27. Palabras de amor

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Vegeta estaba en el altar parado junto al supuesto juez de unión nupcial, era nada más y nada menos que Monaka. Suisoku estaba parada allí también del lado opuesto de la decoración, justamente del lado que Ciris habría de ubicarse para la ceremonia, no estaba sola dado que su hermana y la de Bulma estaban allí sosteniendo un ramo de flores cada una

Había bastantes invitados. La mayoría, a conocimiento del saiyajin, eran embajadores de otros planetas, ninguno precisamente era estrechamente conocido de Ciris o familiar siquiera. Su esposa estaba en la primer fila en un asiento justo de su lado, se veía bastante pálida y con expresión cansada, para nada feliz de estar allí

El hecho de que la princesa la hubiese colocado a propósito allí hacia que se le hirviera la sangre. Lo había hecho expresamente para que la humana presenciara la boda con detalle

En cuanto pudo se acercó a hablar con la mujer, dado que parecía que faltaba un rato para que la novia se dignara a aparecer y los invitados aún no se habían acomodado en sus asientos. Tan sólo se habían limitado a acomodar a los actores principales dado un ensayo de boda

¿Estás bien?-pregunto el saiyajin sentándose junto a ella. Bulma le miró con ojos vidriosos, no era así y él lo sabía. Incluso se sentía estúpido de haber preguntado algo tan obvio

Bulma gimoteo recargando su cabeza en el hombro del saiyajin de frente. No podía hacer mucho dado que tenía cadenas en sus manos. Vegeta la abrazó silenciosamente intentando tranquilizarle, verla así le hacía sentir realmente débil, debía sacarla de allí a como diera lugar

Te prometo que saldremos de aquí en cuanto antes-dijo el saiya con expresión fría mientras dejaba a la peli azul llorar en su hombro. Esta asintió sin apartar el rostro de la tela del traje que el saiya tenía puesto

No se si me pone más triste el tiempo que llevaba lejos de ti o el hecho de que te vas a casar con una psicópata-dijo Bulma apartándose levemente para verle a los ojos. Vegeta levantó su mano para secar las lágrimas de la humana con su pulgar

No me voy a casar con nadie que no seas tú Bulma-dijo el saiyajin con sinceridad en su mirada. Bulma pareció sorprendida ante aquella declaración, una leve sonrisa de escapó de sus labios

Pero que lindo-dijo con ternura Hanasu mientras les observaba a dos metros de ellos. Casi desde el altar, ambos se sonrojaron al oírla

Hanasu no se interrumpe de esa manera-regaño el saiyajin-Me has quitado la oportunidad-dijo nuevamente sin cambiar el tono

Ups-dijo su hermana al comprender. Bulma miró confundida la situación

¿Eh? ¿Oportunidad?-preguntó Bulma confundida

No importa, luego hablaremos de ello. Primero hay que salir de aquí, sólo falta un poco más-dijo el saiyajin con tranquilidad. Intentaba concentrarse en el plan pero, la visión frágil y delicada de la apariencia de su preciosa esposa le distraía. No podía evitar enfocar su atención en ella, se veía más delgada y más débil que de costumbre

Vegeta cuida el tiempo-dijo Suisoku a modo de advertencia. El saiyajin asintió-Tus amigos están a cinco minutos de llegar al planeta y a diez de estar aquí, procura aprovecharlo

De acuerdo-dijo el príncipe con firmeza-el único modo de salir de aquí es peleando, así que necesito que hagas algo por mi Hanasu-dijo el saiyajin refiriéndose a su hermana. Ésta le miró curiosa

Dime-solicitó rápidamente

Pon a salvo a Bulma y Tights en cuanto destruyamos el campo de fuerza-dijo el príncipe a modo de petición

¿Yo? Pero yo quiero...-dijo a modo de queja

Escucha, Suisoku me lo dijo, si tu peleas ocurrirá una tragedia. Prefiero que te alejes de aquí con ellas y tu también estés a salvo, te prometo que yo me encargaré y que puedo hacerlo-dijo el saiyajin con seguridad

La princesa saiyajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora