La hermosa noche de Link

                                                                                    3 a.m

                                             

Era de noche, más el cielo nublado daba tan mal aspecto a ser un descanso escalofriante para el angelito más adorable de la mansión, que por cierto ahora, se encontraba tocando la puerta de uno de sus amigos; Red.

—¿Red?— Preguntó en bajo, inclusive trató de abrir la puerta, pero no podía entrar, ya que estaba con seguro. Volvió a golpear la puerta con los nudillos de su mano, muy suavemente. —¿Red? . . .— Llamó de vuelta, esperando recibir alguna respuesta. . . Pero nada. Probablemente el entrenador pokémon esté muy dormido como para atenderlo. —¡Red, Red! ¡Rápido ábreme! ¡Me están persiguiendo!— Fingió un tono desesperante al igual que los golpes en la puerta, sin embargo. . . No hubo respuesta. — Jum. . . ¡Me pueden estar matando que tu ni enterado!— Se molestó el menor cruzando sus brazos.

Bajó un poco la cabeza a la vez que bajaba las alas, pensando en alguna otra alternativa. «Mmm. . . ¡Podría pedirle a Link!» Pensó el único pequeño despierto en la mansión, comenzando a caminar por los largos pasillos de éste.

Horas anteriores de que esto ocurriera, habían quedado en ver una película un pequeño grupo de amigos, Link, Pit y Red, inclusive iban a invitar a Marth e Ike, pero como tenían otros planes, decidieron realizar dichas ideas ellos tres juntos. Lamentablemente para el ángel, la película fue de terror, más las imágenes que vio quedaron grabadas en su cabeza, por lo que sí o sí, necesitaba de una compañía.

Una vez frente a la puerta del rubio, acercó sus nudillos para comenzar a golpear contra ésta madera, nombrando al mencionado un par de veces. —¿Link?. . . — Preguntó, pero al igual que con su amigo anterior, tampoco recibió respuesta. —¡Link!— Tocó un poco más fuerte, no era tan tarde. . . Por lo que dudaba un poco de que el hylian se encuentre dormido en ese momento.

Dentro de la habitación, estaba el héroe de Hyrule, pero las sospechas de Pit eran incorrectas, ya que el rubio se encontraba perfectamente durmiendo, estaba muy tranquilo, la noche parecía ser su compañera. — Mm . . . Z z z . . . — Se quejó un poco cuando escuchó el primer golpe en su puerta, pero los demás no fueron audibles para éste elfo.

El sueño de Link se distorsionó cuando su orejita empezó a temblar a causa de algo que percibía, ¿Susurros? No lo distiguía, pero tampoco era capaz para voltear y enfrentar lo que estaba detrás de él. —¡LINK NO TE HAGAS EL DORMIDO!— Gritó el ángel, provocando que el rubio hasta pegara un salto en su cama. —Perdón. . . ¿Te asusté?—

—¡Obvio sí Pit! ¡No vuelvas a hacer eso!— Regañó un adormilado hylian, quien trataba de reconciliar el ritmo de su corazón por el gran susto que se llevó. —¿¡Qué haces aquí!? ¿¡Cómo entraste!?

—Olvidaste cerrar con llave. — Claro, eso lo explicaba todo. —¡Link! ¡En mi habitación no puedo dormir! ¡Ha-hay algo!— Añadió el castaño muy temeroso, a tal punto que se sentó en la cama, abrazando el brazo ajeno con un gran terror en sus ojos. —Y-y me da miedo. . .

Link, apenas despertaba, por lo que pensar o sacar alguna conclusión con ese sueño abundante sería algo imposible. —Hm. . . Ajá.— Sobó un poco su ojo, observando al ángel, que al parecer por nada o por nadie, le soltaría el brazo.

—¿Puedo dormir contigo?— Preguntó, mientras trataba de convencerlo con un ligero puchero, en fin, Link era su única opción y lo insistiría cuanto cueste. Pero para su suerte, Link asintió con la cabeza de inmediato. —¿¡Sí!? ¡Gracias Link!— El ángel sin pensarlo se cubrió con las cobijas acostándose a un lado de él héroe, sintiendo aquellos movimientos que realizaba su amigo por acomodarse en la cama para dormir. —. . . ¡Buenas noches Link!