Inicios

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Capitulo 1

La tempestuosa lluvia caía a brotes  en el tranquilo pueblo de Starm, obligando a sus habitantes a resguardarse lo antes posible. Los últimos pueblerinos vagaban por  las sinuosas carreteras, tratando de buscar refugio rápidamente. Repletos de fango y calados hasta los huesos,  entraban a sus hogares, buscando refugio cerca de sus cálidas chimeneas.

 El ocaso se asomaba por el horizonte, anunciando que el  último vestigio de luz  pronto se apagaría.

Los guardias patrullaban la zona de forma segura. El clima no era un impedimento a la hora de resguardar a sus ciudadanos.

-La noche ha llegado-Dijo uno de los guardias, a su compañero más cercano.

-Ya, no es ninguna novedad...  la noche llega siempre ¿No?- Respondió con sorna, mientras le sonreía de forma burlona.

-Eres nuevo aquí, no lo entenderías-Ello era cierto, Mike era un Guardia novicio; recién ascendido del cargo de cuidador de caballos. Represento un gran orgullo para él, siendo de la zona Norte, lo convertía en el primer extranjero en forma parte de la guardia de Starm. De hecho, era el único extranjero en Starm . No era un pueblo popular, con su mala fama de corrupción y tráficos de especias prohibidas. Era el lugar perfecto para alquimistas y magos oscuros en busca de su ilícito cometido; lograban conseguir todo lo necesario  para sus pociones por un módico precio a pagar.

Los traficantes de especias eran reconocidos por su  deteriorara apariencia. Muchos de ellos  sufrían cortes exuberantes o se intoxicaban en buscas de las plantas más codiciadas del mercado, dejando  marcas intangibles en su piel. Usualmente iban cubiertos de pies a cabeza, avergonzados de sus cuerpos y arrepentidos por  las hazañas acometidas en el pasado.

El Alcalde de Starm hacia la vista gorda a los delitos que embargaban su ciudad. Meses antes los traficantes se habían reunido con él, asegurándoles grandes cantidades de dinero, y con la promesa de que no dañarían a nadie en la ciudad siempre y cuando no se metieran en sus asuntos. Luego de una larga meditación, el alcalde acepto el trato.

-Entonces explícate, porque no te comprendo-Dijo Mike, mirando a un par de traficantes a lo lejos, cerrando un negocio de especias con un reconocido brujo exiliado de la ciudad.

-Cuando la noche cae, esas escorias salen de sus cuevas a  hacer sus negocios-Respondió el guardia, el cual Mike no conocía su nombre. Miro con repugnancia como el traficante intercambiaba un costal de sus productos por una bolsa repleta de dinero. Escupió al suelo, y dijo: los odios.

-¿Cómo es que el alcalde termino aceptando tal acuerdo?-Pregunto Mike, incrédulo mientras la lluvia  golpeaba sus cascos y el frío los acechaba con fuerza.

-El alcalde es un capullo… Jure protegerle con mi vida, pero es un capullo-Respondio.

-Si no te gusta servir a la guardia, ¿Por qué te ofreciste?-

-No me ofrecí idiota, me obligaron-

-¿Cómo te pueden obligar a formar parte de  la Guardia?-

-Fácil, era eso o que me decapitaran por robar una mísera barra de pan para mi familia-Respondió amargamente, mientras le miraba con fiereza, como esperando que lo juzgara por su delito.-Morían de hambre-Siguió.-Tenia que hacer algo  por ellos, lo que sea-

La cumbre de los Tres AnillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora