Prologo

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Joan Walker era un hombre con un sueño por cumplirse.

Desde el mismo día de su nacimiento había sido llevado de un centro de adopción a otro, cuando tenía cinco años le dejaron claro que quizas nunca sería adoptado por su edad, estaba, según sus encargados, "demasiado mayor" para ser adoptado y que debía empezar a acostumbrarse a ese sombrío lugar. Tenía solo un amigo, Lohan, con él compartía la mayor parte de su tiempo y de sus travesuras, las que generalmente terminaban en castigos, los cuales iban desde el simple hecho de no recibir su comida, hasta una que otra paliza.

Tenía siete años cuando alguno de los dioses a los que rogaba se apiado de sus suplicas y fue adoptado. Susan y Tyler Walker se enamoraron del niño desde el momento en que sus ojos se posaron en el pequeño de cabello negro azabache, ojos verdes musgo y piel blanca. Era una belleza, hasta el momento en que abría su boca, por ella podían salir cantidad de obsenidades, algunas que quizas un adulto aun no había escuchado. Eso no fue problema para la pareja. Siempre habían deseado un hijo, siempre había deseado a un pequeño y sabían que, aunque el camino fuera arduo, Joan era el niño que ellos deseaban llevar a su casa.

Fueron meses de papeleo hasta que el pequeño Joan llego a su nuevo hogar. Ese día había llorado, lagrimas de felicidad y de dolor. Despedirse de su mejor amigo era un dolor que no deseaba repetir nunca en su vida. La mezcla de emoción y tristeza era algo nuevo y extraño para él, pero se sentía bien. Y se sintió aún mejor al llegar a su nuevo hogar. Su habitación era mucho más de lo que nunca soño, pero nada se comparaba con él amor que sentía proveniente de sus padres, que aunque no fueran sus progenitores eran los mejores que un niño pudiera pedir.

A partir de allí todo fue felicidad, alegrías que, como cualquier persona, a veces se veían nubladas por situaciones tensas o tristes pero que nunca se compararon con lo vivido en su pasado. Siempre busco hacer a sus padres orgullosos, y ellos se esmeraron por hacerlo sentir querido. Lo único que deseaba cambiar en su vida era referente a su mejor amigo Lohan.

Lohan y él siempre estuvieron en contacto. Su mejor amigo nunca fue adoptado, de vez en cuando se veían en sus cumpleaños o luego de rogar a sus padres para que le permitieran ir. Cuando Lohan cumplió la edad suficiente lo sacaron del centro de adopción y lo insertaron al sistema de hogares. Un sistema que solo incrementaba los abusos y robaba el dinero. Lohan se había escapado en varias ocasiones de algunos de esos hogares y cuando lo encontraban siempre era reubicado en cualquier otra cosa. Joan siempre pensó que eso era una mierda, pero nunca le dio la importancia suficiente y años más tarde se arrepintió de eso. Cuando Lohan tenía 15 años la familia con la que se hospedaba le había dado una paliza tan fuerte que él no pudo resistir y simplemente había abandonado el mundo en el que ahora Joan sufría por su perdida. Ese momento fue uno de los más duros que pudo imaginar, por la perdida de su amigo, por la forma en que había muerto, por el saber que nunca hizo nada por ayudarlo y por sentirse el peor de los amigos alguna vez existentes.

Sin embargo esa perdida le había ayudado a madurar y a empezar a soñar. Soñar con ayudar a algunos de esos chicos que como Lohan iban de hogar en hogar, sufriendo maltratos de diferentes personas, de escorias de la sociedad que se decían a si mismo cuidadores de niños... Y ahora, después de muchos años, de trabajar arduamente, del apoyo de sus padres y de una pequeña fortuna que crecía constantemente gracias a la bolsa de valores, estaba por cumplirlo.

Había comprado esa casa con la unica idea de convertirla en un refugio para esos chicos que llegarían a sus manos. Era lo suficientemente grande, tenía un gran patio delantero e incluso un patio trasero donde pensaba, mucho más adelante, construir una piscina. Tenía todo listo para la llegada de los primeros chicos a su cuidado. Tenía el alimento necesario, las camas listas, todo limpio y pulcramente acomodado. Estaba nervioso, muy nervioso.

El télefono sonó y rápidamente lo atendió, la voz de la mujer al otro lado de la linea le informaba que los chicos estaban en camino. Esos cinco chicos que estaban por voltear completamente su mundo: Harry Styles, Louis Tomlinson, Liam Payne, Niall Horan y Zayn Malik. Cinco chicos que a partir de ahora dependerían completamente de él...

Refugio ┼Larry Stylinson┼ AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora