Mi Primera Vez

339 3 0
                                    

La primera vez que hice el amor con una chica tuve muchos problemas. Para comenzar, en la mañana de ese día me había hecho unas 2 pajas, una recién despertar, el cielo lloraba exageradamente, así que el clima fue el gran culpable de levantarme con una gran erección (bueno, siempre es más fácil culpar a todo menos a ti mismo); la primera fue cerca de las 5:40 am, la otra fue como a las 8:20am, mientras me bañaba.

Llevaba unas 4 semanas hablando y saliendo con Sandra, la pobre alma con la que vine a perder la virginidad.

Ella me mandó el siguiente mensaje por WhatsApp ese día:

Hola, cariño, buenos días. El día está muy frío y necesito de tus abrazos, pásate en la tarde por acá, te espera una cálida sorpresa... 

Obviamente le respondí que iría, así que eso fue lo que hice. Quédamos en vernos a las 3:00pm. Llegué a su casa y me recibió con un abrazo demasiado lascivo, estaba en pijama y no llevaba sostén, holy shit! —Pensé— Podía sentir sus tetas en mi pecho, sus pezones estaban erectos, se sentía bien, demasiado placentero.

Charlamos un rato sobre lo nuestro mientras tomábamos un exquisito Juan Valdez sentados en su sofá

Sandra era ese tipo de chicas que las ves y te enamoras ipso facto; tenía bonita cara, unos hermosos ojos azules cristalinos y unos carnosos labios carmesí, de cabello castaño demasiado brillante, bonito cuerpo y, en general, era una diosa en persona. Mientras yo era un flacucho que estaba cada vez más en los huesos debido al sedentarismo que la adicción a la masturbación me había generado. 

Llegó un punto en que ya habíamos hablado de absolutamente todo, eran alrededor de las 4:40pm. Comenzamos a besarnos lentamente en el sofá, le quité la blusa de su pijama, sus senos estilo volcanes estaban ahí, tan perfectos y tan suaves, solo para mí. Comencé jugando con mi lengua sobre sus aureolas y su pecho, llegando algunas veces hasta el cuello (lo vi en muchos videos porno, así que pensé que sería una buena forma de empezar a excitarla); estuve haciéndolo por al menos 3 minutos.

Comenzaba a preocuparme, Sandra estaba distraída, ella disfrutaba de lo que yo estaba haciéndole, sin darse cuanta de que mi estúpida e inservible polla estaba más muerta que la madre de Nemo.

Al terminar mi parte, ella me bajó el pantalón. Pude ver la decepción camuflada en sus ojos; mi pene apenas y estaba un poco blando. Ella, con ganas de hacerlo en ese momento conmigo, me besó de una forma que jamás olvidaré. Fue un largo beso con lengua, pero algunas veces bajaba a mi cuello o también subía y chupaba mi oreja; finalmente lo consiguió, mi polla se había empalmado un 90%, lo suficiente para hacérselo sin problemas.

La penetré sin dejar de mirarla a los ojos, ella también me miraba, su primer jadeo me excitó mucho; estaba cogiéndome a una chica demasiado guapa, ambos vírgenes, o al menos eso me había dicho ella, ¿Qué importaba ahora? Le di varias embestidas hasta que llegué al orgasmo, boté un poco de semen en su abdomen, a decir verdad, fue demasiado poco, sé que en el fondo ella pensaría cosas como "¿Habrá follado con otra hoy?", pero lo había hecho... sin embargo, ella no alcanzó el clímax esperado, me dijo que le alegraba haber sido su primera vez, y en parte eso me ayudó a no decepcionarme tanto...

Simplemente terminamos de hacerlo y nos abrazamos mucho, nos dimos unos que otros besos y nos fuimos a dar una ducha en su baño; por suerte sus padres suelen dejarle la casa a solas en las tardes.

Anécdotas de un PajeroWhere stories live. Discover now