Cap 3

1.6K 141 17
                                    

-Rika-chan, pareces cansada. -Me dice mi amiga, Kin, preocupada, mientras caminamos dirección al instituto.

-Bueno... -Miro cansada al frente. -Ayer mi hermana trajo a su nuevo novio y, la verdad, dio demasiada guerra.

-Ni que tu hermana salga con un chico de cinco años... -Su expresión se volvió horrorizada. - ¿No lo hará, no?

Suelto una carcajada.

-Mi hermana no es una pedófila, o todavía no hemos llegado a tener ese tipo de conversación.

-Mmh. -Kin se me queda mirando unos segundos, como tratando de trazar una solución a un enigma. -Parece que te cae bien el novio, pero creo que no sabes si hacer tu "táctica arrebata chicos" o no.

Abro los ojos, sorprendida.

-Hija de... ¿Cómo lo haces siempre para saber lo que me pasa?

-Amiga mía, eres un libro abierto para mí. -Dice apoyando su mano en mi hombro. -Y bien, ¿quién es el afortunado de hacer a mi querida amiga dudar?

-Ese de allí. -Señalo delante nuestra. Mi hermanita, al parecer, le había pedido a su amado príncipe azul que venga a por ella todas las mañanas para ir juntos y volver de la misma forma, lo que quería decir que tendría que verlos todo empalagosos durante mucho tiempo.

-No puede ser... -Mi amiga me vio sorprendida. - ¡Ése es Sata Kyouya!

-Lo sé, ya te he dicho que lo conocí ayer. -Comento con expresión cansada.

- ¡No me refiro a eso! Él es el príncipe del instituto, ¿en serio no lo conocías? ¡Si es el chico más popular del instituto!

Observé al nuevo novio de mi hermana en silencio. Debía de haber alguna razón por la que un chico como él salga con alguien como ella. Y, si la había, llegaría a descubrir cuál es.

Así tendría algo con lo que entretenerme y hacerla suplicar.

Me pasé toda la mañana mirando fijamente al de cabellos rubios (me acababa de dar cuenta de que íbamos juntos a clase) hasta la hora del receso, en la que lo seguí sin que se diera cuenta.

Cuando se juntó con mi hermana decidí esconderme para oír del qué hablaban.

-Creo que tu hermana, la que dices que es una idiota, es de verdad lo bastante lista como para empezar a sospechar.

- ¿Sospechar? ¿El qué? ¿De quiénes? -Preguntó Erika con la boca llena de comida, escupiendo algunas migajas de pan. <<Veo que se le da muy bien seducir>> Pienso entornando los ojos.

Kyouya le da una suave colleja.

-De nosotros y nuestra falsa relación, maldito perro.

Abro los ojos, sorprendida. ¡Lo sabía! Un chico como Kyouya, con carita de ángel y actitud de demonio no perdería el tiempo en salir con alguna chica, sería demasiado complicado para él. Pero... ¿Por qué lo hace?

<< ¿Y por qué la llama perro? >>Sacudo la cabeza. <<Concéntrate, Rika>>

- ¡No me-! -Exclama mi inútil hermana ahogándose. -Si ella lo sabe... No se callará, se lo contará a todo el mundo.

- ¿Y? -Pregunta el otro, desinteresado. -Mejor para mí, no tendría que seguir fingiendo ser un buen novio.

- ¡No lo entiendes, Kyouya-kun! Si se lo dice a todo el mundo... ¡Me volveré a quedar sin amigas este curso! Es horrible.

Ah, ya lo entiendo. Le habrá pedido al más popular del instituto fingir una relación a cambio de ser su mascota por el simple hecho de ser popular y tener amigos.

Patético.

Va a ser muy divertido el poder usar y controlar a mi hermana.

Cuando me doy cuenta que Sata se dirige a donde yo estoy decido sentarme en el suelo y fingir que estoy a lo mío.

Él me mira, confuso.

- ¿Qué haces aquí?

-Descansar, ¿no lo ves? Que yo sepa no tengo prohibido el estar aquí. -Me defiendo, desinteresada.

- ¿Has oído algo? -Se agacha delante mía. No contesto. -Contesta cuando te pregunto. -Se acerca a mi cara.

- ¿Qué haces?

-Quiero que me respondas y, como no me haces caso, te enseño que no debes desobedecerme. -Se acerca aún más.

Nerviosa noto un retortijón y las rápidas pulsaciones de mi acelerado corazón. Miro a otro lado.

-No tengo ni idea de qué me estás hablando.

Me observa en silencio, sopesando mi respuesta.

-Eso espero, sino me veré obligado a adiestrarte. El primer paso será robarte un beso, ya que no sabes las ganas que tengo de probar tus labios.

Lo contemplo, sorprendida, y, sin llegar a darme cuenta, me muerdo el labio.

-Si haces eso prometo besarte aquí mismo. -Murmura con voz ronca.

Vale... ¿Qué está pasando?

Black Prince and Strange Girl (Kyouya Sata)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora