.

Observo su rostro... ¿Cómo es que la perfección es tan delicada?, ella era fuerte, pero a que vez, tan frágil.

Ella era la perfección y no me cansaré de decirlo, era lo más bello del mundo.

Ese día le tomé ambas manos y besé sus muñecas "Eres perfecta, siento que soy polvo ante un dios" ella sorprendida ante mis palabras pudo murmurar "No soy un dios, tampoco perfecta... Soy humano" su sonrojo se hizo presente. "Hasta la perfección es frágil" roce sus labios con lo míos y después di un casto beso en la mejilla, ella solo se escondió, era tan tierna, ella es indeleble en mi memoria.

Los siguientes meses transcurrieron con facilidad... Confieso que esperaba la hora 11:11 por el antiguo mito del deseo y pedía que ella se quedará para siempre a mi lado, a lado de este simple humano.

No todo es lo que soñamos, ahora lo entiendo.

Todo ocurrió tan rápido, un 23 de Noviembre. Se supone que todo debía ser hermoso, se supone e que ese día la invitaría a cenar, reiríamos al compás, nos tomaríamos de la mano buscando calor debido al frío otoñal.

Pero con tristeza digo, que nada de eso sucedería.

Ese día llegue a las 6 de la tarde para hablar con ella, encontré a su madre, algo molesta, me dijo que mi bella mariposa estaba en su cuarto.

Ambos comenzamos a hablar sobre ella, sobre mi mariposa. Ambos escuchamos un disparo, ese disparo congelo por breves momentos mi corazón, internamente rezaba por que mi pequeña estuviera a salvo mientras corría a su habitación, pateé la puerta ya que estaba con seguro.

La perfección es frágil y fugaz.

Sus cabellos obscuros desparramados en el suelo, sus ojos fríos, y un charco de sangre yacían en el suelo.

"¡Mariposa!" grité tan alto como mis pulmones me lo permitieron, tan alto como para que mis cuerdas vocales y garganta dolieran.

Encontré la perfección inerte.

"Se supone que juntos lucharíamos" lloré tomando su cabeza besando sus labios mientras mis lagrimas mojaban su bello rostro.

Se dice que para toda acción hay una reacción, según la química, la física y la vida, también dicen que hay personas fugaces, pero que te dejan algo de por vida... Lo entendí esa tarde, cuando mi mariposa de cristal se quebró por completo.

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