Día de verano

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-Es una matriz simétrica... de cuatro por cuatro...-susurró Kirishima mirando su cuaderno de matemáticas.- Así que tengo que plantear la ecuación... -se golpeó con el lápiz en la frente mientras observaba aquella extraña operación repleta de ceros, unos y paréntesis. - ¡Agh! No puedo más. -se echó hacia atrás en la silla.

-¡Deja de holgazanear!-Bakugo lo golpeó en la cabeza con su estuche.

-¡Aahhh! ¡Bakugooo!-se quejó el pelirrojo llevándose las manos a la cabeza para protegerse, activando su quirk. Los golpes de su amigo nunca eran gentiles.

-Si tú no pones de tu parte no perderé el tiempo.-se cruzó de brazos.- no soy yo el que ha suspendido matemáticas e historia.

-Jum...-se masajeó la cabeza y lo miró con ojos de cachorrito.- me cuesta mucho... -miró al suelo. - además es verano. -cerró los ojos.

-Quedan dos semanas para que tengas las recuperaciones y empecemos el curso. A este paso vas a fracasar y te quedarás atrás.-dijo sin mirarlo.

-No quiero eso...-suspiró.- Además, tengo que aprobar.-lo miró.- Así estarás orgulloso de mí.

-Cállate.-dijo sentandose frente a él.- Sólo eres un extra más.

Kirishima sonrió con dulzura y estuvo atento a la explicación de Bakugo, que volvió a introducirle en el mundo de las matrices.

Aunque podía parecer cruel por sus palabras, el gesto de volver a sentarse a su lado y explicarle todo de nuevo (por tercera vez) era más que suficiente para derretir el corazón de Kirishima. Bakugo tenía su propia forma de demostrar afecto, y haber estado estudiando con él en verano era una de ellas. 

-¡Me ha salido!-gritó el pelirrojo emocionado al comprobar el resultado.- ¡Bakugo! ¡Me da el resultado!

-Deja de gritar.-se quejó y volvió a golpearlo en la cabeza. 


Aprovechó el descanso para mirar el móvil. Los demás chicos de su grupo irían a la piscina esa tarde. Entre ellos; Denki, Sero, Tetsu, y Sato. 

-Eh, Bakugo.-lo miró.- Van a ir a la piscina en un rato. Podríamos ir.-se levantó y fue hacia él. 

-Paso.-dijo sin mayor importancia.- Es una pérdida de tiempo. 

-Venga...-se quejó.

-He dicho que no. Vete tú. -cogió un libro y comenzó a ojearlo. 

-Puedo decirles entonces que inviten a Todoroki y a Midoriya... era su segunda opción y ya que nosotros no vamos a ir... -cogió el móvil y fingió que escribía.

-¡De ninguna forma irá ese Mitad-Mitad ni Deku en mi lugar!-gritó Katsuki quitándole el móvil de la mano. Kirishima sonrió para sí mismo, sabía perfectamente como se comportaba cuando nombraba a la pareja, así que eran una buena excusa en planes como aquel. Jamás dejaría que fueran en su lugar. 

-¡Bien!-se estiró y sonrió a su amigo.

Kirishima decidió adelantarse para ir a su casa a por el bañador. Se despidió de Bakugo y saludó a su madre desde el salón.

-¡Hasta otro día señora!-sonrió el pelirrojo.

-Adiós, Eijirou.-dijo ella con entusiasmo desde la cocina.- Vuelve cuando quieras.

-Adiós peludo.-se despidió del gato, que estaba tumbado en la mesa. Bakugo siempre lo llamaba Destructor Sanguinario, pero siempre recibía una reprimenda de su madre que lo llamaba Pelusa. 


De camino a casa aprovechó para respirar el aire limpio del parque. El verano ya se acababa, la rutina volvería y todo seguiría como siempre. Entrenamiento, clases y...

Dinamita  [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora