[No me abandones]

525 22 12
                                        

—¡LARGO DE AQUÍ!— el alarido fácilmente se había escuchado hasta el otro estado, quizá hasta el otro continente, pero ya empezaba a acostumbrarme, y a los vecinos les daba igual.
Antes de que me alcanzara una taza con algún líquido hirviendo, salí de la oficina de mi jefe, riendo a carcajadas, aunque estaba medio muerta de miedo.
Cada vez sus rabietas eran peores, y escapar de ellas era más difícil que robar un diamante de una exposición en el museo.
Pero, ¿por qué no habría de arriesgarme por un poco de atención?
Después de todo, así es el amor, y él es mi todo...aunque yo no lo sea para él.
He perdido la cuenta de los años que hemos trabajado juntos, y sé que Hat nos aprecia, a su manera y cuando quiere, pero lo hace...
Y en mí mente él sigue siendo el único que me dio una oportunidad de demostrar de lo que soy capaz, ¿cómo no iba a amarlo con locura?
¿Cómo no darle todo de mí?
—Porque mientras más das sin recibir, terminarás por tener nada, Dae. No tiene sentido.— me giré hacia Farlan, mostrándole la lengua, como hacía desde que éramos niños. —¡Hey! No es mi culpa que pienses en voz alta.
—Oh, cállate nerd... El amor no es una ecuación para que andes buscándole explicaciones.
—No, no es una ecuación, pero sí una reacción química en tu cerebro. Eso puedo explicarlo.
—No quiero escucharlo, cerebrito.— iba a regresar a mi cuarto, pero el científico me frenó, tomándome del brazo con...¿delicadeza?
¿Qué? ¿Acaso creía que era de porcelana?
Idiota.
—...Dae, lo digo en serio. Vas a terminar muy lastimada si sigues insistiendo de esta manera.
—No es tu problema.— ladré, soltándome de su agarre. —Tu trabajo no es preocuparte por mí, mucho menos "repararme" con consejos de vida sacados de una galleta de la fortuna.— y sin darle oportunidad de continuar con sus sermones, me metí a mi cuarto, cerrando de un portazo.
No me quedaron fuerzas para llegar a mi cama, así que me tiré en el suelo, boca arriba, agradeciendo tener almohadas y colchonetas en todos lados menos en la cama.
El piso era más cómodo, más frío.

»¿Por qué tengo que pasar por esto? Enamorarse apesta, sin embargo...cada vez es más complicado ignorar esos ojos y esa sonrisa encantadora...«
Farlan no sabe de lo que habla. Él está enamorado de su laboratorio, y el amor que siente por Quin no es más que algo fraternal, porque Quin es como el hermano menor de todos, así que, ¿qué se anda metiendo?
Reacción química o no, el amor es amor, y no es como si fuera un estúpido tumor que haya que extirparse del cuerpo...

Y si sigues respirando, eres afortunado, porque la mayoría de nosotros tiene contaminados los pulmones...

Empiezo a divagar, recuerdo el momento en el que nos encontramos, las veces que Hat y yo fuimos a aquella fuente a presentar nuestro show...

Y si estás sangrando, eres afortunado, porque la mayor parte de nuestras sensaciones están muertas...

Aquella vez, con la primera travesura, Hat me escogió a mí, ¡a mí! Pudo pedirle a Farlan que hiciera un dispositivo para molestarlos o alguna bobería suya, pero me eligió a mí para hacerlo.
A mí.

Y si estás enamorado, entonces eres el suertudo, porque la mayoría de nosotros siguen sufriendo por un amor del pasado...

Yo lo había escogido a él, y eso en algún momento dejó de importar.
Ya no era cuestión de sentimientos recíprocos, ¿o sí?
Era afecto, un cariño incondicional que todos desarrollamos por todos, porque somos todo lo que nos queda, y eso no es algo malo.
—...¿Es mucho pedir que me ame como yo lo amo?

Quizá lo era.
Asi que, de momento, debería conformarme. Hat no se ha desecho de mi, no ha buscado a otra chica para que haga mi trabajo, y si necesita una segunda opinión personal recurre a Farlan, y supongo que eso debería estar bien, porque mi sentido común no es precisamente algo útil.
—...está bien. Cuando me necesite, estaré ahí para él. Siempre para él...—

Porque nadie además de Hat sería capaz de amarme, ¿no es así?
Sólo él, que me conoce desde niños, sólo él, que conoce mis temores y debilidades, él que me hace fuerte y valiente.
Hat...quien nunca sentirá por mí lo que yo siento por él.

Perfect TwoWhere stories live. Discover now