Capítulo 3

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- ¡Viejos! ya llegué.- grité entrando a mi casa.

- ¿Vas a comer, hija?- me preguntó mi mamá saliendo de la cocina.

- Después.-

Mi mamá sólo asintió y entró de donde salió. Me subí rápidamente a mi habitación.

Mi casa no es muy grande, vivimos en una residencia de clase media en California. Pero me encanta mi casa, no sabria estar en otro lugar que aquí.

Soy hija única y claramente la relación con mi familia no es muy buena, al menos no de mi parte. Sé que mis papás me aman, y yo a ellos, sólo que no se los demuestro, ellos sólo ven la rebeldía que hay en mí... pero no tratan de cambiarme, me aconsejan aunque saben que a veces es en vano. Cada cosa que hago, procuro hacerla sin perjudicarlos... no lo intento muy bien.

Mi mamá es una persona muy linda y me trata de dar todo lo que quiero, igual que mi papá, trabaja mucho para darnos lo mejor y siento que soy una mal agradecida. Realmente no sé por qué me portó así con ellos... pero así soy con todo el mundo, no sé ser de otra forma.

Todos los días pienso: tengo que portarme mejor con ellos, ser una buena hija, no causarles tantos corajes, pero sobretodo, que sepan que los amo.

Pero no es tan fácil.

- Hija.- llamó mi papá y asomó la cabeza - Jaime está abajo.-

¿Y ahora que quiere? lo acabo de ver en el colegio.

- Dile que suba... pa.- sí, no acostumbro a llamarlo así.

Me dio una sonrisa que más bien parecía mueca y volvió a cerrar la puerta. A los segundos entró un Jai rojo, sonriente y alterado.

- Lo siento nena, pero no podía aguantar.- dijo apenas cerró la puerta.

Yo estaba en mi cama, acostada cómodamente, mi amigo se acostó junto a mí, viendome de lado, como siempre.

- Ahora que hiciste.-

- Pues que el macho, no salió tan macho.- su sonrisa traviesa y emocionada me contagió y sin saber exactamente a que se refería, le sonreí igual.

- Tom tiene la costumbre de quedarse de último en las regaderas, entonces entré y me quité la ropa, sólo me quedé con su boxer y cuando abrí... ¡No lo vas a creer!-

- ¿Qué?- pregunté ansiosamente.

No puedo creer que me interesen tanto las puterías de mi amigo.

- ¡Se estaba masturbando! ya sé porque se queda hasta último. Tiene un cuerpo increíble, su miembro es ¡wow! no es mejor que el mío, pero se defiende, y excitado se ve mejor, luego se dio cuenta de que estaba ahí y se puso blanquisimo.-

Su tono de voz ahora se escuchaba más chillón y femenino, eso le pasa cuando está caliente. Lo sé porque esas son las cosas que los amigos tienen que saber, ¿No?

Entonces...- continuó. - sin pensármelo entré y cambié mi mano por la suya, estaba muy sorprendido y como disfruté verlo así. ¡Pero no me quitó! así que fui más lejos y se la mamé- terminó de decir con un gritito.

- ¡Que puta!- exclamé y me reí.

- Ay cállate zorra, que si hubieras sido yo, igual lo hubieras hecho.-

- La noche anterior estuve tentada.- bromee.

Hizo una cara exagerada de chica indignada y me apuntó.

- ¡No te hubieras atrevido!-

- No, sabes que no me meto con las personas que te gustan.- le dije muy seria.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2014 ⏰

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