La niebla dificultaba la visibilidad de las calles y las cubría de un velo siniestro y misterioso. Kris avanzaba perdido entre las innumerables callejuelas; estaba huyendo, escapando de un enemigo etéreo, buscando lo único que no quería perder.
—¿Chanyeol? —gritó, pero su voz apenas era un susurro ronco que no conseguía reconocer— ¿Chanyeol?
Tenía el pánico y la desesperación marcado en cada poro de su piel y sentía como si en cualquier momento fuera a encogerse sobre sí mismo en el suelo y protegerse del mundo en su burbuja invisible, como cuando era pequeño.
Le dolía todo el cuerpo, desde las manos hasta la espalda, desde la cabeza hasta las uñas de los pies. Sentía los huesos tirantes, como si quisieran salir de su cuerpo y estuvieran apresados por la cárcel de su piel. Corría tan rápido como su dolorido cuerpo se lo permitía, pero sentía que no avanzaba en absoluto, que cada vez estaba más lejos de su objetivo, más cerca de un triste final.
Sus oídos estaban llenos de susurros provenientes de distintas voces, algunas de las cuales reconocía y el resto le eran completamente desconocidas. Unas le repetían lo que intentaba no recordar; otras murmuraban cosas que no quería escuchar, y otra, grave, suave, cariñosa, le hacía recordar lo que nunca quería olvidar. «Te quiero» le susurró un Chanyeol inmaterial en el oído, dándole fuerzas para continuar.
«¡Detente Kris!» escuchó una voz «¡Lo vas a matar!». «Intenta no romperle el corazón» murmuraba otra con lástima. «¿Dónde está mi mamá?» preguntó un pequeño él a punto de echarse a llorar.
La lluvia comenzó a caer entonces, mientras intentaba sacarse aquellas voces de la cabeza y continuar avanzando. Un fuerte y frío viento entumeció el cuerpo de Kris hasta tal punto de que le fallaron las rodillas y cayó al suelo como si estuviera implorando al cielo. «¿Me cuentas un cuento».
—¡Chanyeol!
Tenía la sensación de que en cuanto encontrara a Chanyeol todo su interior dejaría de agitarse tan violentamente como lo hacía, que la lluvia cesaría y los murmullos en sus oídos se apagarían. Tenía que encontrar a Chanyeol para estar a salvo, para ponerle a salvo a él también, tenía que estar con él fuera como fuera... «Es imposible».
«La maldición...» le recordó una voz dulce en tono de burla «Wu YiFan». «No quiero hacerte daño» sollozaba alguien. «¡No podéis estar juntos!» gritaron varias a la vez, haciendo retumbar sus tímpanos.
Kris gritó con todas sus fuerzas, sintiendo cómo se le irritaban las cuerdas vocales y le ardía la garganta. Las gotas de lluvia recorrían su ya empapado rostro, empañando su visión; cuando fue capaz de ver con claridad, un Chanyeol de tres años pasó a su lado a toda velocidad, mirando hacia atrás cada dos por tres. «¡Corre!».
—¿Chanyeol? —Kris se levantó como pudo y siguió al pequeño Chanyeol tambaleándose.
—Atrápame, Kuris —rió huyendo de él.
—Chanyeol, espera... —imploró alargando el brazo hacia él, como si así pudiera atraparle.
Intentó aumentar la velocidad sin mucho éxito y, al girar una esquina, vio a Chanyeol corriendo directamente hacia una hoguera de varios metros de altura. A Kris le tembló todo el cuerpo.
—¡¡Chanyeol, no!!
El pequeño detuvo su paso, mirando hacia atrás. Kris respiró con alivio un segundo para quedar horrorizado al siguiente al ver a Chanyeol con la sonrisa más macabra que había visto en su vida.
—Atrápame, Kuris —dijo antes de ser engullido por el fuego.
—¡¡¡Chanyeol!!!
Haciendo uso de todas las fuerzas que le quedaban, Kris corrió hacia las llamas tan rápido como le permitieron las piernas y, justo cuando estaba a punto de atravesarla cubriéndose el rostro con el brazo, la hoguera quedó reducida a humo. «No podéis estar juntos».
Kris comenzó a toser con los ojos llenos de lágrimas y las manos llenas de cenizas; cayendo al suelo derrotado, llorando el nombre de Chanyeol durante no supo cuánto tiempo. Cuando volvió a abrir los ojos, una anciana se encontraba frente a él, observándole con una expresión de terror y adoración al mismo tiempo.
—Nunca estará a salvo contigo —dijo con la voz distorsionada.
Aquellas palabras llenaron a Kris de tanta ira que revitalizó sus músculos, dándole fuerzas para levantarse.
—¿Dónde está? —siseó de forma amenazadora con la cabeza baja, las gotas de lluvia cayendo en picado por su cabello rubio.
—Nunca podréis estar juntos.
—¿¡Dónde está!? —gritó con tanta fuerza que sintió que el mundo se tambaleaba.
—No eres capaz de controlarte...
—¡Devuélveme a Chanyeol!
—Yo no te he quitado a Chanyeol —sonrió la anciana con mofa—: tú lo has perdido.
—¡Devuélvemelo!
Un fuerte viento comenzó a soplar en aquel momento y a la sonrisa triunfante de aquella misteriosa anciana le siguió una monumental explosión que se llevó toda la realidad consigo.
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La Leyenda de Aghazor (KrisYeol)
FantasyChanyeol es el príncipe heredero de Aghazor, la tierra del fuego que tantas historias ocultan sus reyes, y Kris ha jurado protegerle de todo, incluso de sí mismo. Autora: kaitastrofe NOTA IMPORTANTE: ESTA HISTORIA NO ES MÍA. NO SOY LA AUTORA, SIMPLE...