NAMMIN || ILLEGAL DIMPLE - finished

23

Sentimientos e intenciones.

Su cabeza estaba recostada en la madera de su escrito, y SeokJin revisaba los cuadernos regados que tenía sobre su escritorio. Era muy temprano y no llegaban aún los demás universitarios.

—¿Ji Min?— la voz del castaño mayor se hizo escuchar, Park levantó su cabeza para encontrarse con la mirada de su maestro.—

—¿Sí, Maestro?— él le respondió con otra pregunta casual. Jin Movía su mano y el rubio entendió las señas, él quería que se acercará a él.—

Jimin se levantó de su lugar y caminó hasta donde estaba su maestro.

—Pronto serán los finales de este semestre, ¿Verdad?— el tiempo había pasado tan rápido que ni de eso se percató el menor.— los exámenes, exposiciones, tareas, ¿son muchas verdad?— Jimin asentía, ¿Pero a qué quería llegar su maestro?—Al finalizar esto, procura darte unas buenas vacaciones, Park— al finalizar su maestro le sonrió con dulzura.—

Unas voz interrumpió la pequeña charla de los dos hombres, una tercera persona se incluyó con un «Hyung» y ambos se voltearon a ver la voz, encontrándose con un pequeño pelirosa, piel bronceada, y pequeño rostro.

—Woozi...— se escuchaba decir por parte del mayor. Ambos se miraron y sonrieron.—

—Me iré, con permiso— intervino Park haciendo una reverencia dedicado con respeto a su mayor.—

El rubio salió y dejó a los dos amigos dentro de su salón sólo faltaba unos treinta minutos para que su clase comenzara y se decidió salir y a dar vueltas por la universidad vacía. Caminaba por los pasillos y por la ventana se encontró con las vista del sol cubierta por pequeñas nubes, sonrió ante aquella imagen y se recostó en la pared sin dejar de mirar a tal precioso paisaje.

Se imaginó a un Namjoon sonriente mostrándole esos hoyuelos de dulzura y encanto. Maldita sea, tanto le encantaba.

Escuchó pasos acercarse a él y él ni volteó para encontrarse de quién se trataba, sin embargo tocaron a su espalda y se encontró con Yugyeom, el chico pelinegro, alto y de rostro hermoso. Él se limitó a quedarse allí en silencio, acompañando a su amigo que parecía estar disfrutando de la soledad perfecta, no de esa clase de soledad que trasmitía melancolía, era esa soledad reflexiva y que te hacía qué estás haciendo mal.

Así pasó el rato increíble, donde Jimin no podía evitar saciar sus suspiros e imaginarse tales cosas llenas de recuerdos felices que obtuve con ese pelinaranjo de piel bronceada, hoyuelos bonitos y pequeña nariz.

Y es que aunque quisiera, jamás se olvidaría de él y de las inexplicables sensaciones qué él y solo él le provocaba. El timbre de inicio a clases sonó y ambos compañeros iban hasta su departamento.

JiMin iba en camino hacía su salón hasta percatarse de su mejor amigo sentado en el puesto que compartían con sus mejillas sonrojadas y tratándose de tapar con las mangas de su enorme abrigo. Él solo sonrió y caminó hasta su amigo, para sentarse a su lado y mirarlo con una sonrisa burlon dibujada en su rostro de niño bonito.

—¿Qué te sucedió, Tae?— el rubio le pregunto y el mencionado trató de comportarse de la manera más normal y aunque se esforzara sabía que terminaría contándole a su rubio amigo la verdad.—

—No me sucede nada, Jimin. Estas imaginando cosas...—Él lo miró de soslayo y termina soltando un largo suspiro, resignandose a contarle al rubio— E-estoy confundido y la verdad solo necesito soltar todo...—, Park asintió esperando a que su amigo empezará a contarle todo— Ese día que tuvimos las despedida de tu maestro de inglés, el maestro Jung me acompañó hasta casa y aunque en el camino hablamos de distintos temas, ese día él me propuso a salir de vez en cuando... y accedí, hasta que ayer... m-me besó, lo besé, nos besamos, y yo salí corriendo. Él me miró confundido pero no me siguió, y antes de llegar hasta aquí pude observarlo en su salón. Miraba en silencio por la ventana, como si él estuviera analizando la situacion... y, ahora no sé, no sé que mierda hacer, pienso ir con él y disculparme por haber salido corriendo pero cuando lo intento, el pensamiento de que no soy Gay, se adueña de mi mente... y...—

—Sólo toma tu tiempo para pensarlo pero no te tardes en hacer una buena elección, Taehyung, podrías perderle— Jimin sintió ese dolorcito en su pecho. Por haberse tardado, él había perdido a Namjoon.—

—Muy Bien... hoy he escogido por dejar nuestra clases a un lado y hablar con ustedes sobre sus verdaderos sentimientos e intenciones— Dijo Jin una vez que la mayoría de los estudiantes estaban dentro del salón.—

Los chicos miraban atento a excepción de los castaño. Él estaba recostado en el escritorio.

—¿Alguna voluntario?— hubo un silencio entre todos— entonces los escogeré yo.... Señor Kim Taehyung...— Tae levantó su cabeza del escritorio y miró confundido a todos.—

Se puso de pies y se quedó en silencio mientras que el maestro lo miraba esperando una respuesta por parte de su alumno.

—Á-ahm...—

—Habla sobre el como te sientes— se escuchó un murmullo. Bajó la mirada y se encontró con su amigo sonriendole.—

—¿Sentimientos? ¿Es normal querer escoger una opción pero sin embargo existe una segunda opción? Una opción que hace lastimarte y sentirte aun mas confundido porque sinceramente tu jamás te viste de esa manera— sus manos se expresaban al igual que sus palabras y expresiones faciales.— Es una absoluta frustración. Ayer simplemente fui un completo idiota, solo estoy evitando mis problemas, emociones y sentimientos... he estado dando vueltas y vueltas sobre el tema y ahora...— los toquidos en la puerta se había hecho escuchar, SeokJin le hizo una seña al menor para que se detuviera una momento.—

—Lo siento, hyung...— Tae pudo reconocer esa voz, era Hoseok— puedo esperar continúa, hyung...— Jin asintió y volvió con Taehyung.—

<Ahora tengo ganas de correr hasta él y disculparme por ser tan estúpido...— se atrevió a decir el castaño.—

Sin dudarlo salió del salón, hasta quedar en el pasillo y encontrar a hyung. En fin lo había encontrado, estaba recostado en la pared, re-leyendo los documentos que traía consigo.

—H-hyung...~— Hoseok se dio vuelta encontrándose con la mirada apenada del  castaño— debí haber sido racional,  Y-yo...— Tae no terminó su frase debido a que un maestro ya se encontraba besándolo con desesperación.

Tae sintió sus lágrimas resbalar humedeciendo sus mejillas. Cerró sus ojos, y siguió al mismo ritmo. Sintió ese agradable sentimiento de nuevo y ese correteo que jugaba con su cuerpo, en otras palabras esa emocionante corriente que le recorría, y decir que se sentía más que a gusto.