Confusión

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Era un tonto y lo sabía. Pero su bocota siempre le jugaba malas pasadas. Ron ya se había fijado en que Hermione era una chica. Claro que lo sabía. Pero los nervios que le provocaba el solo pensar en invitarla al baile, simplemente pudieron con él.

El amor es muchas veces incomprendido. Ni nosotros mismos sabemos qué es. Nos quedamos con la idea que nos brindan la pasión y la lujuria, pero nos perdemos la esencia del sentimiento. Porque amar a alguien implica dedicarle una mirada que no le dedicas a otra persona. Implica quererla sin importar la forma en que se vea, sino quererla por lo que es. El amor es una caricia al alma. Es un abrazo al corazón. Lo es todo.

Esa mirada... Esa que sólo le dedicas a una persona que en verdad consideras única. Esa mirada... La que Ron le estaba lanzando a Hermione en el Gran Comedor. Luego de que ella le dijera, en resumidas cuentas, que era una chica, no habían vuelto a hablar por toda la tarde. La hora de la cena había llegado.

El pelirrojo había pensado en ello muy detenidamente. Claro que lo sabía. Pero no la había visto como algo más hasta entonces. Hermione era su mejor amiga, y así es como la veía. Al menos, hasta ese entonces. Pero sus sentimientos hacia ella habían comenzado a dar señales de vida.

La observó de soslayo, como solía hacer últimamente. Sus ojos se fijaron en lo enmarañado que estaba su cabello y sabía, de alguna manera, que era algo muy suyo. Sí, a Hermione poco le importaba lo que el resto creyera. Ella era genuina, y eso le agradaba.

Bajó la mirada, luchando con todas sus fuerzas para no sonrojarse. Su cabello recaía sobre dos ondulaciones que sobresalían de su pecho. Hermione tenía senos, como toda mujer. Y era extraño, pero Ron no se había fijado en eso hasta ahora.

Completamente ruborizado, siguió con su mirada hacia su falda, deseando no haberlo hecho. Su rostro adquirió el mismo color que su cabello en cuanto notó las bellas y finas piernas de la castaña. Las adoró por unos segundos, como si estuvieran talladas a mano. Una escultura de carne y hueso. Y era tan linda aquella imagen, que Ron tuvo que negar con la cabeza y los ojos cerrados unas cuantas veces, para quitársela de su mente.

Hermione pareció notar esto, ya que bufó sonoramente. O quizás solo quería recordarle que seguía enfadada con él. Eventualmente, rompió el hielo, aunque algo directa.

- ¿Ocurre algo? - Preguntó con firmeza, con un tono severo

Ron se sintió descolocado, y pensó en una respuesta que lo sacara del lío. Obviamente, no iba a decirle que intentaba borrar la imagen de sus piernas de su cabeza, y por eso la agitaba rápidamente. Era probable que ella le estampara una bofetada en la cara y le propinara varios insultos. No, mala idea.

Luego de pensarlo por unos instantes, comprendió que Hermione había tanteado el terreno. Probablemente, estaba más que preparada para un segundo round, en el que quizás sus gritos lograsen llamar la atención de todo el salón.

- Iba a decirte que tenías razón - Dijo Ron, aceptando la idea de que era mejor calmar las aguas, pero tampoco quería liquidar a su orgullo en el intento - En parte...

- ¿Y cómo es eso? - Preguntó con el mismo tono de antes

- sabía que eras una chica... Es sólo que no te había visto como tal, hasta ahora.

Hermione pareció dudar un poco, pero seguía mirándolo expectante.

- Eres mi mejor amiga... Supongo que por eso no pensé en invitarte al baile... No quería...

One Shot's ~ RomioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora