Como el príncipe de Inglaterra, Harry ha tenido todo lo que podía necesitar en la vida.
Desde muy temprana edad ya había sido preparado para ser el hombre perfecto, aprendiendo todas las lenguas y las competencias necesarias para ser el heredero al trono.
Harry tiene suerte de estar donde está, ya que no es ni siquiera el mayor de sus hermanos. Naturalmente, él estaría en la línea por encima de su hermana, Gemma, que era la mayor, pero su otro hermano mayor George es un caso especial.
Algunos hombres nacen con dones o maldiciones, dependiendo del punto de vista, en la que son capaces de quedar embarazados. Sin embargo, esto conduce a menudo a categorizarlos como mujeres.
Como de la realeza, George nunca podría tomar el trono, los hombres con ese don rara vez se les permite ser reyes si ya hay un candidato más adecuado, al igual que Harry.
Los de la realeza con ese don a menudo se casarían ante los demás por tratados o acuerdos, y tendrían que someterse al servicio de sus maridos.
En algunos países, los hombres con el regalo aún tendrían que vestirse como mujer a fin de etiquetar su estado 'menor'.
El hermano de Harry, George, que ya está casado con el Emperador de Rusia y quien Harry no llegó a ver nunca más, en su lugar teniéndose que comunicar a través de cartas.
Harry, ya que es el futuro rey, se casó también. Con la princesa Jane de Escocia, una prima lejana de él, que resultó ser el mejor premio en términos de política. Se casaron cuando ambos tenían dieciséis años, se encontraron en una unión muy incómoda y que resultó ser desagradable para los dos. No es que a él no le gusta ella, es más el hecho de que ella fue elegida para ser su novia. No sucedió de la manera que le hubiera gustado que lo hiciera. Él sabe que se supone que tendría que amarla y cuidar de ella, pero él simplemente no lo siente -no le importa mucho saber lo que ella hace-.
Así que a veces él mismo se encuentra con diferentes mujeres. No es extraño que un príncipe las tenga, de hecho, es extraño para él no hacerlo, pero nunca ha pensado en sí mismo como alguien que lo haría. Siempre pensó que iba a encontrar una princesa con la que se pasaría el resto de su vida, pero en cambio terminó con un simple matrimonio de conveniencia. Él sólo desea poder ser feliz junto a ella.
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Está caminando por el ocupado pasillo, cruzándose a nobles borrachos mientras avanzaba. Él está yendo hacia los aposentos de su madre para recibir al embajador de Francia y su compañía. Él lo hace de mala gana, por supuesto, ya que no tiene tiempo para las numerosas mujeres que van a ser arrojadas a él en un intento por convertirse en sus amantes. Tener una amante no es tan escandaloso como parece, sobre todo para un príncipe. La amante oficial de un príncipe normalmente sería tratada como una alta dama de la corte, siempre y cuando ella mantenga su lugar.
Muchas veces cuando los países envían a sus representantes, algunos de sus mejores damas serían enviadas también. Harry está un poco frustrado con los intentos de convertirse en sus amantes desde que lucha con su propia conciencia, y lo que todavía le espera. Él apenas puede manejar a su princesa, no cree que tenga lo que se necesita para un amante.