A veces me pregunto ¿Que sentirán y pensarán esas personas que viven su vida para encajar en la sociedad?
Oh, espera. Lo sé. Yo fui una de esas personas, yo lo viví.
Se como se siente y sé cada vez que hacía algo que no me gustaba, pensaba,
"A ellos les gustó, significa que lo estoy haciendo bien, me van a aceptar"
Me sentí feliz. Pero luego recordé que no era yo, esa persona que fingía ser, no era real.Yo no era real.
Y conforme pasaba el tiempo, esa pequeña felicidad que sentía cada vez fue disminuyendo más y más y más. Y luego, no quedó nada más. La felicidad se fue y llegó la triste. No lo comprendí ¿Qué fue lo que hice mal?.
En ese momento fue cuando me di cuenta que cada vez que hacía algo que no debía o no quería hacer, mi alma se iba rompiendo, mis sueños se estabán desvaneciendo y yo estaba desapareciendo.
Y no pude más.
Y no quise seguir así.
Decidí cambiar. Ser la mejor versión de mi misma. Decidí hacer lo que yo quería. Y sonreí, grite, lloré de la emoción, me reí hasta que me dolió la panza. Cambié.
Y no para mal, sino para bien, para que la gente viera que aún la persona mas rota del planeta podía volver a florecer, podía volver amar, podría volver a sonreír y disfrutar.
No le hagas caso al que dirán, nisiquiera te preocupes por encajar por que nunca lo harás. Disfruta. Ríe. Salta. Diviértete.
Y lo más importante Ama.