- Eres un completo irresponsable Oshido-
Le dijo Momo a su hermano en cuanto acabo de acostar la niña en el pequeño colchón hecho de retrasos de tela que ha veces usaba para dormir si el trabajo lo permitía.
- Mira que aparecerte de la nada , después de años sin noticias de ti. ¿Te ensañaron a escribir y leer, no? Pues debiste escribir antes y sobre todo traer contigo una niña de la cual lo único que sabes es que la encontraste en un pozo sola y por si fuera poco esta ardiendo en fiebre.
El pobre Oshido, tal y como lo había previsto, recibió un regaño de su hermanita, pero sabia que, como siempre después de gritar y fruncir el ceño, lo dejaría hablar
-Yo se que debí avisarte, pero ¿quien te hubiese podido leer la carta que enviara? después de todo, Daichi ya no esta, y el era el único en la casa que sabia leer. Ademas ya te lo he contado, estoy seguro que fue el ejercito del emperador en persona quien masacro esa aldea, había estandartes con el símbolo del emperador por todos lados y la pequeña era la única sobreviviente, debes comprender Mom-
Momo enfurecida ante las palabras de su hermano, mas bien por la mención del apodo que su difunto hermano le había puesto, resoplo, miro al vago que tenia por hermano, se dio cuenta que si bien su hermano podía ser un borracho des obligado, no era un mentiroso, al menos no en este asunto, miro la pequeña que previamente habían recostado, le quito la ropa húmeda que su hermano descuidadamente le había dejado, le coloco un viejo vestido suyo, que solía usar cuando estaba soltera, desgastado por el tiempo. Mientras vestía a la niña no pudo dejar de notar sus huesos marcados, los moretones y heridas en su cuerpo, así como la fiebre que la atacaba, teniéndola con los ojos cerrados, respirando trabajosamente y balbuceando en voz baja cosas sin sentido, se iba a morir si no hacían algo. No era raro para Momo ver fallecer a niños en esas condiciones, era una habitante de una aldea en una país en guerra, en donde las historias de caos y hambruna llegaban diariamente por boca de los mercaderes que pasaban por ahí, pero verla tan real, en el umbral de su puerta, le hizo pensar en su difunto marido y su muerte y no pudo negarle a su negligente hermano el asilo que le pedía.
Mientras el enojo pasaba Oshido, pudo sentarse un momento, mira la casa de su hermana y pensó en que el tiempo tenia un pacto de no tocar ese hogar, las cosas estaban como el las recordaba, una casa sencilla en comparación con otras, pero tenia todo lo que se pudiese necesitar, recordó como su difunto cuñado la había construido antes de casarse con su hermana y e las había mostrado a su familia antes de si quiera pedir en matrimonio a Momo. Supo que era un buen lugar en cuanto vi la figura de su pequeña hermana remover algo en la cocina, el aroma del arroz caliente y la luz agradable del atardecer. Como le hubiese gustado haber formado un hogar el también, pero al menos se alegraba haber traído a la pequeña niña perdida con él. La miro dormida y con la frente perlada de sudor, su hermana la había atendido como un rayo, pudo haber sido una buena madre, pensó con tristeza, ahora estaba sola y lo único que tenían era el uno al otro. La miro acercarse con un plato rebosante de arroz y pescado, cuando eran niños, ella detestaba tener que ayudar a su madre a servir la comida todos pero ahora con los años, la imagen de mujer casada le sentaba mejor.
-Come, se va a enfriar y no pienso calentarlo dos veces por ti- le dijo dando el plato.
-Eres muy amable Mom, ¿crees que se salve?, dijo mirando a la pequeña niña dormina
-Dímelo tú, tu eres el que la trajo aquí y eres un hombre de fe, tu dime a mi, ¿se salvara?
- No lo se, esto va mas allá de mis habilidades, solo es cuestión de esperar a que la fiebre baje y rezar porque despierte.
-Tu puedes rezar todo lo que quieras, yo ire temprano a buscar hierbas en el pueblo, para bajar la fiebre y curar esas heridas que tiene, después iré por algo de comida fresca. a nadie le pasara nada mientras yo este aqui.
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La princesa del viento
AdventureUna chica que lo ha perdido todo, una humilde aprendiz de costurera cambia su identidad por la de la princesa perdida del reino de Ah-hui, quienes destrozaron su mundo en primer lugar ahora son su amada familia, la ultima esperanza de un reino en gu...