Capítulo 8

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Después de las clases, volví en el coche del chofer, con la cabeza hecha un lío. Justo cuando había recuperado a Zac, lo había vuelto a perder. No iba a ser fácil cumplir con el primer requisito de las cosas por hacer, que me había encomendado, mi hermano en su legado. Hacer amigos reales, sin perderles. Y sí, creo que los había encontrado, pero seguían perdidos. No tenía forma de contactar con Mitchelle, porque aún no había tenido oportunidad de pedirle su número.Ni tampoco podía estar con Zac, porque en esos momentos no me quería ni ver. Paris, me había invitado al club de los batidos con sus amigos, pero, sinceramente no tenía ganas de ir. No estaba a gusto con ellos, eran muy distintos de mí. Ni si quiera me sentía cómodo con las pintas que llevaba. Eso de peinar mi tupé cada cinco segundos o de llevar una chupa de motero para encajar, no era mi estilo. No me había servido para ser más popular y lo peor es que estaba a cargo de una fiesta que no podía acabar bien. Todo era un auténtico caos y yo el eje sobre el que giraba.

Cuando llegue a mi casa, subí a mi habitación y deje mi mochila encima de la silla de mi escritorio. Encima de la mesa, estaba el comic del que me había hablado Zac. Yo no lo había empezado a leer, pero, por su portada y descripción, deduje que debía de ser muy interesante. Zac me dijo que era de la nueva edición y que no era fácil de encontrar y que por eso, haría lo que hiciese falta por tenerlo. Mire mi despertador de Star Wars, y marcaba las tres en punto,mis padres aún no habían vuelto de trabajar, así que decidí relajarme. Me tumbe en la cama y me sumergí en la páginas del comic. Su trama era excepcional y muy emocionante. Cada página que leía me parecía más sorprendente que la anterior. Así que,no me costo mucho terminarlo. Cuando estaba concentrado en la batalla entre la fuerza de la paz y el escuadrón de la oscuridad,el bolsillo de mi pantalón vibro sacándome de mi ficción.Al encender la pantalla de mi iphone, vi que me estaba llamando un número oculto.

-¿Sí?.- conteste rápidamente.

- ¿Chico de california?.- solo existía una persona que me llamase por ese apodo. Pero, ¿Como había conseguido mi número?

-¿Michelle?

- Esa soy yo. Y menos mal que tú eres tú.- confirmó con un leve suspiro.

- ¿Como has conseguido mi número?

- Bueno, ya sabes el dicho, si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Se me ocurrió mirar en los archivos privados de los estudiantes y ahí te encontré Alex Laster.- conocía  pocas cosas de Mitchaelle, pero mi mente siempre la describía como una alma libre. Aún que, no sabía que fuese capaz de mirar en los archivos secretos del instituto.

- ¿Estas loca?, ¿Te ha visto alguien?.- realmente lo estaba. Al menos, esperaba que nadie la hubiese visto por su bien.

- Solo las personas de mantenimiento y el director.- dijo sin darle importancia.

-¡¿El director?!.-  pregunte impactado y salto una gran carcajada.

- Es broma, tranquilo, no me vio nadie. Se ve que no te gustan las emociones fuertes.- me la podía imaginar sonriendo, enrollando y desenrollando uno de sus mechones rebeldes en su lápiz y no quería quitarme esa imagen de la cabeza.

- No todos estamos preparados para ellas.

- Eso es porque no las has probado, en cuanto te haces adicto a la adrenalina, eres imparable.  Cambiando de tema,dime, ¿Que vas a hacer por Zac?

- ¿Por Zac?.- ¿Se refería a lo que habíamos hablado antes de salir del instituto?

- ¿Vas a elegir el camino fácil?

- No, pero no sé que hacer.- sabía que tenía que arreglar nuestras diferencias, pero no tenía ni idea de como hacerlo.

-  Podrías empezar por anular la cita con tus nuevos colegas.- dijo irónicamente.- ¿Por qué vas con ellos?.- era una pregunta que hasta yo mismo me la hacía. Pero quería negar el hecho de que era evidente.

-Porque me gusta Paris y pensé que era una buena idea acercarme a sus amigos.

- ¿Gustos superficiales? Creo que vales más que eso.- intuí que estaba algo molesta porque se quedo unos segundos callada y luego prosiguió.-  En fin...si quieres que Zac te perdone tienes que valorar vuestra amistad.

- ¿A que te refieres con eso?.- Yo valoraba mi amistad con Zac. Nunca había conocido a alguien tan parecido a mí.

- No te lo puedo dar todo hecho, pero seguro que se te ocurre algo. Mi hermano pequeño no para de gritar, así que, antes de que esto se convierta en un manicomio tengo que hablar con él. Suerte.- y colgó. Buscar algo de valor, parecía una tarea complicada. Hasta que me dí cuenta que tenía la respuesta ante mis ojos, el comic de nueva edición que se encontraba sobre mi escritorio. Ya tenía la clave, y la suerte de Michelle así que, por una vez, presentía que iba a salir bien mi plan.

20 cosas que hacer antes de graduarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora