Solté un suave suspiro de aburrimiento, a la par que apoyaba mi codo en el pupitre y dejaba descansar mi rostro en mi palma; fijando mi desinteresada mirada en la mujer que estaba un poco más y echando humo por las orejas.
Otra vez la directora venía a nuestra aula para dar un sermón a todo el curso, por las estupideces de algunas que significaron que todas nos quedaramos sin receso como castigo.
Por lo visto a ese pequeño montón de imbéciles no se les ocurrió una mejor idea que jugar voleibol demasiado cerca del santuario del colegio y en un descuido, la pelota salió disparada hacía este y decapitó a una enorme figura de yeso del "Señor Nuestro". Llevando a la situación actual.
'Por el amor al cielo, ¿No podrían dejar de dar excusas y admitir que fueron ellas? Así quizás las demás aún tengamos un rato libre.'
Apenas ese pensamiento cruzó mi mente, se pudo escuchar como una alarma resonó en todo el lugar y solo podía significar una cosa: ya había finalizado el receso. Bufé.
'Muchas gracias, tipas de una sola neurona.'
En toda la sala se escucharon quejas y reclamos hacía las responsables, las cuales parecían hasta indignadas insistiendo que no era su culpa.
Claro, cuando empezaron los insultos pasados de tono la directora las hizo callar de un sólo golpe al pizarrón, haciendo sobresaltar a muchas, incluyéndome.
Esa mujer podía parecer el mismo diablo cuando se le agotaba la paciencia, algo irónico al ser miembro de un establecimiento educacional religioso.
Me moví inquieta en mi asiento, tratando de distraerme de forma disimulada cuando nuevamente comenzó a hablar.
Con mi mano libre tomé un lápiz de mi estuche y comencé a garabatear en un espacio libre de la hoja del cuaderno de matemáticas, la materia que nos tocaba antes del recreo y que llegará la mujer esa.
Formaba solo trazos sin forma, garabatos al azar al no tener una verdadera inspiración para dibujar además del aburrimiento que me está consumiendo. Bufé, no se me venía nada a la mente.
Dejando el lápiz sobre el cuaderno decidí vagar con mis ojos la sala. Algo curioso que desde mi posición en esta tengo una visión bastante buena; sentarse en la fila del medio, en la penúltima corrida de dos asientos al final tiene sus ventajas a veces.
Tuve como punto inicial a la directora, justo en frente de mi fila teniendo la mesa del docente a sus espaldas, dirigiéndose a las obvias responsables del desastre, quienes se sentaban en la tercera -y última- fila en los puestos del final. Técnicamente mis "vecinas", desgraciadamente. Pero tengo como consuelo el tener a una amiga mia de pareja de pupitre, en el lado derecho impidiendo que tenga mucho contacto con ese grupo, me irritan.
Hablando de ella, se encontraba relajada en su asiento, faltandole cara para apoyarla en su mano, media dormida.
'Je, cuanto desearía sacarle una foto ahora. Se le está cayendo la baba.'
Miré a la profesora que tiene nuestra jefatura, refugiada en la esquina que daba a la puerta de los docentes. La pobre tenía la cara de muerta viviente, lo más seguro es que recibió de igual forma un regaño inmenso por la figura quebrada.
'Debería sentir pena por Ud, pero la mayor parte del tiempo es una verdadera perra conmigo y con el curso, así que ahora se aguanta.'
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JUST A BITE [#3]
RomanceEs desesperante cuando tienes un trozo de pastel en frente tuyo y no se te permite probarlo. Sólo observarlo aún cuando te mueres por comerlo, con la boca hecha agua. Cuando comienzas a imaginar cómo sería su sabor en tu paladar, cómo sería su textu...