❝ ━¿De que sirve que defienda mis alas cuando alguien intente cortarlas, si vivo en una jaula?❞
╏ Kim Seungmin ⌝
✧ historia de la saga "LOST"
✧ inspirada en una canción.
✧ no se aceptan copias sin.
mi consentimiento antes...
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C h a p t h e r 2 ; "The girl that hated me"
Punto de vista de Seungmin.
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Felicidades, Kim Seungmin. Has metido la pata, y hasta el fondo.
De nuevo, Jeongin estaba en el parque festejando felizmente su salida de las clases. Lo entendía, era un miércoles estresante.
Estaba sentando en una banca mientras que pensaba en que haría, le prometí a Seúl que iría a una cita dos y dos, ¿pero cómo? No se me ocurría ninguna idea. No conocía ninguna chica a la cual pedirle que me ayudará a fingir ser mi novia falsa -Quitando de lado que eso ya de por si era extraño-, tampoco podía pedírselo a Hani, las chicas se conocían desde los cinco años y se reconocerían aunque fueran ciegas. No tenía solución alguna. Tenía que pensar y rápido. La alternativa más simple era decirle a Seúl "oh, lo siento. Rompí con mi novia" pero no se lo creería, además se molestaría tanto conmigo que no volvería a hablarme.
Comencé a dar una caminata alrededor del no tan pequeño parque, cerré mis ojos e intenté tranquilizar mi cuerpo, pero el impacto de el mismo con otro me dejó en un estado de vergüenza.
-¡Tú!
Lo siguiente que sentí fue una fuerte mirada sobre mi. Una voz femenina resonó cerca, demasiado. Bajé mi mirada hacia la muchacha y para mi sorpresa era la misma de antes. Fruncí el ceño al verla.
-¿Brooklyn, que pasa? -Los pequeños también se encontraban, está vez detrás de la figura de la morena.
-Niños, sigan jugando, ¿De acuerdo? Tengo algo que atender. -La chica soltó a la pequeña Momo en el suelo y le indicó que se sentara en una silla cerca de nuestra ubicación. La niña obedientemente hizo todo lo mandado y siguió devorando su helado, viéndose más adorable de lo que ya era. -Tenemos que hablar, Seungmin.
-¿Hablar? No, no tenemos que hablar. -Esta vez el ofendido era yo, y podría decirse que me encontraba algo molesto. Los gritos y regaños que me llevé en la mañana me tomaron desprevenido e hicieron mi día de un completo desastre. Todo por querer ayudar. -Me regañaste y acusaste de tantas cosas. No esperaré a que me des otro sermón que no me merezco.
Me alejé a paso relajado hasta que de nuevo unas manos tomaron mi antebrazo y jalaron de este.
-Lo siento.
¿Estaba soñando? Esa no era la misma chica que habría dado todo por matarme en la mañana. No señor.
-Me excedí. -Aclaró su garganta y observé sus ojos para notar... Nada. Eran tan vacíos e inexpresivos. Por un momento dudé de que su corazón bombeara sangre y de si alguna vez habría llorado. -Yo... No puedo dejar que a estos niños les pase nada.
