Desperté temprano como de costumbre, tomé una ducha, busqué mi mochila para la escuela y baje las escaleras, mi madre tenía ya el desayuno en la mesa como siempre, una mañana igual a todas.
Salí de mi casa directo a la parada del autobús, cuando cerré la puerta y volteé a la calle ahí estaba mi nuevo amigo desconocido, en la acera frente a mi casa.
-Buen día, se que tomas el autobús a esta hora todos los días, me lo ha dicho tu mamá ayer que me la tope al sacar la basura, y pensé que como vamos al mismo colegio podríamos tomar el autobús juntos, si no te molesta claro.
-Buen día amigo extraño, no hay problema, podemos ir juntos.
Comenzamos a caminar hacia la parada y comenzó la charla.
-Me llamo Thierry por cierto, así ya no me llamas extraño.
-Un placer Thierry, Soy Jerome.
Nos sentamos en la banca y hubieron unos minutos de silencio nada incómodo antes de que llegara el autobús.
Tuvimos un recorrido bastante agradable, Thierry continuó leyendo el libro del día anterior, parece ser un habido lector, en general un chico interesante.
Cuando llegamos por fin al colegio, nos despedimos chocando los puños y nos fuimos a nuestras respectivas clases.
Primera clase del día, matemáticas, igual de interesante que ver un pez girar en su pecera, a algunos les gustará, ¿para mi? Bueno, para mi es sólo una materia más.
Cinco filas de ocho butacas y ¿a dónde me voy a sentar? Claro hasta el fondo como no podía ser de otra forma, no soy un rezagado social ni nada parecido, pero por lo general disfruto de mi privacidad y la compañía de mis dos amigos.
Sentado delante mío Miguel, el es español, pero sus padres lo trajeron a Francia cuando tenía 6, y junto a mi Valentina, ella viene de México, es una chica muy alegre e inteligente, son los únicos de la clase que me agradan, en general mi grupo es de niños presumidos y altaneros, que se creen los dueños del mundo por méritos que no son propios, bueno, ¿qué podemos esperar de un colegio como Saint-Louis?
-Jerome ¿vamos por helado al campo de Marte después de clases?
-seguro.
Terminando clases esperaba a mis amigos en la entrada del colegio, cuando de repente veo a Thierry.
-Thierry, hola, ¿harás algo esta tarde?
-Jerome, qué tal, nada, ir a casa y tal vez salir a patear el balón un rato.
-Mis amigos y yo iremos al campo de Marte por helado y yo aprovecharé a tomar algunas fotos para mi clase de fotografía, ¿vienes con nosotros?
-Claro, me gusta la idea.
-¡Jerome! ¿Estás listo? Oh, ¿quien es tu amigo?
-Claro, el es Thierry, Thierry, Valentina y Miguel. Valentina y Miguel, Thierry.
Ira con nosotros al parque ¿no hay problema?-No te preocupes, pero hay que irnos para regresar temprano a casa.
El resto de la tarde la pasamos los cuatro en una banca del parque, comiendo helados de distintos sabores y conversando,hasta que el chofer de Valentina la recogió y Miguel se fue a la oficina de su madre para irse juntos a casa. Thierry y yo tomaríamos el mismo autobús para ir a casa.
-Espera, no has ni sacado tu cámara y a mi me has prometido que tomarías fotos.
-Es algo tarde para quedarnos, Thierry, mis padres van a preocuparse.
-para nada, iré contigo a casa y les diré que ha sido mi culpa el retraso. Ahora saca tu cámara y aprovecha el precioso atardecer que está por venir, estás en la ciudad luz Jerome, ¿qué más puedes pedir que los hermosos paisajes que te ofrece la preciosa Paris?
Nunca había escuchado a alguien hablar tan románticamente de una ciudad, Thierry tenía una gran fascinación por esta ciudad y lo característico de su gente. Saque mi cámara y comencé a hacer fotos.
-¡Oye voltea! *Click* Que bien ha quedado esta, la luz anaranjada en tu rostro resalta la profundidad de tus ojos, me gusta.
-¿Ah si? Déjame probar, seguro también te ves genial.
Click tras Click en el botón de la cámara, hicieron que el tiempo pasara volando, unas 300 fotos de nosotros haciendo tonterías y jugando en poses graciosas y otras 100 del precioso atardecer fue el resultado en la memoria de mi cámara.
-¡No puede ser!, son casi las 9, ¡van a matarme!
Tomemos un taxi, será más rápido.
Durante el inicio del trayecto no se dijo ni una sola palabra, Thierry iba observando las fotos y yo viendo por la ventana. Hasta que rompió el silencio:
-Está es muy divertida.
Una foto mía comiendo algodón de azúcar, no tenía nada de especial, ni siquiera estaba centrada ni derecha, ¿que le podía ver de especial a una foto de alguien comiendo algodón de azúcar?
Hubo silencio total el resto del viaje.Llegué a la puerta de mi casa y ahí estaba mi madre, con su cara de enojo, preocupación y alegría al mismo tiempo cuando me vió llegar.
-Señora, la culpa ha sido mía, yo hice que Jerome se quedara más tiempo a tomar fotografías, de verdad, una disculpa.
Dijo Thierry antes de que nadie dijera una sola palabra.
-No te preocupes Thierry, ve a casa que tú madre está preocupada.
-Si señora, buenas noches Jerome.
-Descansa amigo.
-Jovencito, usted me debe una larga y detallada explicación decía mi madre mientras cerraba la puerta detrás mío.
ESTÁS LEYENDO
dans un bus à Paris.
Fiksi RemajaJerome y Thierry, un parisino y un chico del campo se conocen en un autobús en el distrito VII de París rumbo a casa, en el que cruzan miradas y un mar de sentimientos encontrados les revuelve el estómago, descubrirán que sus diferencias hacen que q...