❝ ━¿De que sirve que defienda mis alas cuando alguien intente cortarlas, si vivo en una jaula?❞
╏ Kim Seungmin ⌝
✧ historia de la saga "LOST"
✧ inspirada en una canción.
✧ no se aceptan copias sin.
mi consentimiento antes...
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C h a p t h e r 1O ; "Don't share secrets"
Punto de vista de Seungmin.
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Mordí la pajilla que estaba conectada al envase plástico, el sabor cítrico de la naranja chocó con mi paladar, pero nada parecía hacerme reaccionar. Mi mirada estaba pérdida en un punto ciego.
Esa fruta tenía tantas en común con ella; lo amargo de ésta me recordó a la actitud de aquella morena, siempre tan arisca e inexpresiva. Pero, aún así, tan adictiva, cuando te la encontrabas no podías evitar voltear a verla por última vez. Parecía ser una naranja más del montón, pero había algo excepcional que la hacía diferente a las demás frutas.
¿Brooklyn sería alérgica a las naranjas?
—¡Minnie! —Desperté de mis fantasías al momento de sentir el tacto de alguien, una mano pequeña apretaba mi hombro con una fuerza que podría considerar tierna. Volteé hasta encontrarme con el rostro de la chica pálida como la nieve.
—Oh, Seúl. Lo lamento, no te escuché ¿Qué sucede?
La chica haló de la manga de mi suéter, guiándome a las afueras del salón, hasta llegar al pasillo. Una vez allí se apoyó del barandal que se encontraba en los grandes ventanales y me miró fijamente.
—Tenemos que hablar.
Asentí lentamente mientras que esperaba el motivo de tal reunión. Llevé mis manos hasta mis ojos, rascando estos en un intento por desaparecer las ganas de cerrarlos y dormir plácidamente.
Estaba desgastado, tanto mental como físicamente. —¿Que pasa? —Cuestioné dejando de lado mis problemas, centrándome en mi mejor amiga.
La muchacha de cabellos negros me miró cual madre a su hijo luego de haber desaparecido por todo un fin de semana; molesta, preocupada.
—Eso te pregunto yo a ti. Seungmin, nos tienes a todos preocupados; tienes unas ojeras enormes, has dejado de hablar, siempre estas en tu propio mundo ¡Y hasta has dejado de lado los estudios! —La chica dió un paso más hacía mi. —Ya no eres el mismo chico de hace semanas, solo queremos ayudarte.
Parpadeé rápidamente intentando asociar toda la información.
Mis amigos me estaban repitiendo las palabras que yo le decía a Brooklyn.
Oh demonios, ¡Brooklyn!
Observé el cielo azul, se veía sereno y hermoso, pero a lo lejos se podía divisar como una tormenta se acercaba. No sabía porqué lo hacía, tal vez solo quería respuestas y ya ni sabía donde buscarlas.
Encaré a Seúl, aun con la mente desordenada.
—Ella, Seúl.
La mayor frunció su ceño, casi al nivel de juntar sus cejas. —¿Quien es ella, Minnie?
