13.

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RaizA: -¿A dónde vas? La sesión de tenis en por allá.
Karen: -Voy a la oficina de la directora, verdulera.
Raiza: -Ah si, olvidaba que anoche te cacharon con seis chicos semidesnudos en una habitación.
Karen: -Y a ti te van a cachar con una docena de plátanos verdes atravesados.
Raiza: -Eres una estúpida, no dejo que nadie me hable así.
Karen: -Si...ajá...me retiro, aquí huele a apio podrido…¡Ah no! Es tu entrepierna, adiós.

Ale me haló del cabello, yo la aventé.

Karen: -Tú a mí no me vuelves a tocar. A ti lo que te falta dentro es carne pero lastimosamente a ti ahí no te entra nada más que verduras- dí una carcajada y me fui. Subí hasta la habitación, antes tomé dos sogas que había en un cuarto de mantenimiento, una la até a la ventana y la dejé caer fuera del edificio, bajé por ella y llegué al campo, quedé frente al enorme árbol. Luego de varios intentos atravesé la otra soga por una rama, até la otra soga que estaba amarrada a mi cintura para no perderla y comencé a escalar con los pies en en árbol y mis manos tirando por la soga de la rama. Me costaba mucho subir, a la mitad de la soga no aguante y me solté hasta que fui atrapada por unos brazos.

Caeli: -¿Vas a algún lado?
Karen: ¡Caeli!
Caeli: -Supuse que necesitarías ayuda.
Karen: -¿Cómo huiste del campo?
Caeli: -Le dije a la profesora que me había lastimado el tobillo y me dejó ir a descansar a la habitación sóla ¡Error!
Karen: -Eres genial. Bueno, ayúdame.
Caeli: -Mira, te muestro como es más fácil- haló la soga y esta cayó al suelo.
Karen: -¿Qué haces? ¡Me costó subirla!

Karen le hizo nudos cada medio metro, la tiró y de un sólo intento la atravesó al otro lado de la rama.

Karen: -Así es mejor- sonrió.
Caeli: -No me imagino cuantas veces hiciste esto para salir de tu casa e irte a los clubes.
Karen: -Incontables veces-reímos.

Ferny sostuvo de un lado la soga mientras yo subía por el otro, era sorprendente la fuerza que tenía esa chica.

Karen: -¡Qué fuerte eres!
Caeli: -Hay que serlo para sostenerse de los tubos.

Al fin subí al muro y amarré la otra soga al árbol.

Karen: -Ahora sube a la habitación, cierra la ventana y pásale la cortina por si se le ocurre llegar a alguien, te mantienes pendiente de la ventana para darte la señal- dije desde arriba.
Caeli: -Las traes bien frías.
Karen: -A punto de congelar- bromeé.

Amarré la otra soga al árbol y me bajé por los mismos nudos, estaba en un campo vacío y corrí hasta cansarme, caminé un poco más y llegué a la carretera, este iba a ser una de esas veces igual a la que tuve con Lesslie la noche antes de venirme.
Detuve una camioneta, ahí venían unas monjitas.

Karen: -Disculpen hermanas, me perdí y no sé como regresar.
Monja 1: -¿What?- M@#&%$!!! ¡¡Estoy en Inglaterra!!
Karen: -I'm lost, I can't go back home- (Estoy perdida no sé como regresar a casa)
Monja 2: -We'll carry you- (Te llevaremos)
Karen: -¡Un hurra por las monjas!- subí a la camioneta.

Todo el camino pasé inventándoles mil y una historias hasta que llegamos al centro de Londres, me bajé y entré en un supermercado.

Karen: -¿Cómo rayos regresaré? En fin, vine a algo, luego me ocupo de eso.

Entré al supermercado y tomé algunas botellas, fui a la caja.

Cajera: -Su identificación, por favor.
Karen: -¿Perdón?
Cajera: -Lícor sólo es vendido a mayores de 18 años, necesito su identificación.
Karen: -Maldita perra, ¡Tengo 16 años!
Cajera: -Lo siento, señorita. No puede llevarlas.
Karen: -Métete el lícor dentro de tu trasero de mayor de 18 años.

Niña Mal (Raren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora