SUGAR RUSH | Yoonmin (PAUSADA)

Red

Jimin estaba que quería treparse las paredes. Suga le había mandado un texto hace tres horas diciendo que estaría en "15 minutos" en su casa. Pero en ningún momento avisó que había cambiado de opinión, y aunque Jimin se preocupó de que algo le hubiese pasado en el camino al mayor, cuando vio un estado con una foto de Suga y sus amigos en el billar hacía no más de una hora suspiró tratando de no explotar. 

Para variar un poco, Taehyung se había encerrado en su habitación dejando todo el pasillo manchado de pintura roja y cuando su madre vio el desastre le hizo limpiarlo, pero la maldita pintura ya se estaba secando y era casi imposible sacarla sin tener que raspar la madera del suelo y dejarla peor de lo que ya se veía. 

Su padre había ido hacia él entonces en cuanto lo pilló solo y le estiró -con un incrédulo gesto- la reciente factura de la tarjeta de crédito. Se había sobrepasado el límite en su "venganza" y su padre no podía creerlo. Lo peor de todo es que un poco más de la mitad de las compras que había hecho era por capricho de Suga, lo cual le enojaba aún más porque el desgraciado seguía sin mandarle un texto diciendo que no se iba a aparecer por su casa por estar con sus amigos. 

Pero Jimin solo había apretado el trapo mojado de agua, detergente y pintura sobre las pantuflas de su padre y se encogió de hombros antes de ignorarle y concentrarse en su tarea de quitar la estúpida pintura roja que empezaba a quedarse en la tela de sus pantalones en las rodillas y manos ahora. 

- Y una puta mierda, parece que he asesinado a alguien - masculló tirando el trapo. 

- Te pasa por pasarte de insolente y sobrepasar el límite de compras de mi puta tarjeta - gruñó su padre apretando la mandíbula al sentir los pies húmedos ahora - Te estas pasando de aprovechado, el que quiera que mantengas la boca cerrada no quiere decir que dejaré que hagas lo que te da la puta gana y vengas a dejarme en la quiebra. Recuerda que soy yo el que te da de tragar en esta casa, Jimin. 

Jimin miró a su padre con expresión de asombro. Soltó un bufido antes de ponerse de pie y desafiarlo con la mirada. Realmente no sabía por qué - o quizá sí - estaba tan irritado en ese momento que solo se limitó a patear el balde con agua y detergente en un gesto de insolencia y pasar por su costado golpeando el hombro de su padre. 

- Púdrete - gruñó caminando hacia las escaleras dispuesto a salir del sofocante lugar.

- ¡Park Jimin! - la enojada voz de su padre le habría hecho estremecer en cualquier otra ocasión. El hombre estaba cabreado - ¡Ven aquí! 

- ¿Jiminie? - su madre salió de la cocina con el periódico en mano - ¿Hijo?

- Será mejor que despidas a la maldita empleada - le habló a su madre antes de salir de la casa y cerrar la puerta con más fuerza de la necesaria. 

Si pudiera echar humo por la nariz, Jimin parecería un maldito búfalo. 

Se despeinó el cabello con furia y se dio cuenta de que solo cargaba con el celular en el bolsillo y nada de dinero. No iba a volver a entrar a casa. Y menos aún cuando escuchó los gritos de su padre en la primera planta. Se apresuró en alejarse de la calle sin un destino fijo. Podía jurar que sentía que explotaría. No sabía cómo sentirse. Irritado, molesto, triste, decepcionado, estresado, miserable... 

Jimin sacó su celular. Tenía 50% de batería. Genial. 

Lo iba a apagar cuando una llamada entrante hizo vibrar el aparato. Suga.

- ¿Qué?

- ¿Chim Chim?

- ¿Estás muriéndote en un hospital o algo? 

- No... yo... Chim Chim necesito tu ayuda.

- ¿Dónde rayos estás? Dijiste que vendrías, hace tres putas horas. ¿Ahora quieres que te ayude?

- Jimin creo que maté a alguien.

- ¿Qué mierda? ¿Es esta otra de tus bromas? Vi una foto, estás con tus amigos, si me estas tomando el pelo de nuevo te juro que...

- ¡No! Jimin, esto es en serio... Había mucha sangre, y no se movía, no sé que hacer.

- ¿De qué estás hablando? ¿Dónde mierda estás? ¿Qué carajos ha pasado, Yoongi?

- Por favor, ven al acuario.

- ¿El acuario? ¿Qué estas haciendo ahí?

- Solo ven, estoy en el maldito baño del acuario.

La llamada se colgó sin que Jimin pudiera responder. Miró el celular en su mano e hizo todo lo posible por no estrellarlo contra el suelo.

- ¡Mierda!